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lunes, 31 de agosto de 2009

"La torre de Suso" de Tom Fernández

You can read this text translated into english at: La torre de Suso

No se como, pero de repente me vi ante esta peliculilla que para nada había despertado mi interés, de hecho más bien todo lo contrario ya que me la habían recomendado algunas personas que sus criterios en cuanto a gustos cinematográficos están a años luz de los mios. Pero el caso es que accedí a sus consejos y he de decirles que no me arrepiento, que disfrute de un buen rato, de un rato bastante divertido y que en bastantes ocasiones llegue a desternillarme.

No voy a hacer una defensa a ultranza de la película ni mucho menos, pero si que la voy a salvar de la quema, la genialidad de sus diálogos me parece suficiente para que alcance el aprobado y para recomendársela a cualquiera que quiera pasar un buen rato. Su secreto reside en que utiliza un humor muy cercano, muy de andar por casa, muy comprensible para el espectador patrio, fuera de aquí no cuajaría, no ven la vida como lo hacemos nosotros.

El caso es que mientras el film camina por los senderos de lo cómico más o menos las cosas van funcionando es quizás cuando se intenta adentrar en el bosque de lo dramático cuando nos aburrimos y nos damos cuenta que estamos ante una historia más de retorno del hijo pródigo al hogar, de alguien que no ha conseguido triunfar pero que vive, que aunque no da una a derechas y no es capaz de mantener nada en pie, es feliz con lo poco que tiene cuando lo tiene.

La película, no tiene más, es pequeña en sus dimensiones y por tanto sus pretensiones no pueden ser tampoco demasiadas, pero funciona, a tirones y poco a poco llegamos a soportarla, incluso a agradarnos en puntos bastante determinados. De hecho es la opera prima de este realizador, más acostumbrado al mundo de las series, algo que se nota en esta producción, aun así no ha de ser una interesante piedra de toque, quien sabe si en el futuro, le saldrán ejemplos similares.

Simplemente acabar destacando dos de los personajes el de Mote (César Vea) que es el amigo "tocacojones" del grupo pero el que humoristicamente más aporta al conjunto algo que es de agradecer, el contrapunto de seriedad. Incluso de humor negro lo pone la madre de Cundo, papel interpretado por Teresa Lozano, el resto de verdad que no merecen mención incluso, los dos anteriores se aguantan a ratos no mucho más.



TRONCHA

miércoles, 26 de agosto de 2009

"Milagros en venta" de Tod Browning

You can read this text translated into english at: Miracles for sale

Curiosamente este es el último trabajo del maestro Browning, uno de los directores que siempre he tenido más en cuenta a la hora de acercarme al cine. Sus trabajos siempre han sido excepcionales sobre todo desde mediados de los anos veinte a principios de los treinta, en aquella época había hambre de cine, los distintos cineastas fluían aquí y allá y cada tenía su particular visión de este renaciente arte. Muchos dedicaron sus carreras al drama, al negro, al policíaco, pero Browning donde se movía como pez en el agua era en esa frontera entre lo real y lo fantástico, o por decirlo de otra manera la parte fantástica que reside en la realidad.

El trabajo del que aquí vamos a tratar estaría bastante ajustado a la frase con la que terminaba el párrafo anterior, a quien no le ha impresionado el mundo de la magia y sobre todo de los magos. Esos fantásticos embaucadores que nos hacen ver la realidad como ellos pretenden para que no nos demos cuenta que lo que realmente ha ocurrido no tiene nada que ver con lo que han captado nuestros ojos y por extensión ha procesado nuestro cerebro.

Mike Morgan (Robert Young) es un vendedor de trucos, porque no se si ustedes lo saben pero los magos e ilusionistas no todos inventan sus trucos, son otros los que los hacen y acaban vendiéndolos o bien alquilándolos. Esto por si alguien lo desconocía se hace en nuestros días también y les aseguro que no son nada baratos, aunque "Mike" es un creador de ilusiones no soporta que haya estafadores que intenten engañar con trucos baratos a mentes fáciles e indefensas e inicia una cruzada para desenmascar a estos impostores.

A su lado codo con codo estará Judy Barclay (Florence Rice) para desenmascarar a los que pretenden engañar al resto, todo esto hace que el realizador nos muestre una serie de personajes a cual más peculiar. Cada uno dentro de su ámbito, escapistas, mediums, prestidigitadores, etc, estos son los ambientes en los que se desenvuelve a la perfección el realizador, con gente extraña que le sirve de excusa para desarrollar una de sus mejores facetas como es la de realizar continuo es la de los efectos visuales. Parece increíble que en aquella época con un cine todavía en ciernes hubiera maestros capaces de "engañarnos" mejor que lo hacen algunos de ahora con muchos más medios.

El problema del largometraje es que tiene un ritmo frenético lo que le hace bastante incomprensible en muchos momentos, la acción está poco desarrollada con lo que la base es el diálogo, muy locuaz por otro lado, destacar el personaje del padre de Mike (Frank Craven) que aun siendo el más normal de todo es el que pone el tono cómico a la narración. El caso es que en general volvemos una y otra vez sobre los mismos puntos lo que hace que la producción pierda calidad, pero no por ello interés, además es muy corta, apenas setenta minutos, piénsenlo a veces perdemos ese tiempo de nuestra en vida en cosas peores o ¿no?



TRONCHA

lunes, 24 de agosto de 2009

"Rojo" de Krysztof Kieslowski

You can read this text translated into english at: Red

Con este trabajo el realizador polaco da por finalizada la trilogía, su culminación es soberbia como no podría ser de otra manera viniendo de donde viene, mucha gente se inclina a pensar que esta es la mejor de las tres. Sin embargo, yo me quedo con la segunda, supongo que como Kieslowski se empeña en meterse en las entrañas del espectador cada uno tenemos nuestro particular punto de vista de lo que estamos viendo y por supuesto cada cual le da el enfoque que a él le parece el correcto.

Lo que si creo es que esta es la más revirada de las tres, partiendo de una idea simple en la que dos personas se conocen a raíz de una nueva tragedia como no podía ser de otra manera, lo elocuente está en como va a evolucionar la relación entre ambas. Valentina (Irène Jacob) una modelo de pasarela y un juez (Jean-Louis Trintignant) retirado y marcado por el desengaño que tuvo por la infidelidad de su mujer, un tema que aparece de forma explicita e implícita en toda la trilogía.

Estamos ante un gran ejemplo de narración cinematográfica quizás sobra decirlo, ante una gran ocasión de ver un esmerado uso de la cámara y sobre todo de la iluminación, transitando la acción por escenarios más o menos grises en los que la monotonía del color se rompe con algún objeto de color rojo. Esto es algo habitual, los personajes de los films de Kieslowski se mueven a sus anchas por estos decorados ocres, que emanan cierta pesadumbre y también porque no decirlo infunden cierta depresión.

La obra fluye de más a menos, las cosas están muy grises por no decir negras y todo acaba evolucionando, como si se quisiera demostrar que hay personas que hacen mejor a otras personas, que lo que para unos es negro para otros supone la luz y que cualquiera es capaz de arrancar una sonrisa a otro por muy degradada que se encuentre su vida, todo esto es lo que parece transmitir la película, no con la fluidez de otras ocasiones, ya que parece que el director la impregna de mayor intimismo que a las anteriores.

Contribuye a esa cierta falta de comprensión el que se juega con la línea temporal, cuando estamos descubriendo el pasado de la vida el juez, este no se nos muestra en modo de flash back como quizás pudiera ser lo fácil o habitual. El caso es que lo vemos a través de la relación de otra pareja que tiene características practicamente idénticas a la del letrado, de ahí que el espectador tarde en comprender si se encuentra en el presente o en el pasado, aun así y para terminar decir que Kieslowski siempre merece la pena y que su particular cine es digno de tener en cuenta en todo momento.

TRONCHA

viernes, 21 de agosto de 2009

"Blanco" de Krysztof Kieslowski

You can read this text translated into english at: Blanco

Hablar de sentimientos es hablar del cine de Kieslowski, pienso que este director es incapaz de hacer algún trabajo que no tenga un calado de profundidad, aunque debemos reconocer que este nuevo trabajo el que ocupa en concreto el punto medio de la trilogía. Contiene una agudeza quizás inusual en otros ejemplos anteriores, este nueva realización tiene ciertos tintes de picaresca que lo hacen más animado y le sacuden la seriedad del anterior.

No vayan a cometer el error de pensar que estamos ante una historia banal y sin fundamentos, otra cosa es que eche mano de cierto humor tintado de negrura por supuesto para mostraros la historia de Karol (Zbigniew Zamachowski). Un polaco enamorado de una francesa a la que es incapaz de satisfacer sexualmente, motivo por el cual ella acaba rechazándole, esto por supuesto hace que su vida de un completo giro y que acabe retornando a su país natal, otra cosa distinta es ya la forma que tiene de hacerlo.

Nuestro protagonista hará todo lo posible por hacer que Dominique (Julie Delpy) vuelva a sus brazos aunque esto le suponga algún disgusto que otro por el camino, aun completamente enamorado de ella. Lo que realmente le mueve es la venganza por verse despreciado y a fe que va intentar llevar a cabo su maquiavélica trama para que todo vuelva a donde realmente quiere, esta protagonismo constante en la película de la venganza en si es lo que la hace distinta de su predecesora.

Algo que no había comentado en la anterior reseña es que el director no utiliza estos tres colores al azar, tan en la anterior como aquí predominan los enfoques de escenas en el color que da título al film, y es que el director no deja ningún detalle al azar. Por pequeño que este nos pueda parecer, sus trabajos son aun más profundos cuando realizamos posteriores visualizaciones de los mismos, lo que nos da una clara perspectiva de la gran importancia de los mismos.

Aun cuando la acción al comienzo se desarrolla en Francia, posteriormente viaja con Karol al Este de Europa, incluso en un principio el idioma original del film podría ser el polaco para que tengamos aun mayor sensación de como puede sentirse en un extranjero en tierra extraña. Alguien que lo ha dado todo por amor y que de la noche a la mañana lo pierde, no por su propia incapacidad sino por la falta de comprensión del ajeno e incluso porque no decirlo por el capricho de una superficial mujer.



TRONCHA

miércoles, 19 de agosto de 2009

"Azul" de Krysztof Kieslowski

You can read this text translated into english at: Blue

Con esta primera reseña comienza el análisis de la trilogía que hizo Kieslowski a principios de los años noventa en homenaje al país que le acogió Francia y que forma más original de hacerlo que denominando a cada uno de sus trabajos con los colores de la bandera gala. No piense por esto que vamos a encontrar algo distinto a lo que nos tiene acostumbrados el director polaco, estamos ante su típico cine de sentimientos profundos y de esa particular forma de que trasciendan a través de la pantalla.

Su fiel "lazarillo" Zbigniew Preisner es una vez más el encargado de la música de este triple trabajo, sirviendo el sonido como hilo conductor entre espectador y director. Incluso en este primer trabajo el elemento musical es mucho más importante que el resto ya que una de las tramas del mismo la supone el intento de terminar una sinfonía inacabada que será interpretada por doce orquestas a la vez en el día de conmemoración de la unión europea.

Aun sin olvidar los aspectos del párrafo anterior el hilo principal de la historia lo ocupa el sufrimiento de Julie Vignon (Juliette Binoche) una mujer marcada por la tragedia familiar, a raíz de un accidente queda sola en la vida, sin un referente claro, y lo que es peor con los sentimientos enquistados en su interior. Algo que su aspecto exterior no llega a transmitir, su dolor es tan profundo que ni siquiera puede liberarse de él a través del llanto, por lo que todo esto le hace renunciar a toda la nueva realidad que se le presenta frente a ella.

El ritmo de la película es quizás demasiado tenue en ocasiones, pero no nos equivoquemos esto no quiere decir que se haga lenta e incomoda, lo que interesa es transmitir lo que nuestros protagonistas padecen y sienten. Todo esto acompañado de un excelso uno de la cámara que en ocasiones se centra en objetos que aparecen en primer plano y que nos recuerdan de alguna manera al cine de Bresson , utensilios cotidianos que a su vez parecen contarnos historias y sentir y padecer como los sujetos que los usan.

La estructura de la película es similar a la de un concierto o la de una pieza musical de ópera, en la que las escenas se suceden en actos con sus controladas y típicas pausas, mis conocimientos sobre música clásica son muy precarios lo que hace que esta afirmación pueda ser rebatida por alguien que por aquí pase, pero en definitiva eso está bien, aquí estamos para aprender y que nos enseñen.

TRONCHA

lunes, 17 de agosto de 2009

"091, policía al habla" de José María Forqué

You can read this text translated into english at: 091, policía al habla


Desde que allá a principios de los años cincuenta comienza a esbozarse el género negro español han surgido ya unas cuantas películas que han ido dando cierta envergadura a esta tendencia que surge en nuestro país, sobre todo las que se comenzaron a realizar en la zona de Barcelona y de directores de aquellas latitudes. En este caso y en contra de lo dicho anteriormente toda la acción se desarrolla en la capital, Madrid, lo que hace que el largometraje pierda algo de cosmopolitismo pero gane en firmeza y le haga en consecuencia más patrio y generalista.

Son varios los elementos que viene a tratar, no se limita a un hecho aunque si que tenemos que estar de acuerdo que el tema de la venga es el que hila al resto, personificado en la figura del comisario Andrés Martín, interpretado por un joven y aun en ciernes Adolfo Marsillach. Un personaje en el que se ha pretendido reflejar todas las cualidades del cuerpo nacional de policía de aquellos tiempos, sirva esto para apuntar que el film en muchas ocasiones tiene trazas de documental más que de narración fílmica.

El caso es que Forqué en su trabajo aprovecha para mostrarnos el amplio periplo de actividades que realiza el glorioso y abnegado cuerpo de policía en la época franquista. Desde ser capaces de resolver el más complicado de los casos y detener a los autores de un robo de bastante envergadura, como el de ayudar al simple ciudadano que malvive en los suburbios de la ciudad y que necesita de ellos para salvar la vida de un niño.

A través de este periplo, de esta especie de viaje "nocturno", ya que no hay que olvidar que la acción transcurre casi en tiempo real y durante una noche de servicio. La realización sirve de ejemplo propagandista para que el ciudadano que acuda a las salas acabe encantado con las labores de la policía y como ya apuntàbamos antes todo ello encarnado en la figura del comisario Martin. En el que la desgracia se ha alojado en lo personal, pero esto no le impide cumplir perfectamente con sus obligaciones como no podía ser menos en un honorable miembro del cuerpo, dejando de lado esa venganza personal para anteponer los intereses generales.

En contraposición a tanta seriedad, que todo hay que decirlo a veces tensa el film, nos encontramos con un tipo de delincuentes menores que tan solo pretenden subsistir, esa especie de pícaros que tan solo pretenden subsistir con sus hurtos y huyen de complicaciones y de delitos de mayor calado. Pues bien como decía estos son los que ponen la parte cómica, picaresca, esos dos "lazarillos" son Charles (Tony Leblanc) y Bicho (Manolo Gómez Bur), que acometen dos papeles geniales de los que nos tienen acostumbrados a través de nuestra filmografía.

En definitiva realmente no definiría este trabajo como el perfecto paradigma de cine negro, sino que sería algo así como un policíaco social, ya que parece reflejar como todos los estamentos de la vida pueden verse inmersos de una manera u otra en algún conflicto. Y como por supuesto ahí está la policía para hacer de juez de paz y saber donde tiene que tensar los hilos para no dar carrete a ciertas infracciones pero también saber tener mano izquierda para quien realmente se ha desviado un poco del camino correcto y hay oportunidad de que con una pequeña ayuda vuelva por la senda correcta.


TRONCHA