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lunes, 30 de noviembre de 2009

"Orfeo" de Jean Cocteau

You can read this text translated into english at: Orphée

Aunque lo que realmente le gustaba al particular director francés era escribir guiones, los ejemplos que nos dejó la verdad es que son dignos de mención los que yo conozco. su carrera como realizador no fue demasiado prolífica si la comparamos con la de guionista, pero la verdad es que es muy significativa, es una manera muy particular y personal de hacer cine, dotándolo de una plasticidad increíble, quizás el ser poeta hace que las cosas en la vida se vean de otra manera.

Muchos conocerán la leyenda de Orfeo, el que descendiera a los infiernos para rescatar a su amada Euridice y que con su música consiguiera aplacarlo todo incluso los habitantes del mismo infierno. No obstante Cocteau nos hace un breve resumen de tal narración griega para que estemos sobreaviso, algo que es habitual en su cine, parece bastante preocupado porque el espectador entienda lo que va a ver y por ello la razón de estas introducciones al comienzo del film.

Por supuesto estamos ante la historia del mito revisado, el director nos lo ha traído hasta la época actual (1949, fecha de la película), todos sus personajes están perfectamente adaptados a al nuevo siglo. sin perder por supuesto los vínculos con el inframundo, porque para que mentir, los personajes realmente interesantes son el propio Orfeo (Jean Marais), la Muerte (María Casares) y Heurtebise (François Périer). Sobre todo estos dos últimos que reflejan el lado oscuro del film, viniendo del submundo para llevarse a los muertos y convertirlos en sus propios siervos.

La forma en el que el mundo real y el mortal se funden es increíble, algo que podría parecer complicado y que muchos llenarían de grandes efectos, incluso podrían hacérnoslo incomprensible. En este caso todo se soluciona jugando con los espejos, las entradas a cada uno de los mundos y con unos efectos especiales que se basan principalmente en el uso de la marcha atrás y la cámara lenta. Las transiciones entre ambos mundos, cuando los personajes se trasladan de uno a otro son fantásticas, auténticas coreografías, reflejando en todo caso el excepcional gusto que Cocteau tenía por la danza.

Un fantástico Marais, una vez más y ya son unas cuantas, es el que hace que la historia gire en torno a él, una fantástica versión del Orfeo real, capaz de que el mundo entero estuviera a sus pies, capaz incluso de que la muerte se enamore de él. No hay que desdeñar la dirección artística, el entorno que se crea en el film es digno de admirar, nada desentona con lo que estamos viendo, me resulta soberbio ver como los "agentes del infierno" se desplazan en moto, rigurosamente uniformados.

La película en general es un deleite para los sentidos y en especial para la vista, pero de entre tantas y tantas escenas destacaría la del sumario al que son sometidos los personajes inframundanos, en concreto la Muerte y Heurtebise. Son culpables de haberse enamorado en su viaje al mundo real, de haber cometido los mismos pecados que a los que están castigando, la supuesta imagen de la corte de demonios dictando sentencia y poniendo a todos ellos en el lugar correspondiente es impresionante y nadie debería perdérsela.


TRONCHA

viernes, 27 de noviembre de 2009

"La bella y la bestia" de Jean Cocteau

You can read this text translated into english at: La belle et la bêtte

Fantástica fantasía visual, estas son las palabras que mejor definan la producción, incluso con la redundancia que las mismas conllevan. Cocteau consigue regalarnos una obra increíble no sin pedirnos algo a cambio, es como si de una compensación de servicios tratáramos. En los créditos de introducción del film, después de un discurso sobre la ingenuidad de los niños y de lo que es real o no en el propio mundo que ellos crean, el director francés acaba pidiéndonos un poco de esa ingenuidad que describe, dénsela, de verdad que no van a arrepentirse.

Podríamos empezar de variadas maneras a comentar las excelencias del film en general, cualquier apartado dentro del mismo parece que ha sido mimado para dar el mejor resultado. Recordar por otro lado que estamos en el año 1946, pero aun así la producción tiene algunos elementos que recuerdan al cine mudo. Los cortes entre escenas se producen en fundidos en negro, que se repiten en varias ocasiones a lo largo de la realización, al igual que la forma de moverse por los escenarios de los distintos actores también puede recordarnos a los comienzos del cine.

Es un ejemplo claro de plasticidad en cuanto a los movimientos de los personajes, hay ocasiones en las que da la sensación de que estamos ante un ballet. Tirando de todo lo que tiene a su alcance, lo que el director pretende por encima de todo es un espectáculo visual, algunas de las escenas que presenciamos parecen auténticos cuadros. Todo está orientado a conseguir el mayor efecto en la mirada del espectador y desde aquí les doy fe, que en todo momento lo consigue.

Otro aspecto a tratar sería el personaje en sí de la Bestia (Jean Marais) sobre todo el tema del maquillaje, es impresionante lo logrado que está, haciendo una vez más que la sensación de sobresalto, incluso miedo trascienda de la pantalla. Lo que más destaca del conjunto son los ojos del personaje, parece que se clavan en nosotros, a veces pidiendo que seamos compasivos como es Bella (Josette Day) y otras mostrando su máxima ferocidad y aspecto salvaje.

Los efectos especiales, son continuos en el film, son unos efectos de los más pensados y elaborados por las fechas en las que andamos. Se recurre una y otra vez a la marcha atrás en el montaje,incluso la cámara lenta, la iluminación muchas veces está encaminada a producir, cintas en el suelo que transportan a los personajes, simulando que levitan a través de las estancias del castillo. La dirección artística es sublime, al igual que la elección de vestuario, la decoración y los recursos utilizados en los interiores del castillo son increíblemente originales para dicha época, lo que supone una revolución para muchos.

La historia probablemente todos la conozcamos ya que bien por el cuento, o por Disney, haya llegado hasta nosotros. Pero de verdad que esto no debe suponerles un problema a la hora de verla porque seguro que acabarán agradecidos de haber gastado dicho tiempo admirando una joya del cine, un espectáculo visual como pocos y que muy probablemente ha influido en posteriores producciones y directores, que yo recuerde ahora mismo por ejemplo Tim Burton.

TRONCHA

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"La semilla del espacio" de Steve Sekely

You can read this text translated into english at: The day of the triffids

Como somos gente inquieta nos gusta conocer todos los puntos de vista posibles de una misma cosa, o al menos como cada cual afronta una situación común. De verdad pruébenlo, es bastante aconsejable ver varias versiones de una misma película o sería más correcto decir varías versiones de un mismo libro o guión. Precisamente es lo que ha ocurrido con este largometraje, el cual visioné después de ver la serie "The day of triffids" (1981) de seis capítulos que se emitió en la BBC.

El título original de este trabajo es idéntico al de la serie, pero ya saben lo que ocurre en este país, no voy a entrar más en discusiones de este tipo. Lo que si está claro es que la novela de John Wyndham dependiendo de quien la lleve a escena funciona de una manera o de otra; las prioridades son totalmente distintas en ambos casos.

Principalmente calidad de una y de otra aparte, el enfoque de la serie es bastante apocalíptico, el ser humano es muy consciente de lo que ha ocurrido y se plantea en todo momento como debe ser la salvación, el resurgimiento. La película por contra es consciente en todo momento que la humanidad vive una amenaza real, que pueda hacerla desaparecer por si misma. Pero en este caso nuestros personajes intentan luchar desde distintos frentes para erradicar el problema.

También hay que decir que el enfoque del problema es mucho más global, la Tierra entera está amenazada, las distintas nacionalidades se han unido para poder asegurar el futuro. Además de ver como ante tal amenaza la religión puede ser una salvación, la historia se vuelve más pragmática y tangible, cuando intentan conocer a su enemigo y por supuesto ver como pueden derrotarle.

Aunque ya sabemos que las comparaciones son odiosas, la resolución de la problemática y por tanto el esquema general de la narración recuerda mucho a "La guerra de los mundos" (1953) de Byron Haskin, salvando las diferencias al respecto. el enfoque dado al film es un enfoque totalmente americano y acorde con el cine que se hacía en aquellos años, era una producción que para nada desentonaba del resto de las producidas durante los años sesenta.

En todo este tipo de cine de ciencia ficción siempre resulta curioso conocer los métodos que se llevan a cabo para determinar la existencia del agresor. Hay que ser agudo a la hora de observar el material que se emplea para el estudio de las distintas especies, en definitiva, las soluciones que ha aplicado la dirección artística. Pero lo que más gracia me hace es cuando alguno de los que suponemos entendidos, el que denominaríamos experto, durante una de sus disertaciones de repente explica el porque de todo, un porque que en la mayoría de las ocasiones choca frontalmente con la ciencia real.



TRONCHA

lunes, 23 de noviembre de 2009

"Big fish" de Tim Burton

You can read this text translated into english at: Big fish


Una vez más se me plantea la misma duda. Esta película me la prestado una persona a la que aprecio bastante y me da pena no verla con los ojos que ella la ve, pero es que inevitablemente a todos nos pasa esto. Hay películas que nos gustan tanto que no nos gusta admitir que otros no ven lo mismo que nosotros cuando estamos ante ellas, ante todo debo ser honrado y no mentir, no me gusta engañar a nadie y desde un principio debo decir que a mi me cuenta muy poco este trabajo de Burton.

La frase que empleo para terminar el párrafo anterior es bastante irónica ya que la historia que nos cuenta el film es la vida de un cuenta cuentos. Una persona que ha vivido probablemente las mismas cosas que los demás pero que cuando ha querido transmitírselas a los de su entorno, lo ha hecho utilizando su particular tamiz. Ed (adulto, Albert Finney) es un cuentacuentos como el mismo se define en más de una ocasión durante la producción, algo que sinceramente no hacía falta que hubiera hecho porque el espectador se da cuenta de ello a la primera.

En la vida como seguro que ocurre en otras cosas, la gente decide como querer o no querer a los suyos; incluso lo que les perdona y lo que no, lo que se les consiente y lo que no. Si tomamos nuestra andadura en este valle de lágrimas como algo pragmático los hechos son como los vemos o los vivimos o pueden ser como los "pinta" aquí el director de mil maneras y formas que se nos antojen. Dejando de lado el raciocinio y dando rienda suelta a nuestra imaginación, esta forma de contar su propia vida es precisamente lo que Will (Billy Crudup) no perdona a su padre.

Burton ha aprovechado una historia como tantas ya hemos visto anteriormente de separación filial para montar uno de sus habituales escenarios. Quizás un escenario menos barroco de lo que nos tiene acostumbrados pero en definitiva igual de efectista como siempre. Este es el mayor problema que existe entre él y yo, que muchas veces deja de lado la historia para centrarse en como adornar lo que vemos, en emplearse a fondo en el envoltorio, para luego decepcionarnos con el caramelo que encontramos dentro.

Si, no se piense nadie que quien suscribe estas líneas no tiene sentimientos, por supuesto, incluso me he visto en una situación tan especial como la que se encuentra el hijo del protagonista. Pero a mi la historia no me deja poso, no me conmueve, lo único que consigue es que disfrute (como siempre me ocurre con este director) de una manera visual, me quedo con la interpretación del cínico personaje de Ed cuando es joven (Ewan McGregor). Aunque yo soy amante de lo salado y debo decirles que tanto rezumar almíbar me acabó empalagando.

TRONCHA

viernes, 20 de noviembre de 2009

"Taxi driver" de Martin Scorsese

You can read this text translated into english at: Taxi driver

Para los que dormimos como angelitos todas las noches cuando nos fundimos en un agradable abrazo con Morfeo no es fácil de entender lo que la gente pasa cuando es incapaz de dormir una serie de horas diarias, el caso es que eso no puede ser bueno. Se dice que el ser humano tiene la necesidad de soñar a diario para que la mente se vaya desalojando de ciertos fantasmas para que de esta manera dejen cabida a las preocupaciones diarias, es una especie de proceso cíclico vaciar-llenar para que no todo se quede dentro y acabe llegando lo peor.

Travis Bickle (Robert De Niro) es uno de esos tipos, su mente no se recicla en absoluto y lo que único que acaba acaparando dentro de ella, como si de una especie de síndrome de Diógenes mental se tratara, su cerebro llega a un punto que no puede almacenar más "mierda" y por algún lado tiene que salir. Lo más fácil es que sea a través de la violencia, sin tener en cuenta las posibles consecuencias o quizás si teniéndolas pero dándote lo mismo lo que te pueda venir encima, total todo es basura.

Esta podría ser una lectura de su mente, si les soy sincero es la parte más interesante del film, las conversaciones que nuestro protagonista desarrolla con su propio yo interior, en contraste nos damos cuenta que los diálogos entre otros personajes son de lo más banal. Por supuesto que este es un recurso que Scorsese utiliza para acentuar todavía más la percepción que Travis tiene de la realidad que le toca vivir.

Aun siendo una persona de apariencia relativamente normal su conflicto interno hace que para nada lo sea, vive dentro de un mundo que no soporta y contra el que decide revelarse, intenta que el resto le escuche y que piense como él. Pero cada vez que le oímos algún diálogo nos damos cuenta que está totalmente desubicado, y como ejemplo claro está la conversación que tiene con Sport (Harvey Keitel) cuando habla con él para llevarse a Iris (Jodie Foster) este le tacha de raro e incluso le confunde con un miembro del departamento de policía.

Como nadie hace nada por cambiar las cosas decide rebelarse contra su entorno, después de acompañar noche tras noche en el asiento de su taxi a nuestro particular chofer, parece que cada vez tenemos más claro cual va a ser su reacción. Todos los estamentos le han fallado, incluso el político o más bien sobre todo el político, los que prometen pero al final pasan de los que están más abajo, en definitiva de los que les votan, su particular "día de furia" ha llegado y ya no hay vuelta atrás.

El realizador aprovecha esta situación para dar un repaso a todo el que tiene delante y al ser humano en general, incluso me da la sensación que borda la escena en la cual nuestro protagonista, cual caballero armado intenta el rescate de su princesa de las garras del monstruo que supone la prostitución. La escena es la mejor del film, incluso rozando el cine gore, pero con una fuerza y una plasticidad increíble sin dejar de lado por supuesto la poca familiaridad que el "matador" Travis tiene con el mundo del hampa, cosa que se ve reflejada en la comentada secuencia.

TRONCHA

miércoles, 18 de noviembre de 2009

"7 vírgenes" de Alberto Rodríguez

You can read this text translated into english at: 7 vírgenes

En esta tierra que me vio nacer siempre hemos sido muy dados a sacar héroes de donde no los hay,cuanto más sales en televisión o el papel couché más habla de ti, más vales, cuando mi pensamiento ha sido que las personas valen por lo que realmente son y por sus capacidades, no por presencia, algo que suele ir acompañado de la ausencia de contenido. Si esto ocurre a nivel nacional, a nivel de barrio también sucede, no me digan que no se acuerdan de ese o esos tipejos de su barrio que no estudiaban, tenían lo que querían, vivían genial y encima se mofaban del resto por saber vivir mejor que todos nosotros.

El cine ha sido bastante dado a retratar esta figura de "rebelde social" por llamarlo de alguna manera, en concreto alrededor de los años ochenta es cuando parecen surgir varios ejemplos de producciones del tipo al que me estoy refiriendo, como aquí hay veces que no aprendemos. Pues nos da por insistir y pensar que si a alguien le ha ido bien haciendo algo nosotros repetirlo para que el éxito se venga a nuestro terreno, por tanto la historia del fin de semana con el Tano (Juan José Ballesta) no es nada original y por lo tanto interesante, es algo que ya hemos visto y que nos deja como si tal cosa.

Otro de los problemas que veo en este tipo de historias callejeras, es que los realizadores, en nuestro caso Alberto Rodríguez intentan dar al personaje mucha mayor profundidad que la que realmente tiene, porque motivo sitúan al protagonista ante ciertas disyuntivas morales e incluso disquisiciones de carácter filosófico. Realmente este tipo de individuos son mucho más simples de lo que nos quieren vender a los pringaos como nosotros, como se jactan de llamarnos al no ver la vida como la ven ellos, son victimas de su propia estupidez, porque teniendo ejemplos vividos en sus propias carnes, insisten en mantener un ritmo de vida frenético hasta que el cuerpo aguante.

Mi rechazo a este tipo de cine probablemente surja porque no consigo identificarme con los personajes y eso es algo que creo imprescindible en la labor de un realizador, que se aseguraría probablemente que nos interesáramos más por todo. No me resultan atractivas las historias de gente que no se ha esforzado y que es amigo de lo ajeno, que pretende ser más que nadie por el simple hecho de que no eres como él, en el fondo gente desgraciada que habita más lejos de la felicidad de lo que se pueden imaginar.

La obra no tiene prácticamente nada destacable, se vuelve a abusar del efecto cámara al hombro, algo que en esta década está muy de moda aunque en muchísimas ocasiones no tenga sentido alguno, por otro lado los interpretes, sobre todo los que gozan del protagonismo nunca me han parecido buenos. Se desperdicia en mi opinión a dos buenos secundarios como son Ana Wagener y Antonio Dechent dándoles sendos papeles insignificantes, el caso es que si pueden evítenla porque la vida vende muy caro el tiempo y no es que estemos para excesos.

TRONCHA

lunes, 16 de noviembre de 2009

"Un lugar donde quedarse" de Sam Mendes

You can read this text translated into english at: Away we go

En muchas ocasiones el cine no tiene que irse a los lugares más recónditos de la ficción para encontrar una buena historia. Con contarle bien y tener cierta gracia a la hora de hacerlo puede acabar funcionando y conseguir su cometido final, entretener al espectador. Este se puede sentir mucho más identificado con una historia cotidiana, una situación doméstica en la que se vea reflejado. En el cine de Mendes encontramos varios ejemplos de este tipo de cine por denominarlo de alguna manera social, en el que acabamos escrutando la vida de unos semejantes muy similares a nosotros mismos.

Mendes en este trabajo no pretende grandilocuencia alguna, de repente se cruza con un guión original que no tiene base literaria, se divierte leyéndolo y decide ponerle imágenes. Así como nada más y por supuesto nada menos, esto se refleja de una forma plena en la película, que no tiene grandes pretensiones, algunos pueden pensar que el resultado global es flojo. Pero quizás habría que tener en cuenta que probablemente el director no pretende más que dar su particular visión sobre una pareja que están a punto de ser padres y pretender reafirmar una serie de conceptos que parece que se les tambalean.

En ningún momento pienso que la historia pretenda ser moralizadora, no busca cambiar los clichés de nadie. Siendo muy sutil nos introduce en la vida de Burt (John Krasinski) y Verona “Rona” (Maya Rudolph), este ritmo pausado se mantiene durante la totalidad del film. Al final del mismo es cuando hay una especie de elevación en la intensidad del mismo pero que dura poco durante su estancia en Montreal, pero la dureza de la vida les devuelve a la realidad. Aun siendo un film “corto” para lo que ahora nos tienen acostumbrados, pueden sobrar algunos episodios de su viaje y haber desarrollado otros más interesantes.

La producción destila “indie” por todos lados, incluso según ha llegado a mis oídos se ha convertido en una producción “verde”, se han reciclado gran parte de los materiales y se ha ahorrado energía en distintos aspectos de la película. Estamos ante una bonita historia que a algunos puede llegar más que a otros, en un entorno divertido, de comedia, pero con cierta amargura, no todo es oro lo que reluce. El que más aporta al lado cómico del film es el personaje de Burt, un perfecto “payaso” que se toma la vida como le viene, va capeando el temporal según arrecia.

El secreto de la pareja es que al intentar reafirmarse en que no son unos fracasados, acaban dándose cuenta que son más normales de lo que ellos piensan, y que no andan tan perdidos como ellos pensaban. No obstante necesitan del viaje que vana a realizar para darse cuenta, del egoísmo, del poco afecto que la gente dedica al prójimo, del despego de algunas familias, incluso de las desgracias más desgarradoras, todo ello impregnado de un humo constante que a veces se torna de cierta negrura. Pero insisto ya por última vez, son temas que se tocan de refilón de una manera muy grácil, para acabar regalando un buen rato al espectador y no una preocupación, para eso esta última ya está la vida real.

TRONCHA

viernes, 13 de noviembre de 2009

"Viridiana" de Luis Buñuel

You can read this text translated into english at: Viridiana

Ponerse delante de un trabajo de Buñuel es adentrarse en el singular mundo del surrealismo, nadie como él ha sabido llevar a la pantalla esta tendencia artística, está claro que cualquier estómago no admite todo tipo de viandas y a algunos les puede parecer inexplicable. Como consejo pienso que lo mejor en estos aspectos es dejarse llevar, algo similar a lo que un servidor hace con el cine de Lynch, probablemente el que en la actualidad más cerca este de la tendencia descrita.

Cualquier sitio es bueno para adentrarse en el terreno de las ideas surrealistas, un entorno rural en el que hay un profundo protagonismo religioso le sirve al realizador para expresarse a sus anchas, por este motivo la película tiene una doble posibilidad. Su historia tomada de forma independiente puede gustar por si misma y por otro lado si se desea ahondar más en ella y en los comportamientos de los personajes es cuando encontraremos la otra, la que esta sumergida en el mundo surrealista.

Los sujetos de su película son personajes muy oscos, oscuros, incluso a veces parece que rozan el tenebrismo, el máximo exponente es la propia Viridiana (Silvia Pinal) a punto de ordenarse como monja de clausura, se supone que con una fe inquebrantable la cual empieza a resquebrajarse en el momento que entra en contacto con el mundo exterior. Nada más hay que ver el equipaje que lleva metido en su maleta, no hay elementos más simbólicos del sufrimiento que los que acompañan a la novicia.

La primera parte de las dos que tiene el film, viene por supuesto definida en gran medida por el personaje de don Jaime (Fernando Rey), es otro de los personajes lúgubres que marcan estos primeros metros de la producción, inmerso en su mundo. Casi sin contacto con el exterior, su vida solo se ve turbada por la visita de su sobrina Viridiana la que al final de forma más o menos directa se convierte en la protagonista de la tragedia personal de su propio tío.

El frescor, la luz, el aire aparece con el personaje del hijo que don Jaime siempre ha tenido en segundo plano, Jorge (Francisco Rabal), una persona alegre, que rehuye de las antiguas costumbres, que reniega de formalismos y que acaba resumiendo casi todos sus pensamientos en un frase, "no es necesario estar casado para estar con una mujer". A veces la censura de este bendito país se pasaba y otras veces no llegaba, el caso es que no se como este trabajo se libró tan bien de sus absurdas y caprichosas garras. Incluso los personajes de su alrededor evolucionan con la aparición de este un ejemplo claro es el de la sirvienta Ramona (Margarita Lozano)

Todo parece alegría, incluso la desgracia de los pobres que acaban ocupando una de las zonas de la mansión parece tornarse en esperanza, de todo el conjunto la verdad es que son los que más grado de surrealismo acaparan. Sino fijense en la escena en la que representan la última cena de Jesucristo, este elenco parece que le sirve de pretexto a Buñuel para desvelar su desconfianza en el ser humano, es como si no hubiera expectativas y la bondad fuera destruida por el egoísmo y la falta de respeto.

Aparte de todo lo comentado con anterioridad a mi se me hace que el film tiene una gran carga erótica, al principio representado por Viridiana, convirtiéndola en el oscuro objeto del deseo de su tío, algo que tampoco podrá acabar evitando el hijo según avanza el largometraje. Incluso ella misma acaba dándose cuenta que no solo es capaz de vivir de los rezos y aislada del mundo carnal, a este respecto destaco la fantástica escena final en la que más que una partida de cartas lo que parece componer Buñuel de forma solapada es un menasatrua (trio) en toda regla.

TRONCHA

miércoles, 11 de noviembre de 2009

"La gran ilusión" de Jean Renoir

You can read this text translated into english at: La grande illusion

Está totalmente clara mi inclinación por el cine bélico, sobre todo el de las grandes guerras, de verdad que me considero una persona pacífica que huye de la violencia y muchas veces me he preguntado a mi mismo, porque cada vez que tengo la oportunidad de ver una película de "guerra" me pongo con ella. El caso es que este ejemplo más bien se puede decir todo lo contrario ya que está en el lado del antibelicismo, pero aun así su formato de rasgos y características militares para mi la hacen atractiva.

La verdad es que definirla con ese calificativo se queda corto "La gran ilusión" es una obra maestra sin lugar a dudas y cuando una película alcanza dicha categoría es porque en varias de sus facetas se ha hecho un trabajo excepcional. Este caso no podría ser menos en ese aspecto, el tratamiento de la cámara por ejemplo es increíble, los planos parecen infinitos, está donde debe de estar y es el vehículo perfecto para transmitirnos lo que el realizador realmente pretende.

Las interpretaciones de los protagonistas son sublimes, el siempre fantástico y de particular físico Capitán von Rauffenstein (Erich von Stroheim), la del Capitán Boeldieu (Pierre Fresnay) y la del Teniente Marechal (Jean Gabin). Los tres forman un fantástico triángulo de interpretación, en una película sobre la primera guerra mundial en la que hasta el mismísimo final no se escucha un solo disparo y que supone uno de los mejores ejemplos antibélicos de la historia del cine.

La forma de reflejar este rechazo a la beligerancia está representada por los protagonistas, viene determinada por la diferencia entre las clases que aparecen en ella, esta dicotomía social le sirve a Renoir para reflejar la decadencia de la aristocracia. Claro ejemplo de ello son los diálogos que se producen entre los capitanes de ambos bandos, parecen no existir diferencias, pertenecen a una clase social ambos, que se define por su decadencia, da igual al país que pertenezcan, los que realmente acabaran siendo los protagonista en el nuevo orden social que quedará después del gran conflicto.

Una gran obra de cine que por supuesto nadie debería perderse, un ejemplo de como se pueden hacer las cosas en este mundo del séptimo arte, incluso puede servirnos de contraste entre la películas cuya temática versa sobre la la segunda guerra mundial. Donde ya se puede observar que las relaciones en los campos de prisioneros ya son distintas, se ha perdido ese respeto por el ser humano, sin ser ninguna de las dos buena, si me permiten la acepción, me atrevería a decir que la primera conflagración mundial daba la sensación de ser más humana que la otra.


TRONCHA

lunes, 9 de noviembre de 2009

"Syriana" de Stephen Gaghan

You can read this text translated into english at: Syriana

A veces no han tenido la sensación de que quedaban vacíos cuando salían de un determinado restaurante, como si el tiempo que habíamos dedicado a comer no nos hubiera aprovechado en absoluto todo lo que hemos ingerido, contándoles este símil sobra decir lo que sentí después de terminar de ver este trabajo. Algo que se las prometía pero que queda en nada de nada, si tuviera que definir la película de una forma pictórica, esta seria la de una gran planicie.

Siempre me ha gustado el cine denuncia, sobre todo si hace referencia al mundo en el que vivimos, porque si lo pensamos fríamente todo se hace mucho más tangible, pero cuando hablo de denuncia me refiero sobre todo a seriedad no que a uno le tomen por tonto, está claro que ponerse de uno y otro lado en una película es dotarla de gran subjetividad. Pero lo que no es aceptable es que pretendan hacer tambalear los cimientos del mercado petrolero, para que llegue la conclusión del film y todo el mundo se vaya de rositas.

Por esto nos e porque muchos realizadores se empeñan en denunciarnos situaciones totalmente "increíbles" que ocurren en nuestro propio mundo, para que ilusionamos al espectador con tirar abajo o revelar toda una teoría de la conspiración y al final quedarnos en nada. Por este motivo declaro que esta película a parte de plana narrativamente hablando es tramposa, porque durante todo el tiempo que estamos viéndola estamos esperando a que arranque a que de un acelerón en algún momento y no transite todo el rato al trantran como hace.

De las interpretaciones poco que decir, no le encuentro explicación ninguna a la estatuilla recibida por Clooney, que pasa que para algunos ya tocaba ¿no?, donde ven la interpretación de este señor los que eligieron darle el premio, esta claro que no es mi actor predilecto. Pero tiene cosas salvables, aunque también en honor a la verdad he de decir que cada vez menos porque ultimamente sus intervenciones en distintas producciones dicen muy poco a favor de él.

No destaco nada, no me creo nada de todo lo que he visto, y por si esto fuera poco la película da la sensación de que ha tenido un presupuesto bastante alto, el caso es que cada uno derrocha su dinero como le da la gana, pero lo que si les puedo asegurar que este trabajo va a ser uno más del montón. De esos que recuperan el dinero en taquilla, pero porque en nuestra actual sociedad prima más la imagen o sea los actores (George Clooney y Matt Damon) que una historia sólida e interesante.


TRONCHA

viernes, 6 de noviembre de 2009

"¡Madre mía!" de John Ford

You can read this text translated into english at: Mother Mchree

Lo primero que hay que observar es que la copia que llegó a mis manos para poder ser visionada no contemplaba los 75 minutos que la original parece ser que tuvo en el momento de su nacimiento, pero aun así y siendo un trabajo incompleto, se pueden analizar bastantes cosas, de las cuales intentaré dar cumplida cuenta a continuación.

Para empezar basta decir que entre este y el corto que analizamos a este trabajo anterior ("By indian post" (1929)) median unos cuantos años y esto hace que los trabajos de "Jack" Ford hayan ganado en solidez, la narración es mucho mejor que en ejemplos anteriores. Ya es más cineasta si me permiten la expresión, una vez más en su filmografía recurre a la temática irlandesa, no olvida sus orígenes y siempre que lo hace o al menos en los ejemplos que yo he visto acaba reflejando ese odio hacia los malditos que ocupan las tierras del trébol y no dejan que la idiosincrasia de su pueblo fluya con libertad.

Como indicaba anteriormente uno de esos actores fetiche es Victor McLaglen al que Ford recurre en algunos de sus trabajos y sobre todo me viene a la mente el de "El Delator" (1935) un gran trabajo del gigantón actor que también había intervenido con mucho acierto en otra obra maestra como era "El trío fantástico" (1925) una de las obras maestras de Tod Browning. Esto da la sensación que utilizar al mencionado actor era algo que durante aquellas décadas estaba de moda y por supuesto daba empaque a la producción.

La historia del film está basada en una novela de Rida Johnson Young, una trágica historia de esas tan dramáticas que al principio gustaba llevar a la gran pantalla. De esas en las que la desgracia de repente sobrevenía sobre los personajes y ellos con un afán de superación encomiable se la acababan sacudiendo para encontrar la felicidad al final de una tortuosa andadura a través de la vida.

América sigue siendo el país de las esperanzas de muchos y prueba de ello es que nuestra protagonista Ellen (Belle Bennett) pretende emigrar con su hijo allí tras quedarse viuda, en el camino hasta la ciudad para embarcar hacia la libertar y la esperanza se encuentran con un grupo de artistas circenses. Embaucadores pero gente de buena fe que sirven de unión entre lo que representa el mundo real en el que viven y el de ilusión al que pretenden escapar.

La historia pega un salto (alguna de las cintas que nos falta) y vemos al pequeño Brian (Philippe De Lacy) convertido ya en todo un hombre (Neil Hamilton) visitando la mansión de su prometida donde la madre está de sirvienta. Se sitúa al piano e interpreta una partitura que se titula Madre mía y que supuestamente está dedicada a esa madre que da por perdida, lo visto termina justo aquí. Aunque lo destacable es que Ford aprovecha la interpretación de la canción, para cambiar la sonorización del film, deja de lado el clásico piano y nos introduce la voz del interprete. Además el corte coincide con el final de una de las bobinas ya que un ionstante antes vemos aparecer en el margen superior derecho el famoso "cigarrette burns" del final del rollo.
TRONCHA

miércoles, 4 de noviembre de 2009

"The box" de Richard Kelly

Hay películas que se reciben con más pena que gloria y quizás esto acabe incluyendo en esa decisión final en la que determinamos si es o no de nuestro agrado. Un aspecto que también predetermina, si no conoces nada de la misma y has de elegir, es el cartel. En mi caso ver a Cameron Díaz ocupando prácticamente la totalidad del de este film, me predisponía demasiado a pensar mal de este trabajo, por otro lado confieso que un atractivo para acercarme a él era poder ver si Richard Kelly seguía manteniendo al genialidad de su anterior y más exitoso trabajo “Donnie Darko” (2001).

Si nuestro punto de partida es la narración original de Richard Matteson, la cosa se hace bastante atractiva, alguien llega a tu casa de repente y te entrega una caja. El objeto tan solo tiene un pulsador, si lo oprimes ocurren dos cosas, se te recompensa con un millón de dólares y en algún lugar muere alguien que no conoces. Este par de ideas ya dan de si lo suficiente para que nuestra imaginación se ponga a maquinar y por tanto barajar multitud de hipótesis. Si a esto le añadimos que la situación económica no es muy halagüeña el ser humano puede ser capaz de lo peor.

Toda esta incertidumbre es la que ocupa la primera parte de la película, los Lewis, Norma (Cameron Diaz) y Arthur (James Marsden) uno desde el enfoque totalmente escepticista de la situación y la otra desde la absoluta creencia. Ambos se debaten en si conviene o no pulsar el botón rojo de la parte superior de la caja, continuamente debaten con sus conciencias para ver si les interesa realizar esta especie de ritual feminista, ya que comprobarán según va avanzando la narración y según acaba mostrándose que las que pulsan son ellas.

Hasta aquí quizás no tengamos ningún problema, hasta nosotros mismos llegamos a plantearnos que haríamos en esa situación, si el futuro de nuestra familia dependiera de ello. Pero es que todo tiene su trampa, y por supuesto esta película no iba a ser menos, el guión está repleto de ellas. Como decía todo empieza a complicarse, las situaciones que viven los personajes llegan de repente, pasamos del umbral de lo real al de otra dimensión de repente y con pocas explicaciones, no sabiendo realmente porque todo ha sucedido. No debemos incurrir en el error de pensar que el realizador ha pretendido crear confusión a propósito en el espectador, para que aparezca la intriga, más bien pienso que es un defecto de la narración. A veces se enrevesa de tal manera que no resulta creíble y esto acaba apagando nuestro interés, no da resultado el intento de crear un suspense en torno a la historia

Las conclusiones que se pueden sacar de la historia no satisfacen en absoluto, iba a desvelarles aquí el motivo por el cual ocurre todo, pero me parece bastante injusto al que tenga el detalle de detenerse un momento y leer esta reseña. Si ya de por si la historia no llega a meternos dentro de ella del todo, si lo consigue en momentos determinados, pero la intensidad de repente se rompe cuando el director nos sumerge una y otra vez en la aburrida cotidianeidad de los Lewis. La solución que se da a esta especie de entuerto es bastante pretenciosa, el motivo por el cual se entregan “cajas” a determinadas familias como en su momento nos confiesa Steward (Frank Langella) es demasiado fatuo como indicaba antes.

El trabajo de Kelly, pretende entretener y en mi opinión tiene sus momentos (escena del prisma de agua sobre la cama), pero cada vez que la narración goza de cierto ímpetu, este se disipa llevándonos a supuestas escenas de cierta agonía familiar que no llegan al espectador debido sobre todo a la interpretación de los protagonistas. Por tanto determino que en la historia quedan demasiados flecos sueltos para que el acabado final sea bueno, se queda en aceptable, y por supuesto esto hace que sus casi dos horas de duración llegado el punto nos resulten plomizas, en menos tiempo probablemente hubiera dado mejor resultado.


TRONCHA

lunes, 2 de noviembre de 2009

"By indian post" de John Ford

You can read this text translated into english at: By indian post

En los comienzos del cine supongo que todo debió ser un poco caótico, siempre que surge algo nuevo son muchos los que se acercan a ver, tocar, observar, en resumen saber que se puede sacar de lo nuevo, el séptimo arte no fue menos y mucha gente hizo muchas cosas. Aunque luego como también ocurre por lo general la efervescencia dura más bien poco y tan solo un grupo de elegidos es el que continua fiel y sigue empeñado en el tema.

Los primeros trabajos eran de características muy distintas y sobre todo en cuanto a su duración, este en concreto debido a la misma se podría denominar en la actualidad cortometraje (aprox. 15 minutos), el caso es que en aquellos inicios nadie había estandarizado las duraciones con lo cual de todo había. Estábamos ante un divertimento como tal y no ante lo que ahora se supone que es un disciplina plástica y por tanto englobada dentro del mundo del arte, esa concepción aun no existía, tanto era así que las actuaciones dejaban bastante que desear. Lo realmente interesante como decíamos antes era divertir al personal con las historias.

El cine supone una revolución total, da acceso a que muchas personas no solo escuchen a otros sobre como ocurren ciertas experiencias o son ciertos lugares, ahora pueden verlo con sus propios ojos. Este probablemente sea el gran secreto de la popularidad de esta disciplina, por tanto lo que primaba era llevar a la pantalla historias aunque fueran bastante fútiles como esta en concreto donde dos jóvenes se aman y buscan la forma de vivir juntos ante la oposición del padre, no hay más. Todo ello ambientado en una atmósfera de western con alguna persecución que otra y algún gag entretenido protagonizado por el "gracioso" del trabajo.

Como curiosidad comentar que este corto está "firmado" por parte de Jack Ford, como se puede apreciar en los créditos, el nombre con que empezó el gran maestro en este maravilloso mundo de las imágenes.
TRONCHA