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viernes, 30 de octubre de 2009

"Número 17" de Alfred Hitchcock

You can read this text translated into english at: Number seventeen

Aunque lo que voy a decir parezca una evidencia total, no se crean que lo es, Hitchcock fue uno de los cineastas que lo tuvo claro desde el principio, sabía la línea que iba a seguir, tenía unas ideas fijas en cuanto a lo que quería mostrar a los espectadores. Otra cosa más peregrina es que lo consiguiera aunque puedo aventurarme a decir que en mayor o menor medida pero en todos sus trabajos el denominador común es el suspense y da igual de que época estemos hablando, bien en sus inicios en su Gran Bretaña natal o cuando decidió dar el gran salto y afincarse hasta el final en la industria hollywodiense.

Por decirlo de algún modo, este es uno de sus primeros trabajos, porque quizás alguien de los que pase por aquí no sabrá que este director viene del cine mudo y que no solo sus orígenes vienen de ahí sino que fue uno de los que supo adaptarse al sonoro. Algo que no todos consiguieron y me refiero a directores y algunos actores, el caso es que "Número 17" ya está dentro de la época sonora, pero muy en los principios de esta.

Desde el primer instante del film nos damos cuenta de lo que avisaba en el primer párrafo, el azar hace llegar a un individuo a una determinada casa donde acaba entrando y nada más hacerlo descubre que no está solo, la necesidad. Otra causa relativamente razonable en ocasiones ha llevado allí a Ben (Leon M. Lion) un vagabundo que aprovecha lo que la vida le tiende en su tacaña mano para poder tirar hacia delante y una casa vacía es un perfecto lugar donde dejar que transcurra su macilento cuerpo.

Como gran maestro del suspense lo primero que hace es mostrarnos como está la situación, en numerosas ocasiones hemos llegado a la conclusión de que si somos testigos de lo que ocurre al final acabamos implicándonos aun más en la trama incluso llegando a ser a veces nosotros los protagonistas o poniéndonos en el pellejo de algunos de los personajes, esto el maestro lo sabía y es el recurso del que realmente hizo gala en la casi totalidad de sus trabajos.

Hay dos elementos que destacaría de entre todos los recursos que utiliza que no son pocos, sin ir más lejos durante bastante tiempo dentro del largometraje se juega una y otra vez con maquetas a escala para intentar transmitir la intensidad de la persecución de un tren que debe llegar a un ferry y que a la vez es perseguido por un autobús, ahí es nada. El caso es que el mayor trabajo lo acapara a la hora de jugar con la iluminación del film, continuamente estamos ante un combate entre luces y sombras que el director aprovecha para añadir incertidumbre al conjunto, para ello se ayuda de que él mismo vino a denominar lo que es un mcguffin, como es la vela que continuamente se apaga y enciende y de manera indirecta se convierte en protagonista de esta parte del film.

El caso es que el guión parece interesante, ladrones, joyas, detectives que acaban siendo desenmascarados, algún que otro aprovechado de turno y la pizca de humor negro que tanto le gustaba traída de la mano del raterillo Ben. Pero según avanza la narración todo se viene un poco abajo y me dio esta sensación cuando más y más personajes se iban sumando a la trama, el caso es que tan pequeña película se podía haber solventado aun con mucha menos gente y de una manera más satisfactoria, que no mala, no se vayan a equivocar en mis apreciaciones.



TRONCHA

miércoles, 28 de octubre de 2009

"Sin nombre" de Cary Joji Fukunaga

You can read this text translated into english at: Sin nombre

Supongo que de todas las veces que he escrito alguna reseña sobre alguna película el tema del entorno ha surgido con anterioridad. Hay que reconocer que lo que rodea a las personas acaba condicionando su vida, de una forma profunda o superficial pero siempre acaba marcando a la persona, no es lo mismo criarse en un contexto relativamente normal, como hacerlo en uno envuelto de violencia. Este es el soporte que utiliza Fukunaga en su ópera prima, la violencia y por extensión el mundo de las “maras” pandillas de jóvenes sin futuro que intentan forjarse uno amparados en el terror.

Tampoco debemos pensar que la película se recrea demasiado en este submundo que campa a sus anchas en Centroamérica y Méjico, compuesto fundamentalmente por delincuentes deportados por EEUU a sus países de origen. El realizador nos muestra lo necesario de este ecosistema para que tengamos una mejor compresión de la historia, lo que realmente importa es la relación que surje entre los protagonistas Sayra (Paulina Gaitan) y “Casper” (Édgar Flores), dos personas con orígenes muy distintos pero que por distintas circunstancias acaban intentando conseguir lo mismo.

El formato del trabajo si se me permite yo lo definiría de rail-movie (en lugar de road movie), ya que gran parte de la historia transcurre en el techo de un tren que lleva a un nutrido grupo a la esperanza de cruzar la frontera con los EEUU para tratar de mejorar sus vidas para siempre. El largo recorrido sobre los railes, da tiempo para que surja la amistad entre ambos adolescentes, no definiría como que surje el amor, quizás otros si, pero yo definiría la relación entre ambos como una especie de complicidad en la que uno intenta salva al otro y viceversa.

En realidad asistmos al drama de la coexistencia de ambos, en un lugar en el que ya no se tienen más que uno al otro, todo lo demás no importa, incluso hay cierta magia en algunos momentos donde se dan cuenta que probablemente sus vidas hubieran sido totalmente distintas de haberse conocido antes. Pero este planteamiento es realmente imposible, ambos están donde la vida les ha situado de una forma o de otra, aunque sus pretensiones sean practicamente las mismas.

La película no tiene concesiones, no es mojigata, la vida y la realidad son así de crudas en muchas ocasiones y no se nos pretende enmascarar lo que ocurre. En ocasiones no se puede estar el tiempo que uno quiere con los seres queridos o al menos el que a uno le gustaría. También sabemos que la vida no regala nada, te puede hacer un préstamo, pero al final acaba cobrando y como en muchos otros ejemplos dentro del cine, el que la hace la paga. El individuo pierde su identidad ante lo que realmente representa el grupo, hallándose este último siempre por encima.

El resultado global es bastante agradable, acabamos adentrándonos en el terreno que nos propone el director, de la mano de una buena dirección y sobre todo de una gran calidad en la fotografía, ambos apartados premiados en Sundance. Este detalle me hace reflexionar si a veces el cine indie, el habitual en este festival, goce de mucha mayor originalidad que el realmente comercial y por tanto merezca mucho más la pena nuestra atención para que no ses pasen trabajos como el que ahora nos ha ocupado.

TRONCHA

lunes, 26 de octubre de 2009

"Tragedia submarina" de John Ford

You can read this text translated into english at: Men without women

En todos los aspectos de la vida como por supuesto en los del ser humano hay etapas y no se puede decir que de repente acabe una y al segundo siguiente comience la siguiente, entre ambas hay periodos de transición, esta película puede servir de ejemplo de transición entre el cine mudo y el sonoro. Sobre todo por varios aspectos que a continuación me gustaría descubrir, creo que su mayor valor le viene dado por estas características y por supuesto por su autor.

La historia comienza en puerto seco, es decir, los marineros están en tierra intentando divertirse tomando unas copas y comprando souvenirs, antes de volver a embarcar, lo curioso de esta primera parte es que aparecen intertítulos, elementos propios del mudo. Pero cuando volvemos a la escena, nos damos cuenta que estamos escuchando el sonido ambiente, incluso las canciones y música que se interpretan en el tugurio donde están dando se relajan los marinos. Esto a veces viene intercalado con fragmentos de diálogo de los personajes que de repente se corta, para sacar otro intertítulo.

Esta forma de "realizar" la cinta me da la impresión que pudo ser por dos motivos, bien que aun el gran maestro no dominaba la técnica del sonoro y le costó despegarse de los tiempos en los que los filmes silentes tan solo tenían el acompañamiento del sonido de las notas de un piano. O bien se atrevió a experimentar con la nueva técnica sonora y el resultado no le gustó demasiado o lo suficiente aclaratorio para que el espectador quedara satisfecho, el caso es que sea una u otra razón son un motivo más para añadir originalidad al trabajo final.

Otra peculiaridad que también destacaría del largometraje es que se nota que los actores si que han evolucionado, están mejor preparados para la evolución al sonoro, aunque un poco anquilosados en el reciente pasado. La forma de interpretar y comportarse delante de la cámara ya no es lo mismo, su lenguaje gestual cambia, expresándose de una mentira mucho más distinta y menos forzada como hacían en los inicios.

Aparte de estas características técnicas, el film se sostiene perfectamente en su guión, ahora estamos acostumbrados a ver historias de submarinos que las pasan canutas y el director intenta transmitirnos la agonía que los tripulantes pasan en dicha situación. Con un inmenso mar encima y muy pocas esperanzas de vida, Ford, consigue transmitir esa inquietud al espectador, la desesperación por salvar a la tripulación del submarino S-13.

La historia bajo mi punto de vista tiene bastante solidez para haber salido adelante, quizás no debería haberla intentado rodear con cierto halo de misterio alrededor de la figura de Burke/Quatermain (Kenneth MacKenna) un hombre que desapareció y que lleva una carga de traidor a sus espaldas. Por culpa de una mujer que en el pasado le traicionó, para que este perdiera a los componentes de la tripulación de su navío, el caso es que el personaje pretende la redención a toda costa, cuando lo realmente interesante es ver la agonía del submarino con catorce hombres postrado en el fondo el lecho marino.
TRONCHA

viernes, 23 de octubre de 2009

"Algodón en Harlem" de Ossie Davis

You can read this text translated into english at: Cottons come to Harlem

(El uso de la palabra negro en ningún momento pretende ser peyorativa, en el colectivo cuya piel es de dicho color prefieren que se les denomine así a "gente de color" o cualquier otro término, por ello lo empleo).

Les prometo que la intención de este párrafo no es la de que sirva de chiste y muchísimo menos como menosprecio hacia nadie, pero cuando me dispuse a ver la película tenía en mi cabeza que de algún modo era cine negro. Lo que acabé dándome cuenta nada más ponerla es que es cine negro hecho por negros algo que en determinada época y en ciertos directores fue muy habitual, directores negros y actores y actrices negros, algo que sinceramente me parece un poco absurdo.

No hay que ser un lumbreras par saber la discriminación que históricamente ha sufrido el colectivo negro en todo el mundo y en este caso particular en los Estados Unidos. Con este tipo de producciones o películas de negros, casi todas habituales en la década de los años setenta y principios de los ochenta, lo que sus directores pretendían era dar a conocer los sentires y padeceres de su gente y quien mejor que ellos mismos para hacerlo y protagonizarlo.

Harlem es un reducto que los blancos crearon en Nueva York, para confinar a los inmigrantes de raza negra o descendientes de los esclavos que llegaron a su país, lo que en castellano sería un ghetto, aunque claro nuestros amigos los yanquis no aceptarían dicho concepto. Son gente sin esperanzas pero con mucho potencial, deseosos de llevar una vida normal como cualquier otra persona y realmente como la merecen y nunca se les ha concedido, sus ídolos siempre vienen del mismo ámbito, el religioso.

Sus "predicadores" urbanos o mejor dicho sus embaucadores urbanos acaban llevándoles al lado donde quieren, tenemos que tener en cuenta que son gente sin recursos económicos, ni académicos. Un perfecto caldo de cultivo para la delincuencia y campo de ensayo para las drogas, muy probables víctimas de las palabras de estafadores de cualquier pelo que no dudan en aprovechar de los suyos para su beneficio personal, no dudan en arruinar sus vidas para enriquecer las propias.

Entre este mundo destacan dos personas "enterrador" Jones (Godfrey Cambridge) y "ataúd" Ed Johnson (Raymond St. Jacques), dos especie de superpolicias, por supuesto negros, que conocen como nadie su entorno y que se manejan fenomenalmente a los suyos. Personajes en los que se puede confiar, aunque en ocasiones actúen más bien como Robin Hood que como aprendieron en la academia de policía, en algunas escenas efectistas y exageradas la categoría anteriormente mencionada de superpolicías el realizador la lleva demasiado al extremo adentrándonos a ambos más en el mundo circense que la seriedad que probablemente debería requerir el tema.

El caso es que el largometraje está impregnado de esta especie de gags que se marca el realizador y que contribuyen muy poco a la calidad de la cinta, si se hubieran evitado estoy seguro que todos lo hubieramos agradecido y nos adentrariamos de otra manera en ese tan peculiar barrio. Si tuvieramos la sensación de mayor dramatismo del que vemos todo quedaría mejor y estaríamos ante una probable buena película de cine negro, protagonizado en su mayoría por gente de raza negra y no delante de una mediocre comedieta, llena de frivolidad como realmente estamos.



TRONCHA

miércoles, 21 de octubre de 2009

"El viaje fantástico de Simbad" de Gordon Hessler

You can read this text translated into english at: The golden voyage of Simbad

Nunca he creído en la tópica frase que muchos mayores repiten a veces de manera machacona "...esta juventud..." cada generación no es peor ni mejor que la anterior, tiene sus peculiaridades y características concretas que vienen condicionadas entre otras cosas por su entorno, esta era de las películas de mi infancia y por ello me dispuse a verla con mi hijo. Para compartir ese hecho y por supuesto observar su reacción, lo primero que dijo al ver uno de los animales "paridos" por Harryhausen fue que como se notaba que era de "mentira", rápidamente intenté explicarle que antiguamente no había ordenadores como ahora y que los efectos especiales se hacían de otra manera. Que eran muy difíciles y que no restara mérito al trabajo de aquellas personas, lo entendió perfectamente, aunque por supuesto prefiere los que le han tocado vivir durante su infancia.

La verdad es que de los trabajos que hizo Ray Harryhausen a lo largo de su carrera, reconozco que cinematográficante la historia no tenía un mérito desmesurado, aunque en este trabajo no deja de tener cierto interés. Lo que realmente es interesante es ver como perfecciona la técnica del "stop-motion" para meter a los personajes humanos en mundos imaginarios y repletos de fantasía y ciencia ficción, incluso rodeados de seres mitológicos.

Para ser honrados, yo más o menos recuerdo que tampoco me creía que aquellos monstruos eran verdaderos, ni siquiera en mi infancia, pero nos daba igual, si es que no teníamos otra cosa, el vídeo, que era aquello del vídeo de lo que hablaban algunos, aunque solo sea por esto. Este tipo de cine en mi opinión merece un respeto, a muchos de los de mi generación les hizo adentrarse en este maravilloso mundo y amar el séptimo arte como lo aman.

Como apuntaba anteriormente la historia funciona estamos ante una aventura en la que dos barcos buscan el mismo destino geográfico aunque difiera del personal, Simbad (John Phillip Law) el marino por excelencia de todos los mares. Hombre justo donde los haya y exponente máximo de la libertad, no dudaba en ayudar al desfavorecido y acudir allá donde hubiera aventura, su antítesis sería Haroum (Kurt Christian) egoísta, dominador, execrable en sus acciones, representante por tanto del lado maligno del ser humano.

Comentarles como termina sería absurdo porque todo el mundo lo sabe perfectamente, los héroes no suelen acabar casi nunca mal y menos si son de la mencionada infancia, porque unos elegiríamos ser vaqueros de un western y otros romanos. Pero también los habría que eligieran ser como Simbad, yo no era mucho de estos, pero disfrutaba como un enano viéndole, quizás y habiendo pasado el tiempo ahora precisamente si que elegiría al rey de los mares, porque no hay que negar que se rodeaba fantásticamente en cuando a féminas se refiere y sino juzguen ustedes mismos el papel de la "pobre" esclava Margina (Caroline Munro).

Por cierto no deberían perderse el comentario que en un momento determinado le hace el capitán Simbad a Achmed (Takis Emmanuel) sobre los placeres de cierta sustancia alucinógena extraída de la planta del cáñamo, recuerden que vimos la versión doblada y que esto supone un reto ante la censura de aquellos momentos.
TRONCHA

lunes, 19 de octubre de 2009

"El mercader de las cuatro estaciones" de Rainer Werner Fassbinder

You can read this text translated into english at: Händler der vier jahreszeiten

Primera toma de contacto con el cineasta de origen alemán, hacía tiempo que había grabado esta película y quien sabe porque, no vamos a entrar en profundas averiguaciones pero no conseguía de ninguna de las maneras que entrara en la bandeja del DVD. Pero como ocurre siempre en la vida, todo acaba llegando aunque ésta a veces no goce de la longitud que desearíamos y por supuesto una vez más la experiencia que viví con este film va a ser descrita a continuación y compartida con todos en definitiva.

A primera vista destacaría que me parece un cine minimalista, la puesta en escena está hecha con los elementos justos, elementos sobrios y fríos porque no decirlo, que parecen transmitir esta frialdad a los personajes , las escenas parecen tener lo justo. Centrando nuestra atención en el personaje que en ese momento lleva la carga de la acción, como si el realizador pensara que un entorno recargado podría desviarnos de lo que realmente interesa.

A raíz de todo esto pienso que estamos ante un cine directo en el que todo es literal, lo que se ve es lo que es, no andamos con tapujos de aquí para allá, insisto en que lo importante son las situaciones de los personajes y por ende lo que estos viven y sienten. Lo de menos es quien los interpreta, continuando con el concepto del párrafo anterior podemos llegar a pensar que los actores también son meros elementos estrictamente necesarios para que la historia sea creada, todo esto en cierta manera recuerda mucho al cine de otro peculiar director como es Robert Bresson.

En este trabajo nos encontramos la vida misma, algo que de una manera u otra todos hemos experimento, a través de Hans (Hans Hirschmüller) seremos testigos de lo que las personas pueden llegar a sufrir por la vida que les toca vivir, está claro que no estamos ante una historia dulce. Ni siquiera los pocos momentos de felicidad que aparecen en el film son de una alegría contenida y casi me atrevo a decir que figurada, la infancia y el trato de la familia durante dicho periodo son totalmente definitivas para el desarrollo posterior de la persona y si esto lo analizamos en nosotros mismos pienso que Fassbinder no va muy descaminado.

La frase que definiría el film es la que Heide (Heide Simon), hermana de Hans y tía de Renate (Andrea Schober) explica a la niña en una escena puntual de la película, en ella le dice tras sufrir el infarto que este vivirá lo que él quiera, en un principio la niña no entiende la frase. Como probablemente nos ocurre a nosotros pero no se preocupen déjense llevar de la mano del realizador que acabaran comprendiéndola, todos vivimos lo que queremos vivir de eso no me cabe ninguna duda.

TRONCHA

viernes, 16 de octubre de 2009

"The bat" de Roland West

You can read this text translated into english at: The bat

Lo primero que vino a mi mente en cuanto vi los decorados de la película fue el cine alemán y su concepto de expresionismo, las ubicaciones de los personajes son en entornos increíbles, situaciones donde la arquitectura es la protagonista, el ser humano parece ínfimo al lado de cualquier elemento constructivo. Incluso el director se preocupa de que todo esto así parezca ya que hay ocasiones en que aleja muchisimo el plano para que la persona parezca aun más pequeña.

Uno de los elementos que más me impactó fue el tamaño de las puertas, increíblemente grandes, todo esto era una serie de recursos que utilizaba el cine en sus orígenes, porque no debemos olvidar que estamos hablando de una película muda, al querer dar la sensación de que estamos en una mansión. Pero me da a mi que en este caso se han pasado un poco, de todas maneras es tan solo por se un poco pejiguero y que lo observen cuando estén frente a ella.

La historia tiene cierta fuerza narrativa, incluso hay un constante suspense durante cierto periodo del metraje, lo que ocurre es que al final se cae un poco todo y la resolución final no convence demasiado. Especificando aun más podemos decir que la conclusión de todo es un pelín arrebatada y no tiene mucho sentido, pero aun así hemos disfrutado bastante con las correrías del murciélago y como ha ido manteniendo a todos en jaque de un lado para otro.

La estrategia que el director utiliza para crear ambiente y mantener pendiente al espectador son las esporádicas apariciones del mamífero alado, que todo hay que decir recuerdan mucho a su sucesor Batman. Hay muchos recursos que dan la sensación que posteriormente se usaron en el comic y por extensión cuando este fue llevado al cine, el caso es que como decíamos, para aumentar el climax, West, va añadiendo personajes a la trama para crear incertidumbre y que no sepamos a quien apuntar para saber realmente quien se esconde detrás de la máscara del murciélago.

Porque no, es un recurso tan válido como cualquier otro, incluso que tiene bastante efectividad porque un servidor intuye quien podría ser el ladrón y malhechor alado vestido completamente de negro pero al final consiguen despistarme con las idas y venidas del grupo de una dependencia a otra de la inmensa mansión. Recordándonos a veces a un partido de fútbol de benjamines donde no existe la estrategia y todos corren al unísono como moscas detrás del balón.

Incluso goza de un contrapunto cómico en el personaje de Lizzie (Louise Fazenda), la histérica y sumamente impactable sirvienta que es la que alerta continuamente a todos de las apariciones del murciélago y que su intervención va a resultar definitiva en el tramo final del trabajo. Por otro lado la producción está repleta de efectos visuales, muy primarios por supuesto pero que auguraban una gran intención a la hora de utilizarlos, quien sabe lo que hubieran hecho estos primeros maestros con la capacidad que tienen muchos principiantes de ahora.



TRONCHA

miércoles, 14 de octubre de 2009

"Mil ojos tiene la noche" de John Farrow

You can read this text translated into english at: Night has a thousand eyes

La película está basada en una fantástica novela de Cornell Woolrich, de igual título, y de la que por lo comentado por mi más mejor amigo es espectacular (yo reconozco no haberla leído), por sus palabras veo una gran diferencia entre ambas. El escritor vuelca todo el protagonismo en el suspense, mientras que el director hace soportar todo el peso en el personaje principal John Triton (Edward G. Robinson) y en sus sentires y padeceres, claro ejemplo de que con buenos mimbres a veces no se hace un cesto perfecto.

La historia porque no decirlo tiene su interés, el tema de que nuestro personaje principal, sea un mentalista capaz de intuir los acontecimientos más significativos de los que les rodean lo hace original. Ya sea bajo mi punto de vista, y por supuesto el de algunos maestros, crea más tensión conocer lo que va a ocurrir e ir descubriendo si pasa o no que estar continuamente con la incertidumbre y tirar de sorpresa, el caso es que aunque somos complices o más bien testigos de todo lo que va a ocurrir, la tensión, no esta nada bien transmitida al espectador.

Igual es mucho el riesgo que asumo al decir esto, pero me parece que Robinsosn era el apropiado para el papel pero su interpretación no es de las más acertadas, el enfoque de esta debería haber sido muy distinto a como fue en realidad. Aquí se nos muestra como un atormentado que no puede evitar conocer los secretos de los destinos de los demás y lo peor de todo es que aunque estos acaben en desgracia, no pueda evitarlos, en definitiva lo que más genera en nosotros su personaje es ternura y compasión más que incertidumbre y angustia.

Las comparaciones son odiosas, pero no me puedo resistir a hacerla, "La ventana indiscreta" (1954) del gran maestro Hitchcock es una producción totalmente cargada de tensión donde vemos como el cerco se estrecha alrededor del personaje principal, vivimos la angustia que él vive, y nos revolvemos en la butaca como el protagonista en la que se encuentra postrado debido a su accidente. Farrow no es capaz de transmitirnos esto en este trabajo, aunque ambas narraciones parte del mismo autor y literariamente destile tanto suspense que incluso las acerque al género de terror.

La historia está contada en un continuo flash-black en el que Triton nos muestra lo que ha sido su vida, teniendo que "huir" de un lado a otro y dejando siempre de estar al lado de sus seres queridos, solo en momento puntuales vivimos el presente y uno de estos es el final del film, el cual me recuerda mucho a "La momia " (1959) la versión de la Hammer en la que intervenía Cushing. Ambos planteamientos me resultan muy similares y de practicamente igual estructura, aunque el resultado sea distinto por completo, aun pretendiendo este broche final ser intenso y jugar con el suspense tampoco nos conmueve en exceso.
TRONCHA

martes, 13 de octubre de 2009

"X-Men origenes: Lobezno" de Gavin Hood

You can read this text translated into english at: X-Men origins: Wolverine

A lo mejor lo que voy a decir ahora a muchos les suena a tontería, pero el caso es que me considero en ventaja con respecto a los que ya han leído el comic de estas películas a la hora de ir a verlas, lo primero de todo voy sin una idea preconcebida y por supuesto que ni mucho menos conozco la historia. Algo que de alguna manera me parece bastante objetivo a la hora de dar mi opinión, reconozco que leí TBO's durante mi infancia pero pocos comics, algo que me alejó bastante de tanto superhéroe y villano.

Aun teniendo en cuenta mi condición de eventual lector de la DC o la Marvel, uno de los grupos que siempre me han agradado más son los de X-Men, he visto algunas de las películas hechas, anteriores a esta y no las puedo poner por las nubes. Pero si he de reconocer que me entretuvieron bastante, claro que con el visionado de esta que ahora acometemos se entienden algunas cosas de aquellas, para eso sirven las precuelas, digo yo, pero tampoco se hinchen esperanzados porque no crean que vamos a descubrir grandes cosas.

Todos estos pensamientos al dar vueltas en mi cabeza me hicieron plantearme si realmente hacía falta este trabajo, realmente la gente estaba deseosa de saber porque Lobezno (Hugh Jackman) llegó a ser lo que era, entiendo que en la época en la que se hizo el comic, probablemente principios de los ochenta o finales de los setenta la historia pudiera tener cierto impacto. El hecho es que ahora de novedosa tiene muy poco y menos quizás para llevarla a la gran pantalla, pero claro hay que aprovechar el tirón económico actual de todo lo relacionado con estos hombres fantásticos.

La película no tiene mucho la verdad para los dos horas en las que últimamente están empeñados en utilizar los realizadores modernos en casi todos sus trabajos, en el momento que nos ha tocado vivir parece ser que esta es la duración standard, como si con menos tiempo no se pudieran contar las cosas. Volviendo al tema, observamos que ya teníamos suficientes apuntes de la vida de nuestro protagonista y que la historia nos aporta bien poco, estamos deseando que surja algún problema y se ponga a combatir aunque sea con su propio hermano Víctor (Liev Schreiber) para poder escapar de la llanura narrativa.

Tampoco esperen unas luchas espectaculares, porque como siempre digo desde que todo esto se hace por ordenador, el que hace el programa se pegará una gran "trabajera", pero cinematográficamente yo no le veo el mérito o no del todo, el caso es que me da pena por el personaje. Siempre me había caído bien Lobezno, le veía como un ser solitario condicionado por su poder, en definitiva un incomprendido por todos pero que eso no le mermaba un ápice a la hora de ser justo aunque repleto de rudeza en ocasiones, nunca le vi como un animal, incluso un aspecto que me le acercaba aun más es que como yo tiene un miedo atroz a volar.



TRONCHA

miércoles, 7 de octubre de 2009

"Moon" de Duncan Jones

You can read this text translated into english at: Moon

Cada cual cuenta la vida como a él le ha ido, el conjunto de experiencias que tiene una persona condicionan de alguna manera la perspectiva y percepción que tiene del resto de cosas. El mundo del cine, para nada es ajeno a todo esto, por ejemplo, algo que a veces he comentado en mis escritos es que cuando uno es padre le afectan de manera totalmente distinta determinadas historias de la gran pantalla. Quizás es lo que me ha ocurrido a mi con la opera prima de este realizador, otras producciones del mismo corte me han prevenido demasiado contra estas.

Ilusionarse no es bueno y a mi me ocurrió, durante la primera parte de la película me recordó mucho a la "Solaris" (1972) de Tarkovsky y claro puse los ojos como platos. Poco a poco fui decepcionándome más y más y la cosa se me asemejaba mucho más a "Estrella oscura" (1974) de Carpenter. Ni una cosa ni la otra pero como mis espectativas no se cumplían supongo que acabé castigando al film quizás más de lo que se merecía, quedándome la completa sensación de su planicie narrativa.

Hasta la mitad del largometraje todo se hace bastante monótono, quizás por el intento que tiene Jones de transmitirnos como sería trabajar durante tres años seguidos solo en la luna y con el satélite de comunicaciones estropeado, como le ocurre a nuestro protagonista (Sam Rockwell). Cuando realmente sabemos lo que ocurre, de una forma completamente literal hemos descubierto lo que pasa, la película no arranca, en mi opinión sigue al ralentí, incluso hasta el final, aunque se pretenda subir el ritmo, intuimos lo que va a ocurrir.

La problemática quizás resida en que el guión tira por el lado fácil a la hora de solucionar el problema que se le plantea a Bell, podría haber sido un poco más rebuscado a la hora de solventar la encrucijada en la que se ve inmerso. Llegado el punto tenemos mucha información incluso ya lo sabemos todo y la verdad es que no es necesario, o peor, no nos interesa saber mucho más, de los problemas familiares del peculiar trabajador de Lunar industries y de sus grandes deseos de regresar al planeta Tierra.

En el transcurso de la realización nos vemos una y otra vez por los mismos sitios, a veces dando la sensación de imágenes bastante repetitivas, por supuesto que es una producción de relativo bajo coste. Pero pienso que en algunas tomas, planos, encuadres, se podría haber sido más agudo mentalmente para intentar ser más original, películas del espacio y ciencia ficción hemos visto muchas y es complicado innovar en el género, aun así la salvo de la quema, tachándola de correcta sin alardes.

TRONCHA

lunes, 5 de octubre de 2009

"El hombre de la torre Eiffel" de Burgess Meredith

You can read this text translated into english at: The man on the Eiffel tower

Lo que más me impactó en un principio es que en los títulos de crédito del principio como siempre aparecían los nombres de los interpretes del film y al final de todos ellos aparecía "City of Paris". En muchas ocasiones los protagonistas de un trabajo no son solo personas, pueden ser objetos, sitios e incluso cualquier cosa que se mencione y no aparezca en ningún momento de la proyección, en nuestro caso efectivamente París se convierte en protagonista pero bastante forzado, todo hay que decirlo.

El director "obliga" a los personajes a un deambular bastante anodino por la capital francesa sirviendo de escusa el paso de los mismos para mostrar todos los elementos arquitectónicos, incluso artísticos de la ciudad del Sena. Y ni siquiera haría falta decirlo pero el título es bastante significativo para demostrar lo que estamos comentando, aunque de nuevo el máximo monumento de París se convierte en protagonista forzado en el tramo final de la realización.

Otra de las garantías que ofrecía la película era quien interpretaba el papel del mundialmente conocido inspector Maigret (Charles Laughton), pero no se me hizo nada atractivo, quizás tenía demasiado en mente el papel de Sir Wilfrid Robarts en la gran película de Billy Wilder "Testigo de cargo" (1957). Aquí está más joven y el papel, si que daba para el lucimiento personal, pero no me comparen directores de uno y otro trabajo, el Maigret que se nos muestra es rudo, tosco, bastante primario, aunque esta especie de máscara le valga para despistar en sus pesquisas a la hora de atrapar al malhechor.

Siendo justos no debemos esperar na gran historia, por otro lado no podemos olvidar que estamos hablando de un asesinato, aunque a nuestros protagonistas parece que si que da esa sensación en bastantes ocasiones. El caso es que entre paseo y paseo por la ciudad, hay ocasiones que no sabemos en que punto de la investigación estamos, incluso teniendo muy claro quien es el culpable, porque así se nos presenta él mismo y a su gran enemigo el rollizo inspector francés.

El caso es que este continuo careo, podría haber dado muchísimo más juego del que realmente somos testigos, dos grandes mentes, una frente a la otra, el bien contra el mal, desafiándose continuamente haber cual de las dos es más ágil. Pero como ya apuntabamos con anterioridad todo ello se queda tan solo en el mero planteamiento, con lo que la calidad general del trabajo se ve arrastrado por ello y por tanto quedamos ante una película que nos aporta bien poco, bueno quizás si, el que no haya ido a París que este atento y preste atención a lo que va a ver, no será lo mismo que verlo en directo, pero al menos se podrá hacer una idea.



TRONCHA

viernes, 2 de octubre de 2009

"The damned united" de Tom Hooper

You can read this text translated into english at: Damned united

Esta bien que las aficiones que tiene uno a veces se junten, sirven para que se pueda disfrutar aun más de algo, además hay que reconocer que no estamos acostumbrados a ver muchas películas que traten sobre fútbol. Haberlas las hay, pero tampoco es que sean ejemplares, ahora mismo si frunzo el ceño un poco se me vienen algunas a la cabeza y solo me quedo con "Evasión o Victoria"(1981) ya que acabo dándome cuenta que hay otras que han tomado de una manera bastante frívola tan noble deporte.

Sin tapujos, ni rodeos decir que la película versa sobre el tiempo que Brian Clough (Michael Sheen) fue entrenador del equipo afincado en Ellan road, el Leeds United, sitio que servidor ha tenido ocasión de visitar durante su juventud. Por tanto la película está llena de fechas, y momentos concretos de la historia del fútbol inglés, por supuesto que abundan las imágenes de archivo, incluso el realizador ha "tamizado" algunas de las rodadas por él para que parezcan de archivo e intentar dar más credibilidad a los hechos que narra.

Aun siendo una parte bastante importante el continuo ir y venir de los años, para poder explicar la situación que se pretende contar, lo que realmente se pretende es mostrar la figura del polémico entrenador y de forma paralela la de su incondicional segundo entrenador Peter Taylor (Timothy Spall). si que he de decir que tanto recorrido adelante y atrás en el tiempo parece un poco innecesario, para que todo acabe desembocando como hace en un intento de tono melodramático, que consigue en cierta manera en la parte final de la película.

No vamos a exagerar y decir que es una gran película, de verdad que no quiero engañarles, incluso por su temática se hace un pelín especial, aunque hay que decir que es perfectamente comprensible por alguien que no le guste el fútbol. Es una película entretenida y divertida que se deja ver. Ya que como decíamos anteriormente tiene cierto tono dramático basado en la vida del entrenador y las relaciones que mantiene con sus semejantes por muy dentro que estos estuvieran del universo del balompie.

Si nos adentramos un poco en el tono documental que tiene esta producción nos damos cuenta que aunque cronológicamente la podamos situar en 1974 más o menos, se puede ver como algunos aspectos preponderantes del fútbol moderno ya apuntaban en aquella época. Incluso se tocan de refilón ciertos temas que parecen tabú dentro del mundo del balón, como son las relaciones del vestuario, las de la directiva de los clubes y sobre todo la de las relaciones entre compañeros de profesión como son los propios entrenadores.

TRONCHA