[Inicio][Noticias] [Cine][Concursos] [Libros] [Relatos literarios]
[Listado de directores][Listado de escritores][Colecciones Novela Negra][Festivales de cine]

lunes, 30 de marzo de 2009

"Los siete magníficos" de John Sturges

A veces cuando hablo con personas de cine y sobre todo si son más jóvenes que yo ocurre un curioso fenómeno, muchos piensan que la película que han visto es original y no tiene secuela o nadie la ha adaptado con anterioridad, solo decir lo confundidos que están muchos en este aspecto, porque más bien poco de lo que vemos en nuestros días goza de originalidad, este trabajo es un caso similar, a nivel popular este film es mucho más conocido que el anterior en el cual está basado, “Los siete samurais” (1954) de Akira Kurosawa.

La diferencia con su referente es que mientras el primero se desarrolla en el Japón medieval, este deambula por las áridas tierras del salvaje Oeste, aunque más concretamente parece una zona próxima a la frontera con México, el planteamiento es prácticamente el mismo, un pueblo hostigado por una banda de fueras de la ley que no respetan a nadie, estos deciden comprar armas para defenderse y no vivir siempre oprimidos pero como no saben usarlas deciden contratar a pistoleros profesionales, para defenderles.

El azar hace que se junten un curioso muestrario de personajes a cual más singular, en total, no podía ser de otra manera en número de siete, hombres todos ellos que han hecho del revolver su modo de vida, que aunque en su día fueron importantes pero como en algunos de los casos su vida va en descenso, no son como los demás eso lo vamos a apreciar desde un principio y sobre todo porque a raíz de este trabajo hacen de la rebeldía su estandarte.

Lo menos importante es el precario salario que van a cobrar, lo importante es demostrarse a si mismos que todavía son capaces de algo, que puedan sentirse útiles, aun así esta intento de demostración de valía hacia si mismos va a beneficiar a otros, pero lo importante dentro del declive de sus existencias es demostrar que todo el pasado no fue en vano, necesitan demostrarse a costa de lo que sea necesario que su forma de subsistencia tiene sentido.

Quizás estos no sean los valores de todo el grupo, incluso el propio Sturges hace que su catálogo de mercenarios sea a gusto de cada uno, poniéndonos enfrente cada uno elige el que le parece que tiene la mejor cualidad, para de forma individual sentirnos identificados con él, todo ello en un tono distendido que roza la comedia al principio de la película, para ir según va avanzando la narración creando un clímax de mucha más seriedad, hasta que todo ello acaba prácticamente desembocando en el drama.

El largometraje merece mucho la pena, está rodado al estilo de los western de siempre, con una gran fotografía y buena técnica en el montaje, se convierte en un imprescindible para cualquiera, acompaña el elenco de estrellas de la época y sobre todo la originalidad de la historia, aunque como conté al principio sea copiada de la obra japonesa, western en estado puro del que cualquiera disfruta, ah, se me olvidaba, y esa música propia del film que queda para siempre y que cada vez que la oímos nos hace recordarla.


TRONCHA


viernes, 27 de marzo de 2009

"El último rey de Escocia" de Kevin McDonald

Otra de mis curiosas persecuciones cinematográficas, siguiendo la estela de este film desde hacía meses, a veces por mi trabajo tengo la oportunidad de ver el mismo film unas cinco veces por semana, le juro que no exagero, pero hay otras que las cosas vienen mal dadas y cuando no es por pitos es por flautas siempre hay algún trabajo que merece la pena y que dejas escapar, bueno pues por fin llegado el momento.

Después de terminar de ver el film se podría describir como uno de los ejemplos claros en los que un actor salva el trabajo y todo ello gracias a la gran interpretación del personaje de Idi Amin por parte de Forest Whitaker, que ensombrece al resto de los que le acompañan, dejando que parezcan una mera comparsa, sirva como ejemplo el del doctor Nicholas Garrigan, interpretado por un insípido James McAvoy, que no traspasa la pantalla por ninguna de sus partes, demasiada tela para tan poco sastre.

Nos situamos en la década de los años setenta, en un país de África, en concreto en Uganda, ante la figura de un dictador como fue Idi Amin, del que en su momento se escribieron verdaderas atrocidades, muchas de ellas verdad y otras tremendamente exageradas, pero que de alguna manera fue un sujeto que tuvo relevancia internacional, pues bien, pienso que al director se le escapa vivo después de ver la historia que nos cuenta.

Digo esto porque acabo con la sensación de que no profundiza lo suficiente en algunos aspectos, Amin era un personaje depravado que seguramente se podría haber dado mucho más de si, se podrían haber mostrado de una forma más fiel los continuos excesos con sus compatriotas y no haber basado la historia en un poco interesante médico que va a realizar practicas al continente negro, pero que da la sensación que el mayor de sus problemas es intentar mantener su pene dentro de la cremallera de su bragueta.

El enfoque de la historia por eso me parece erróneo, dejando de lado a otros personajes que pudieran haber ayudado en el desarrollo del guión, pero que acaban desapareciendo de repente, como si de seguidores de Obote se tratara (cuando la vean entenderán esta frase), nos acaban mostrando una Uganda moderna, con ciertas comodidades, pero ocultándonos la cara real de pobreza, hambruna y falta de medios sanitarios, a veces tenemos al sensación de que estamos ante un sueño que nada es real y que de un momento a otro vamos a despertar.

Siendo francos y claros, la película merece poco la pena, ni siquiera porque realmente no nos muestra muchos de los hechos como ocurrieron, si que agradecerán la actuación de Whitaker con la que obtuvo el oscar de 2007 al mejor actor, pero quizás se queden con la sensación que quedé yo y es que hay veces que el cine sirve de excusa a algunos para edulcorar la realidad y que ello deje esa impresión en su mente para tener una versión manipulada de lo que ocurrió en uno u otro momento de la historia, por supuesto para eso están ustedes, si se conforman con ello o por contrario pretenden más.



TRONCHA


miércoles, 25 de marzo de 2009

"Gomorra" de Matteo Garrone

No se pueden ni imaginar el tiempo que anduve detrás de esta película hasta que conseguí ir al cine y poder verla, entre tanto hacía lo habitual, intentaba no leer nada referente a ella o lo menos posible, para que no me influenciara a la hora de calificarla, aun así alguna noción llegue a tener, por supuesto positiva, el caso es que después de tanto correr y esperar todo llega, siendo honesto debo decir que tampoco es la típica película que sea totalmente necesario ver en salas de cine.

El principal problema que encontré fue que asistí a una sala en la que la versión de la película era doblada, no es por nada pero con doblajes como el que le han hecho a la obra de Garrone, cada vez estoy más convencido que lo mejor es la versión original, se pierde muchísimo del “mensaje” del film al espectador, además los diálogos precisamente no son de lo más elocuentes que tiene este trabajo, con lo cual se podría haber prescindido perfectamente del doblaje y el conjunto hubiera ganado bastante.

Salvando el problema descrito en el párrafo anterior lo primero que se puede decir es que la película es directa y literal, no se anda por las ramas en ningún momento, parece mostrarnos la realidad tal cual, es un trabajo encuadrado dentro de lo que yo llamaría cine realista con ejemplos como “Ciudad de Dios ” (2002), “Hotel Rwanda” (2004), “Tropa de Elite” (2007), y otros más, que nos narran en un tono cercano al documental las vivencias de personas que enclavadas en regiones donde sus formas de vida se convierten en excepcionales si las comparamos con las nuestras.

La narración parte de varios puntos sin necesidad de que todos desemboquen en un final común, nuestros protagonistas trazan sus propios caminos o discurren por ellos como más o menos les dejan, quizás de todos ellos el más importante sea la historia de los dos jóvenes que deciden hacer la guerra por su parte, esa maldita guerra que coloca a todos en un bando u otro, el que condiciona sus vidas, vidas que en muchos casos valen menos que nada, sino es para la consecución del fin para a posteriori ser desechadas, como si de un simple pañuelo se tratara, y el planteamiento es si merece la pena luchar tanto por todo para encontrarse siempre en el mismo lugar y sin una visión clara del futuro.

Con todo el contenido e importancia del mensaje que tiene el largometraje, la técnica a la hora de hacerlo nos resulta justa, abusando en muchísimas ocasiones de primeros planos, o más bien primerísimo que nos definen poco, otra técnica que se utiliza es la de hacer un plano medio en la que solo se encuadra a un sujeto, el resto están desenfocados completamente, hasta que ellos mismos se mueven para encuadrarse, resulta original al menos, eso sí todavía no he decidido si me gusta o no.

Por supuesto que estamos ante un film que denuncia la situación que muchas personas viven al sur de Italia, debido a la influencia de la Camorra, extorsiones, asesinatos, drogas, vertidos ilegales de residuos, explotación salarial, paro, etc. y lo peor de todo es que todo ello ocurre ahí al lado, en nuestra civilizada y moderna Europa, modelo mundial de autogestión, por ello se antoja necesario que personas como Garrone o Roberto Saviano, autor del libro que inspira la película tengan ese par que hay que tener para a través del cine y usándolo una vez más como arma de denuncia social nos muestren una realidad que otros se empeñan en ocultar.



TRONCHA


lunes, 23 de marzo de 2009

"Cimarron" de Anthony Mann

Cuando oyes hablar de Cimarron parece como que la cosa es más grande de lo que luego queda, es la típica película que uno ve cuando es joven cuando teníamos aquella televisión en la que solo había dos canales y en algunas incluso el segundo era casi imposible de localizar a base de girar la maldita rueda, aquella época en la que veíamos lo que había, cuando eso lo comentas con los jóvenes de ahora si acaban diciéndote que como veías aquellas cosas, pero es que no teníamos más opción.

Esta película pertenece a dicho pasado aunque su estreno fuera unos cuantos años antes, la conservas en el recuerdo y cuando pasados todos esos años te enfrentas a ella el problema es que tu mente es menos virgen y ha recibido muchas influencias con lo que ya no la tratas igual y lo que pensabas de ella se acaba desvaneciendo, eso si, nunca se te olvida la famosa escena en la que el Octavo de caballería está vigilando la salida a la carrera para apoderarse de las mejores tierras, una de las mejores filmadas de la historia del western.

Me parece un largometraje con muchos flecos y cabos sin atar, las historias surgen dentro de la trama principal, pero en muchas ocasiones lo hacen de una forma tan espontánea que se nos vienen encima, tan pronto ha transcurrido una hora en la vida de los personajes como quince años, estos saltos en la línea temporal del argumento dejan al mismo con un poco de cojera, llegando a quedar expectantes de lo que ha ocurrido con esta o aquella trama. Esto hace que sea una película con engaño, comienza con un ritmo e intensidad que pierde de una manera relativamente rápida, llegando a una parte final poco interesante, para serles sincero.

La historia trata sobre la parte final de la historia del Oeste, los civilizados yanquis han arrebatado todas las tierras a los indios, se supone que han creado una nación estable sin luchas internas, luchas que han provocado ellos mismos, con lo a gusto que campaban los de las plumas a sus anchas, el caso es que es una narración del declive de ese viejo y auténtico Oeste para dar paso a una sociedad mas industrializada y por otro lado decadente en cuanto al ser humano y la película en este aspecto de decadencia parece ir de la mano del guión.

Estamos hablando de una de las mastodónticas producciones de Hollywood a este respecto, lo que no tengo idea es de si funcionó bien en taquilla o fue un fiasco como algunos otros casos, es una película literal en cuanto a la técnica, no ha buscado otros caminos para evitar presupuesto, si algo se quería se pedía y ya está. Otro aspecto curioso es la “desaparición” de Yancey (Glenn Ford), en la parte final del film el guión esconde al personaje de forma inexplicable, para dejar en primer plano a una poco interesante Sabra (Maria Schell) que no nos aporta mucho deambulando una y otra vez por carísimos decorados.



TRONCHA


viernes, 20 de marzo de 2009

"1984" (1984) de Michael Radford

Tercera versión consecutiva de la misma historia, pero no se vayan a pensar que por ello es la de menos trascendencia o la menos importante, he de reconocer que cada una de ellas tiene sus particularidades y está hecha de una forma totalmente distinta y esto es lo que las da su importancia a nivel individual sin que una sirva para menosprecio del resto, cada una tiene sus formas, su público y su propia influencia.

En el caso con el que ahora mismo estamos, simplemente el primer vistazo al film ya nos damos cuenta que las localizaciones no tienen nada que ver con las vistas en las dos anteriores ocasiones Radford ha creado un mundo mucho más post apocalíptico, mostrándonos las huellas que ha dejado la guerra, esa en la que está sumida la nación desde hace tanto tiempo y cuya pretensión es la paz.

Todo es mucho más gris que en ocasiones anteriores, si ya de por si la vida de los humanos nos parecían desgraciadas en esta ocasión nos lo parecen aun más todavía, el régimen da la sensación de ser más recio, quizás nos lleva a pensar que estamos ante un gobierno que roza el nacional socialismo, esto ya lo habíamos vivido en los ulteriores ejemplos, pero aquí es donde está aun más marcado.

Elogiar los papeles interpretados por dos de los protagonistas, Winston Smith (John Hurt) es un papel totalmente clavado, nos transmite sus temores e irrebeldias como el propio personaje las vive, transciende la pantalla totalmente, Hurt se mete dentro del papel de una manera totalmente increíble, incluso no desentona del entorno austero en el que se desenvuelve, todo en esta versión es mucho más explicito, incluida la violencia y sobre todo el sexo.

Todo este conjunto de elementos hace que nos posicionemos ante el más descarnado film que se ha hecho hasta ahora de la famosa novela de Orwell, y para que todo vaya en consonancia se nos muestra a un O'Brien (Richard Burton) más duro de lo que nos podíamos imaginar, un personaje en el que no caben os sentimientos hacia el prójimo y al que este no le preocupa lo más mínimo, hará todo lo que esté en su mano para que el sistema siga adelante y no se tambalee ni por el más nimio temblor.

Después de haber disfrutado de todas ellas no puedo más que recomendar a la persona que lea esto que repita este mismo ejercicio que servidor ha hecho, por supuesto que encontrarán la misma historia, pero con distintos matices, quizás la primera más austera y cercana al expresionismo del cine alemán, la segunda más complaciente y directa y por último esta tercera, totalmente desgarradora y al mismo tiempo con ciertos tonos oníricos, ya saben adéntrense en las tres y pasen por aquí a comentar que les han parecido.




TRONCHA

lunes, 9 de marzo de 2009

"1984" (1956) de Michael Anderson

Tan solo dos años después alguien decide volver a hacer una película de la novela de Orwell, y eso para que digan que es ahora cuando vivimos en la época de los remakes, entre ellos yo mismo, está claro que el cine como una industria más lo que siempre ha pretendido es rentabilidad, los que la amamos a veces nos quejamos de ciertos pseudo-productos que aparecen en taquilla que tan solo sirven para llenar arcas.

Pensé que al ver de nuevo esta película, una seguida de la otra, me aburriría, al fin y al cabo eran argumentos idénticos, pero cual fue mi sorpresa que esto no ocurrió, cada uno en su justo sitio tienen su interés, aunque la historia es la misma, la forma de planteársela cada director difiere del otro, en este caso que nos atañe, los personajes son menos austeros y más cálidos que en la anterior versión, el director está más preocupado de contar las relaciones que surgen, que la historia y la situación que viven.

En este caso el personaje principal de Smith está interpretado por Edmond O'Brien, solamente decir que ambas interpretaciones son distintas, personalmente prefiero la de Cushing, pero no con esto digo que sea superior, lo mejor es que cada uno se ponga delante de ambas versiones y que elija o que no lo haga y disfrute igual con ambas.

Este trabajo tiene más localizaciones, exteriores y efectos especiales que la anterior, de hecho es mucho más “película” y deja de lado la teatralidad del ejemplo de Cartier, destaco entre otras cosas la escena de los dos minutos de odio, algo que hacemos a menudo en la actualidad, o ustedes no desprotican y ponen verdes a quien ponen una bomba asesinando inocentes y dos minutos después dan la espalda a todo ello y siguen con sus menesteres cotidianos.

Lo dije antes y lo digo ahora no piensen que estamos tan lejos del mundo que nos pinta el largometraje, de hecho yo se que hay programas que se llaman igual que el ojo que todo lo vigila, que todo lo ordena, que todo lo oye y que todo lo ve, más de uno pensaría que ese actual formato era novedoso, pues dense cuenta que pocas cosas están por inventar en muchos campos, que todo a veces se resume en refrescar ciertas ideas que hace años quedaron más o menos trasnochadas.

La película es mas corta que su predecesora, lo que hace que haya momentos que la acción se precipite y las explicaciones no sean del todo contundentes, hay cosas distintas, se cambian algunos nombres de algunos personajes y se da protagonismo a otros que no lo tuvieron en la anterior, para que se me entienda, esta versión está más cerca del cine negro y del de Orson Wells y la versión del 54 está más cercana al expresionismo alemán, algo así como el primer Lang o Murnau.

Concluir este análisis diciendo que el Gran Hermano nos protege, incluso cuando nos salimos del camino guiado o del guión marcado, nos acaba curando, no nos extermina, le interesa curarnos para que volvamos a ocupar nuestro puesto en el engranaje social, de esta manera nos convertimos en su propios trofeos vivientes, mudándonos en ejemplos absolutos de su supremacía, y lo que más rabia me da… que la gente no se de cuenta lo que hacen con ellos.


TRONCHA

viernes, 6 de marzo de 2009

"Watchmen" de Zach Snyder

Siempre insisto en la idea que cuando uno tiene que ir a ver una película de nuevas, lo mejor es ir lo más virginal posible, con eso me refiero a que no hayas leido mucho acerca de ella o te hayan contado demasiado, para no crear demasiadas espectativas y salir decepcionado a posteriori, en el caso de este trabajo he de reconocer que no había leido el comic de Alan Moore, de una forma totalmente premeditada.

Con un primer visionado del film en la gala de inauguración de la VI Muestra Sci fi de Cine Fantástico, en la que todo hay que decirlo, la sala estuvo a reventar, mi primera impresión nada más abandonar la sala fueron que estaba ante una obra de una densidad narrativa increíble, no había asistido durante la friolera de dos horas y cuarenta y cinco minutos, muchos van a salir decepcionados esperando ver la típica película de superheroes y se van a encontrar con algo de más calado.

De lo que si puedo renegar un poco es de la duración, me parece totalmente excesiva, por muchas cosas que se quieran contar no era necesario que estuviéramos casi tres horas metidos en el cine, exige al espectador un gran esfuerzo ya que esa densidad narrativa a la que hacía antes referencia se acaba trabando demasiado para los que somos neófitos en la historia, no tiene mérito saber de que va todo y decir que está muy claro, repito que hay ocasiones en las que hay que agudizar el ingenio.

Los vigilantes (Watchmen) no son unos superhéroes al uso, sino más bien todo lo contrario, da la sensación como que su "padre" Moore intentó ridiculizar la "afición" de estos aventajados policías, el hecho es que aquí lo que más preocupa es la persona que hay detrás de la máscara y el traje, sus preocupaciones, sus miedos, las pasiones que viven y para que nos parezcan aun más humanos que el resto de los de su gremio ni siquiera tienen poderes, tan solo uno de ellos Dr. Manhattan (Billy Crudup) que más que humano ralla lo divino.

Son personajes sin paliativos, no hay condescendencia con quien quebranta la ley y la forma de mostrarlo de Snyder es totalmente literal en la pantalla, algo que se agradece, sus vidas tienen pasión, odio, ternura y todo eso está a la vista, nada se esconde, estos hombres enmascarados y disfrazados tienen sus propios pecados y vicios, necesitan de los bienes materiales y de los placeres terrenos, incluso no dudan en resultar ventajistas sobre el resto debido a su condición.

Los temas que trata son variados, pero lo principal de todo ello es que estamos ante una ucronía de los EEUU de los años ochenta, y como una pandilla de locos simpáticos que gustan de retratarse y ponerse nombres más que peculiares (el hombre polilla, dollar baby, espectro de seda, etc.)hubieran podido cambiar el mundo y restablecer el equilibrio mundial durante la guerra fría, cuando los gobiernos del mundo no hayaban solución alguna a través de la diplomacia, no deja de ser significativo este enfoque de una parte de la historia de la humanidad.

Mientras escribo estás líneas les juro que todavía estoy digiriendo la película, me parece que su factura técnica es totalmente impecable, aquí si que no hay ninguna duda, otro apartado que también destacaría es el de la música que nos transporta a épocas cercanas de juventud a los que ya andamos un poco talluditos, lo que si me queda claro por lo hablado con gente de confianza es que a los seguidores reales del comic no les va a decepcionar.


TRONCHA


miércoles, 4 de marzo de 2009

"1984" (1954) de Rudolph Cartier

Decir que la película está basada en la obra homónima de George Orwell, es algo tan obvio que poca gente pondría en duda, o que si debo comentar es que este caso fue producido para la BBC para su programa concreto "BBC Sunday-Night Theatre", en concreto es el episodio 50 de la quinta temporada que comenzó en 1950 y que duró más de diez años consecutivos, regalando maravillosos “capítulos” semana tras semana como este.

Si nos fijamos en el título de la serie a la que pertenece nos daremos cuenta de porque hay bastantes diferencias con la versión que se rodó dos años después y que también analizaré a continuación, también tiene coincidencias, incluso en el caso de algunos de los interpretes, aunque en papeles distintos en cada una de ellas.

El estilo de la filmación es bastante sobrio, con tintes de gran austeridad, esto es lo que más interesante me pareció de ella, ese entorno teatral en el que se mueven todos los personajes, cobre todo y por encima de todos, el del protagonista Smith (Peter Cushing) que es que realmente infunde fuerza a la historia, como indicaba antes uno de los que repite es Victor Pleasance, aunque como indicaba no en el mismo papel.

Hay una preocupación total por explicar la situación en la que viven los habitantes de Londres en el año 1984, como ha cambiado el mundo y cuales son los valores que priman ahora en el orbe terrestre, esto hace que los diálogos sean bastante dilatados y repetitivos, por supuesto ante la falta de acción en la trama es necesario rellenar con explicaciones de lo que está ocurriendo pero no podemos ver, no se vayan a pensar que esto hace que el conjuntos se resienta y sea insoportable, muy al contrario se carga de intensidad.

Por decirlo de una manera sencilla de los tres ejemplos que analizaremos de 1984, este será el menos cinematográfico aunque goce de una calidad notable, aun así lo que más apasiona en el film es el mundo que crea Orwell, lejos de lo que algunos pensaran que se pueda encontrar distante de nuestros días el panorama descrito por el escritor hindú, si Orwell era hindú, si no me creen búsquenlo por ahí y lo confirmarán.

Los eslóganes son fantásticos “La guerra es la paz”, “La ignorancia es la fuerza” y “La libertad es esclavitud”, yo no pienso que sean tan descabellados, analicen cada uno de ellos uno por uno y verán que muchos de nuestros gobernantes nos intentan inculcar dichas ideas, quizás de una forma velada, pero la denuncia real del film reside en la manipulación que el Estado hace de la información que realmente quiere que acabe llegando a sus ciudadanos incluso haciéndoles creer en una falsa esperanza para ver quien de ellos sería capaz de salirse del “redil”.


TRONCHA


lunes, 2 de marzo de 2009

"Pistol opera" de Seijun Suzuki

Después de toda la vida haciendo películas Suzuki nos deleita con una obra en la que hay que estar en un momento muy ad hoc para ponernos frente a ella, al menos ese es mi pensamiento, no crean que todos los estómagos soportan este film, en el que en ningún momento tuve nada claro la pretensión del autor, habituados a trabajos de otro tipo, en este caso nos quedamos bastante perplejos ante la complejidad del conjunto.

El film es una psicodelia de principio a fin, donde doy por supuesto que el director volcó todo su empeño, pero esto a veces no basta, ya que cada uno somos como somos y el que a veces no nos entendamos nosotros mismos supone que poder comprender a un extraño sea harto complicado, se podría insinuar que estamos ante un ejemplo cercano al cine de Lynch, pero con todos mis respetos pienso que la afirmación es bastante arriesgada.

Una cosa si que me queda clara, la cámara está usada de manera que las escenas no parezcan tales sino que se conviertan en perfectos encuadres, resultado por supuesto de una sobresaliente fotografía, pensando en muchas ocasiones que en lugar de una escena donde realmente estamos es ante un cuadro lleno de colorismo al que constantemente está contribuyendo el uso de la iluminación y del vestuario de los personajes, incluso esa especie de sello teatral que tienen muchas de las acciones, acompañadas de una especie de coreografía kabuki.

El guión no es lineal, va a saltos, de repente estamos frente a la realidad y sin darnos cuenta pasamos a formar parte de los sueños del personaje al que pertenece la secuencia, esto hace que andemos perdidos y que no tengamos claro en que momento nos encontramos, con la consiguiente falta de interés que al final acaba desembocando en el aburrimiento más soporífero.

Echando un vistazo por ahí veo que hay opiniones sobre este trabajo de todos los gustos, algunos piensan que este es una especie de canto del cisne para el director nipón y otros como yo que no hay por donde cogerlo, que a veces los directores sacan las ideas desde tan dentro de si, que las cosas se complican tanto que no saben como transmitir al público lo que quieren transmitir, otra cosa por supuesto muy distinta es lo que cada uno entienda sobre lo que ve, claro está.


TRONCHA