"La tierra en llamas" de F.W. Murnau

Si el título hubiera sido “Ambición” tampoco nos hubiéramos extrañado en absoluto, sinceramente, Murnau presenta un alegato totalmente en contra de este concepto, que tampoco tiene porque ser malo, eso si con mesura, porque como todo en la vida con exceso, casi nunca es bueno. Dicho defecto que es el caso que nos ocupa está totalmente representado en el personaje de Johannes.

En este caso, el director nos va a mostrar una historia humana que podría estar localizada en cualquier lugar, algo referente a los sentimientos por supuesto por un lado los puros y los que no lo son tanto. En general es una tendencia de su cine el envolver el drama o la tragedia en historias de amor.

Siempre que veo cine antiguo, cine mudo, lo hago con muchísimo respeto, por supuesto mucho más que el cine “moderno”, ya que pienso que estoy ante algo tan antiguo y delicado, por tantas copias que no han llegado a nuestros días, ya que los medios no eran los mismo y el mérito se me hace bastante mayor, que lo que veo ahora en algunas ocasiones, donde a veces siento que cualquiera puede hacer películas.

Otra idea que tengo es que de alguna manera estas obras tienen un carácter adoctrinante, de enseñanza al espectador, que sirva de ejemplo a sus propias vidas, o que se vean en ellas reflejados, ya que en ocasiones la comunicación de la época no era tan fluida por supuesto como la de ahora.


El largometraje esta construido en seis actos totalmente delimitados y por supuesto advertidos mediante carteles por la propia película, recordemos que estos primeros filmes tienen mucho de teatral, ya que es el espectáculo, más similar al del cine y de ahí provenían muchos de sus actores, lo que hace hincapié en las interpretaciones de los mismos ante la cámara e incluso los maquillajes de sombras de ojos para acentuar las expresiones y los mismos rostros.

Incluso en este film, se utiliza una técnica, que he intentado averiguar cual es su cometido pero aun así no lo tengo muy claro, hay escenas que tienen una luz totalmente roja, que da la sensación de aparecer en los momentos álgidos o de cierto clímax, dentro del film, para posteriormente volver al consabido blanco y negro. De todas maneras no estoy muy seguro que este recurso se utilice con este fin.

Johannes regresa a su tierra natal a la muerte de su padre, después de haber viajado por el mundo en busca de saciar su principal propósito, la ambición de poder y fortuna, sin darse cuenta que realmente podía haberlo conseguido en su propio pueblo, la clave está en el “Campo del diablo”, terreno estéril e inerte que nunca produjo nada y que está rodeado de una leyenda de desgracia, que en definitiva acaba convirtiéndose en un personaje más de la obra, pero el protagonista descubre el secreto de dicho lugar, realmente lo que guarda en sus entrañas es un pozo petrolífero de gran valor, algo que hará que Johannes no tenga ningún escrúpulo con sus semejantes para conseguirlo, ni siquiera tenga en cuenta los sentimientos puros que el resto dispensan hacia él, tanto de amor como sentimientos sinceros y de honestidad como los de su propio hermano; al final el hijo pródigo regresa al hogar y a sus valores, dándose cuenta del equívoco en el que estaba inmerso y de alguna manera recuperando ese alma perdida.

El film tiene tintes muy costumbristas ya que nos muestra la forma de vida del pueblo pobre en contraste con la de los ricos y nobles, la gente trabajadora que se esfuerza dia a dia por llevar el pan a la mesa, y los que de alguna manera equivocan el camino, todo ello regado con buenas dosis de la típica falta de cultura y creencia en supercherías y rumores de la gente de baja condición social. Todo ello magníficamente encuadrada en un ambiente de estepa nevada, de rigidez invernal y en definitiva de extrema dureza.

Película de los orígenes de Murnau que ya deja entrever parte de lo que a posteriori iremos encontrando…

TRONCHA