[Inicio][Noticias] [Cine][Concursos] [Libros] [Relatos literarios]
[Listado de directores][Listado de escritores][Colecciones Novela Negra][Festivales de cine]

miércoles, 26 de mayo de 2010

"The wall" de Alan Parker

El mundo del cine en general y en particular el de las películas a veces es complicado, sobre todo a la hora de decidir el género de algunas producciones. Este que ahora mismo nos ocupa sería uno de estos ejemplos, donde mejor encajaría podría ser en la variedad de los musicales, alguien podría decir que no es así, pero a mi así me lo parece. Tampoco se puede negar que tenga ciertos tintes dramáticos pero lo que prima sobre el resto de las cosas es la música, toda ella extraída del álbum de la banda Pink Floyd con el mismo nombre que el film y que los de Cambridge habían publicado con enorme éxito tres años antes (1979).

The wall no contiene una historia normal, por dejarla un poco al margen de la generalidad se puede decir que la misma está contada prácticamente en un continuo flash back. Pink (Bob Geldof) es el protagonista de la misma, una estrella del rock que a pesar de su éxito vive marcado por su infancia. Con muy pocos diálogos Parker es capaz de ponernos en situación y descubrir la carencia de afecto que sufre nuestro principal debido a la carencia de la figura paterna, muerto en la segunda gran contienda.

El soporte musical sirve para que la narración se torne más metafórica si cabe, acompañado por imágenes de animación que de vez en cuando irrumpen en el film. Todo esto hace que el espectador piense que está en ocasiones ante un videoclip más que una película. La mezcla entre drama, música y animación hacen de este un trabajo único, que incluso pasado el tiempo se haya convertido en un icono para toda una generación.

Aun siendo el principal la música el puntal donde se sustenta todo, el realizador lo que realmente pretende es denunciar la sociedad que le rodea. El muro que se ha creado en cualquier civilización y que hace que el individuo acabe alienándose entre sus muros. Parker propone que nos levantemos de nuestro sillón e intentemos derribar dicho muro. Inclusive alguien podría pensar que es una alusión directa al muro que separaba las dos Alemanias en el momento de la realización de la película; puede que no anden demasiado descaminados.

Hay que pensar que este trabajo no es quizás para todos los estómagos, puede que haya gente que ni siquiera entienda o quiera entender la metáfora total de la historia. Lo que si que no se puede negar es que se convierte en un ejemplo único que merece la pena, tanto para personas que conozcan aquella época en la que se confeccionó, como el que quiera aprender más de aquella particular década de los ochenta.

TRONCHA

miércoles, 12 de mayo de 2010

"Al final del camino" de Roberto Santiago

Es difícil comenzar a hablar de esta película, nada mas verla me pareció tal despropósito que decidí esperar un tiempo para acometer esta crítica y que mis vísceras se calmaran. He pensado durante ratos en ella, la he repasado en mi mente, quizás más tiempo del que realmente se merece. Y después de ese tiempo he decido acometer su reseña porque demorarla más era algo que no tenía sentido alguno.

No crean que tengo demasiado clara la pretensión que tenía el director al realizar dicho trabajo, pero pienso que fuera la que fuera no la consigue ni de lejos. Ni siquiera podemos comparar este ejemplo con otros dentro de la comedia ya que la entonces todavía saldría bastante más vapuleada de lo que va a acabar.

Se nos intenta contar la historia de un grupo de parejas que se encuentran en crisis y que gracias a la convivencia que se va a producir jornada tras jornada, la situación acabará mejorando. Pero es que no tenemos en ningún momento la sensación de estar en ninguna parte concreta del citado camino, aunque nos intenten llenar las escenas de extras que se notan lo que son a la legua.

Si uno se plantea hacer una comedia, puede ponerse frente a una historia con poco sentido o al menos que no haya profundidad en ella. Pero ya que lo que se busca es la sonrisa del espectador, uno debería dedicarse de lleno a pulir las situaciones graciosas y hacer gags de fuerza, para arrancar la carcajada del respetable. El principal problema del film es ese que dichas situaciones no están redondeadas, da la sensación que se cortan a medias y que portan no surten el efecto deseado.

Toda la filmación tiene una falta de ritmo brutal, no llega a coger la inercia que debería en ningún momento y ocurre lo peor, que llegado el momento todo se hace bastante previsible sin llegar a sorprender. Otra manía es tomar a actores que han triunfado en TV y obligarles a hacer los mismos papeles que en sus exitosas series, reincidiendo una y otra vez en los mismos cliches.

TRONCHA

viernes, 7 de mayo de 2010

"Escondidos en Brujas" de Martin McDonagh

Ya tenía yo ganas de ponerme enfrente de esta producción. Son de esas que dejas pasar el tiempo y se te van escapando poco a poco, hasta que como todo llega el día. El que tuviera dos nominaciones apra los Oscars al menos la daba cierta categoría de interesante para querer visionarla, porque no es que me fie mucho de la selección que hace la academia del cine americano para luego entregar las estatuillas, pero bueno el interés ahí estaba.

La primera característica que definiría la película es que el guión es bastante original, de hecho esta fue una de sus nominaciones. No es habitual que cuando se hace el enfoque de una historia de gangster el punto de partida sea el del arrepentimiento del protagonista por la equivocación cometida en uno de los encargos recibidos. En general lo que le acontece y donde le acontece no es tampoco habitual, los personajes que lo rodean en su entorno tampoco sonal uso, por tanto esto hace que al menos la historia sea bastante inusual partiendo de una temática bastante repetida.

Lo inusitado de la historia no quiere decir que el realizador haya sabido plasmarlo en la película. Si vamos parte por parte se puede decir que el personaje de Ray (Colin Farrell) que es el que soporta todo sobre sus hombros está regularmente interpretado por Farrell. La de su compañero Ken (Brendan Gleeson) me parece de mayor calidad, y la esporádica aparición del personaje de Harry (Ralph Fiennes) practicamente no debería ser mencionada.

Las intenciones del realizador las veo perfectamente claras, entre ellas destacar el protagonismo quele quiere imprimir a la ciudad de Brujas. Pero lo hace de una manera tan forzada que no resulta, nos muestra la ciudad como si fueramos un turista más. Seguro que si se hubiera aplicado hubiera encontrado una manera mucho más sutil para sugerirnos la visita a la ciudad belga, dicho sea de paso que parece bastante hermosa.

Todo parece metido tan a la fuerza que no deja lugar a la insinuación, pienso que es demasiado literal a la hora de narrar las cosas. Esto le quita trascendencia a los temas por eso no creemos en la supuesta historia de amor con la que se topa el protagonista. Ni nos sensibilizamos cuando cuando la película se pone dramática e intenta que nos pongamos del lado del que está sufriendo, aunque quizás moralmente no debieramos hacerlo.

En resumen definiría este Escondidos en Brujas como un film con bastante potencial, que nos muestra una vez más las andanzas de la torpe mafia británica, la más burlesca del cine. Un trabajo que llega a entretener en momentos determinados, pero que tiene bajones que acaban haciéndola previsible. No está mal buscar el lado humano de un asesino e intentar justificar sus actos, pero en honor a la verdad hay que decir que McDonagh en este ejemplo no lo consigue.

TRONCHA

lunes, 3 de mayo de 2010

"Retorno al pasado" de Jacques Tourneur

Cuantos y maravillosos ejemplos hay de grandes películas en el cine negro americano, que buen cine se realizó durante cierta época. Que pena que algunos no pudiéramos haberla vivido. Este de Tourneur es un ejemplo más de una buena historia, pero que en realidad no alcance la altura a la que llegan los personajes que la protagonizan. Este probablemente fue el secreto de tantas buenas películas un cocktail inmejorable de buenos actores, con buenas interpretaciones y sobre todo con personajes excepcionalmente trabajados.

La narración de la historia tiene dos partes bien diferenciadas. En el primer tramo de la película la acción se desarrolla en un continuo flash back donde nuestro protagonista Jeff Bailey (Robert Mitchum) intenta contarle su pasado a su actual pareja. Jeff no es mala gente pero la vida le ha situado en una encrucijada complicada de la que nadie le va a ayudar a salir. A su favor cuenta que en el presente parte de cero, tratando de llevar una vida honrada.

La segunda parte de la película transcurre ya en el presente, una vez que hemos sido testigos del pasado de Jeff y tenemos toda la información necesaria. A partir de este momento es cuando comienza a subir la tensión del discurso narrativo. Como en tantas otras obras del género negro los flecos que se dejaron en el pasado arrastran hasta el presente y acaban alcanzando al que los dejó, hay que andar muy avispado para salir ileso y sobre todo capear el temporal que se avecina.

Si había un componente que se repetía en las producciones de esta época era el del personaje de la femme fatale, en nuestro caso encarnado por Catherine (Jane Greer). Nunca se puede decir que este es el más o el menos en algo, porque aun queda mucho por ver. Pero les aseguro que el personaje de la Greer, es uno de los más retorcidos, ventajistas, manipuladores que he visto dentro de las películas del género. Su trazo es genial, hay ocasiones en que el espectador acaba igual de turbado que el personaje que tiene enfrente.

La situación entre ambos protagonistas se convierte en un toma y daca de engaños entre ambos. Ninguno está seguro del otro, pero aun así algo irrefrenable les une, incluso teniendo claro que dicha relación les puede llevar a un punto sin retorno y fatal. Por supuesto no quiero desvelar más de la trama, porque perdería su esencia total, comentar que esta me dejo determinada sensación. Hay tanta de necesidad de dejar todo cerrado que no queda bien explicado y el director debe recurrir a los diálogos para solventarlo y no dejar al espectador con la incertidumbre.

De todas maneras y para ir acabando, el conjunto es muy bueno, los personajes son fantásticos todos ellos. Los secundarios gozan de bastante fuerza y esto hace que destaquen más aun los principales. La forma de colocar la cámara como si estuviera justo detrás del hombro de uno de los interlocutores es muy efectivo. En definitiva y para resumir, la realización nos acaba enganchando de principio a fin, y acabamos identificándonos con esos personajes tan bien rematados.

TRONCHA