"Shaolin soccer" de Stephen Chow
Es un personaje enteramente de mi infancia, incluso mis recuerdos se remontan a antiguos cines de verano de sábanas mecidas por la leve brisa estival, a ese gitano que durante el día iba megáfono en mano por el pueblo anunciando el título de la película protagonizada por el gran “brucen le-e” todo un acontecimiento para la chavalería, y de repente todo esto acaba pasando y se va como quedando en el olvido, hasta que ayer, sabiendo lo que iba a ver, me dispuse a ver Shaolin soccer para pasar un buen rato.
De partida y así de sopetón decir que me parece una película genial, que acabo transportándome a la época que antes he descrito y lo digo sin ruborizarme, soy capaz de disfrutar de cualquier película del gran Wilder y dejarme llevar por este híbrido entre el mundo del fútbol y de las artes marciales para ser capaz de pasar un rato magnífico.
El interés de la historia es bastante pequeño si lo comparamos con el desarrollo de la misma, lo interesante es ver como van a solventar determinadas situaciones los integrantes del equipo de fútbol shaolín, a ciertas edades no esperemos llevarnos demasiadas sorpresas, seguro que no nos pillan desprevenidos, que imaginamos lo que va a ocurrir, lo desternillante es ver como a través del uso de los efectos especiales se acaba llevando a una situación extrema con una profundísima carga de irrealidad y fantasía.
Al fin y al cabo da igual, nos hemos metido tanto en esta comedia que estamos deseando que pasen cosas nuevas en las dichas y desdichas del grupo de hermanos y jugadores, incluso nos sentimos molestos cuando a través del personaje femenino de Mui (Wei Zhao) intenta darle cierto tono dramático a la cinta, ya no estamos para ñoñerias, necesitamos ver los golpes de nuestros protagonistas, su forma de entrenar, los movimientos lo pases, en definitiva como aplican su sabiduría en las artes marciales para el mundo del fútbol.
A través del campeonato nacional todos van, al menos intentar, solucionar sus vidas, unos a base de dinero y otros de fama, pero el fin real es el de hacer llegar a la sociedad el verdadero espíritu de la doctrina shaolín, que según nuestro protagonista “Pie de acero” (Stephen Chow) es aplicable a todos los aspectos de la vida, pues nada invitados quedan a comprobar si realmente esto es así, porque no, regálense un rato relajado sin complicaciones y echándose unas risas, incluso si lo prefieren en familia.