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miércoles, 23 de diciembre de 2009

"Big bullet" de Benny Chan

You can read this text translated into english at: Big bullet

No se si en alguna ocasión, ya he mencionado lo que voy a decir, creo que no, pero aun así desde aquí quiero agradecer a páginas como asiateca.net su dedicación al cine oriental o mejor dicho asiático. Pero sobre todo el que nos iluminen de tal manera que seamos capaces de distinguir el cine de las distintas nacionalidades que hay por aquellas latitudes, no todo es cine de "chinitos" como podríamos equivocarnos al pensar. Cada país tiene su propia forma de ver y tratar el séptimo arte y si son ustedes de mente abierta y deciden ir viendo ejemplos se darán perfecta cuenta de lo que aquí les estoy explicando.

Lo que viene a justificar el párrafo anterior es que en todos los sitios cuecen habas, el cine en esencia es un producto comercial y como tal intenta llenar las salas o ser rentable de cualquier manera. Para atraer a los distintos tipos de público se hace cine de diferentes géneros y el de acción por supuesto es uno de ellos, otra cosa es que la acción occidental no tenga demasiado que ver a veces con la acción oriental, si se me permite el símil.

Centrándonos un poco en el ejemplo que debemos tratar, diré que la trama principal de la película la ocupa la historia de un policía de los que de verdad hacen justicia, de los que no retroceden ante nada, pero que usan sus propios métodos, por supuesto totalmente cuestionables.Este es Bill (Ching Wan Lau), al que la envidia de sus compañeros le relega a destinos dentro del cuerpo de policía de mucho menor calado que la investigación y los grandes casos.

Básicamente la historia es esta, no tiene mayores cosas, como pueden comprobar no es algo nuevo para muchos, con estos mimbres ya hemos hechos otros cestos antes. El director ha intentado introducir otras tramas que divergen de la principal, pero con poco calado, por ejemplo, temas como la amistad, el honor, la venganza, el deber hacia los demás e incluso en ocasiones a intentado frivolizar con las distintas situaciones para relajar la supuesta tensión que generaría la acción.

El film podría calificarse como demasiado efectista, pretende impactar visualmente, utilizando la repetición de algunas escenas desde distintos ángulos para que el espectador se recree con las explosiones y las diferentes persecuciones, dejando de lado la calidad interpretativa o de la historia en si. Por tanto estamos ante un producto para un público poco exigente, de cualquier nacionalidad, insisto, estoy seguro que películas de este tipo tendrían su público si se estrenaran en occidente.



TRONCHA

lunes, 21 de diciembre de 2009

"El jardín de Ala" de Richard Boleslawski

You can read this text translated into english at: The garden of Allah

Resulta chocante que a veces uno se ponga frente a una película y espere poco de ella. De hecho en muchas ocasiones se espera poco, como antes comentaba, pero se recibe menos. Este precisamente no es el caso que va acaparar nuestro tiempo durante unos pocos minutos. Son tantos los aspectos de los que se puede hablar de un film, que es raro que no tengamos nada que decir, en nuestro caso lo que más me impactó fue el desarrollo de la historia.

Al contrario que en otras ocasiones voy a empezar con algunos detalles defectuosos de la producción, sin ir más lejos el montaje. Me confieso diciéndoles que para mi siempre ha sido bastante difícil distinguir entre un buen y muy buen montaje, ya ven cosas que uno tiene. Pero es que en "El jardín de alá" es tan malo y se pierde tanta continuidad en las escenas que acaba saltando a la vista. Este es su mayor defecto, incluso también se puede hablar de falta de ritmo, algo curioso ya que estamos ante un largo de aproximadamente setenta y cinco minutos.

Siempre me ha atraído la figura de la Dietrich, de hecho pienso que es una de la actrices con un físico más impactante de la historia del cine. Otra cosa es que te pueda gustar o no, pero nadie puede negar que su rostro transciende a través de la pantalla en cuanto aparece en un encuadre por irrelevante que este sea. El que el papel de Domini, lo interpretara ella fue un acicate para que me decidiera por este título que aunque en su conjunto sea de dudosa calidad, no deja de tener cierto interés por su planteamiento.

Tampoco esperen que la historia acabe llegándoles a lo más hondo de su ser, como esta ya han visto unas cuantas, además tampoco se esperen grandes sorpresas, los hechos son bastante previsibles, según avanza la narración. Lo que si me impacta es el tratamiento de la fe católica que se da en el guión, dos personas que de algún modo ven truncadas sus vidas por culpa de su incondicional creencia en el catolicismo, dos existencias que desde el principio vemos como se van a ver avocadas a entrelazarse tarde o temprano.

La tentación del mundo oriental la representa el desierto, lo que los árabes vienen a denominar el jardín de Alá, en un momento del film ambos ven como se dejan arrastrar al paraíso de las pasiones, al universo de lo exótico, sin preocupaciones ninguna, viviendo el uno para el otro y poco más. Lo que me deja estupefacto es el final, increíble que los personajes tomen la decisión que toman, algo que siendo sinceros en estos tiempos que corren nadie se lo cree, pero que quizá en el momento de la filmación fuera muy adoctrinante y ejemplar para el público de finales de la década de los 30.

TRONCHA

viernes, 18 de diciembre de 2009

"Gunmen" de Kirk Wong

You can read this text translated into english at: Gunmen

Alguna vez más ya he hecho esta afirmación que no me canso de repetir y es que los años ochenta fueron una especie de culto al mal gusto. Pero es que no solo es algo que ocurriera en nuestro país, sino que da la sensación que fue mucho más global que de lo que a priori parece, porque este ejemplo tiene varios aspectos que encajarían con la estética de esta época. Supongo que algunos de ustedes no pensaran lo mismo pero yo la viví en mis carnes y les juro que cada vez estoy más convencido de lo que digo.

Aun perteneciendo a lo que podríamos denominar el cine negro de Hong Kong, ni mucho menos tiene calidad suficiente para los niveles a los que nos acostumbrados otros trabajos relacionados con este cine de triadas. Esta se encontraría más cercana a la dudosa calidad del cine de artes marciales, ese que se convertía en efectista, incluso por el sonido que se le ponía, donde tan solo eran importantes las escenas de lucha en detrimento de la calidad de la historia.

El comienzo del film sirve de introducción, para lo que luego va a acontecer, esto es algo habitual, pero en este caso la verdad es que se solventa de manera que no ayuda mucha, en mi particular caso deja alguna duda. Tampoco es que esta incertidumbre sea definitiva a la hora de ponernos frente al film y poder ir desgranando su simple historia. El hecho en general es que ni la principal ni las tramas secundarias que acaben desembocando en ella merecen mucho la pena.

No se justifica que el capitán de la policía Ding jung (Tony Leung Ka Fai) esté pendiente de su familia, esta en si no ayuda nada al desarrollo de la acción, más bien entorpece y nos acaba descentrando en ocasiones y todo ello por el afán de imprimir un no logrado dramatismo a la producción. Tampoco la relación con Mona Fong (Elizabeth Lee) la prostituta que continuamente ayuda al policía o viceversa resulta efectiva, no mostramos interés por ella.

De todo este enfoque policial que se le da al mundo del hampa Hongkonés cabría destacar que sobre todo lo que vemos lo que principalmente subyace es el afán de venganza por ambos bandos, dejando de lado en multitud de ocasiones la justicia. Los métodos policiales no son mucho mejores que los de los miembros de las triadas, aquí nadie duda de tirar de pistola o con hacha en mano levantarle la tapa de los sesos a su oponente, y como tal dichas luchas están filmadas de forma literal, sin remilgos.

Hay un intento de vitalizar el sentimiento de amistad entre los que al principio fueron amigos y combatientes y que a posteriori el destino volverá a juntar, curiosamente contra el mismo enemigo, aunque amparado en unos ideales distintos. Nos dejan entrever el famoso tema de la corrupción policial, frente a lo honorable de la actitud de unos pocos y todo ello amparado por las embajadas de los invasores occidentales, pero estos temas tienen un trato muy superficial, tan solo se mencionan no se ahonda en ellos.

TRONCHA

miércoles, 16 de diciembre de 2009

"Ice age 3: El origen de los dinosaurios" de Carlos Saldanha

You can read this text translated into english at: Ice age 3: Dawn of the dinosaurs

Me encanta llevar a mi hijo al cine, siempre lo digo, me gusta que se interese por este mundo que a mi me apasiona. Pero he de reconocer que a veces es un suplicio, aunque como padre hay veces que toca hacer sacrificios y esta vez fue una de esas, que remedio así tienen que ser las cosas de momento. Me reconozco un amante de la animación y sobre todo defensor, yo me inicie en el séptimo arte a través de ella, como siempre se ha hecho y muchas generaciones venideras seguirán haciendo.

El caso es que mi esperanza de ver algo decente era mínima, más bien nula, y tal cual se quedó. Aunque vaya a decir una típica frase, no puedo evitarlo, vi más de lo mismo, no tiene nada nuevo, la historia es de lo menos interesante que he podido ver hace tiempo y esto me enfada por dos motivos. El público infantil es inocente pero no tonto y es más bien esto último lo que parecen pretender con tan precario guión. y en segundo lugar a este paso no paramos en la tercera entrega sino que se avecinarán unas cuantas más hasta que la gallina deje de poner huevos de oro.

Vale reconozco que el cine es un negocio que se invierte dinero y que algo hay que recuperar, pero no seamos tan descarados y nos amparemos en la originalidad y el éxito de la primera parte para volver a hacer anodinas entregas una detrás de otra. Se acuerdan de Scrat, la ardilla, ni siquiera ella me pareció interesante, estábamos una y otra vez delante de los mismos gags para intentar no perder la famosa bellota, incluso la nueva compañera que le han puesto (Scratte) tampoco me gusta.

Si la ardilla que era de lo más gracioso ya nos resulta repetitivo y cansado imagínense el resto de personajes, los mamuts, sin pena ni gloria, como Diego el tigre dientes de sable que tiene una especie de crisis de los cuarenta y quiere volver a vivir una segunda juventud. Sid, sigue siendo el patoso de siempre, lo hemos visto en numerosas ocasiones meter la pata y ya no nos resultan novedosas sus gracias. El único destacable claro está es el nuevo el que da un poco de aire fresco a esto, ese Buck, la comadreja, que nos medio entretiene con su locura y valentia, ambas en igual grado.

Poco más que decir se me ocurre, solamente que parece que se esboza una "especie" de homenaje a Julio Verne y su viaje al centro de la tierra, de algún modo da la sensación que ese submundo de dinosaurios tiene su cierta lógica. Tampoco vi un exceso de adaptaciones de escenas de otras películas como es habitual en el mundo de la animación, quizás la persecución de los pterodáctilos, la mejor escena de la película, recuerde a la carrera de vainas de Anakin en el episodio uno de la "sagrada" trilogía.



TRONCHA

lunes, 14 de diciembre de 2009

"eXistenZ" de David Cronemberg

You can read this text translated into english at: eXistenZ

Un buen amigo mio del que a menudo hablo en este blog y que esty seguro que aparecerá por aquí porque no anda lejos, me recomendó a Cronenberg. Que aun siendo un director con títulos bastante conocidos y asequibles, creanse que no me había adentrado yo demasiado en sus trabajos, este va a servir de punto de partida para que en distintas ocasiones vayan entrando más de sus trabajos en este humilde blog. O me pregunten porque elegí este y no otro, probablemente circunstancias personales, pero no le den mayor importancia.

Decir que no estamos ante una de las obras cumbres de este director, ni muchisimo menos, si que se puede afirmar que la idea de la historia es bastante original. Esa especie de bioconsolas que se conectan al propio cuerpo humano para que no solo seamos capaces de disfrutar del juego, sino que lo hagamos siendo nosotros mismos los protagonistas, es algo muy atractivo. No piensen que por otro lado es una idea descabellada cuanto "loco" se instalaría un biopuerto si cualquier compañía diseñadora de videojuegos les garantizarán emociones jamás vividas, ¿a que si Des?

El problema es que de aquí en adelante las cosas no funcionan tan bien en la película, por empezar por algún sitio decir que el personaje de Allegra Geller (Jennifer Jason Leigh) no tiene ninguna sustancia y la principal culpable es la que le interpreta. Otra cosa sería Pikul (Jude Law) que hace un trabajo más salvable. El caso es que durante el transcurso de la acción no tenemos ningún momento la sensación de persecución y huida que ambos quieren hacernos creer, esto es un fallo grave por parte de la dirección por supuesto.

Lo que es la película en si camina practicamente por los derroteros de la serie B, lo que no es decir nada peyorativo hacia ella, pero si que hemos visto ejemplos encuadrados en este tipo de género que son auténticas obras maestras. Parece una producción hecha de forma precipitada, y rápidamente, aun así entretiene, incluso transmitiéndonos poco y creándonos unas expectativas, que sintiéndolo mucho no se ven cumplidas al final del trabajo.

Casi al final uno de los personajes da una clara explicación de como le ha resultado jugar a eXistenZ, es como si le sirviera a Cronemberg de excusa a lo que ha ofrecido al espectador. Es más, es como si de alguna manera nos insinuara que ha estado jugando con nosotros, algo que no me importa, pero si en el juego no me consideran tonto. Porque señoras y señores, después de seguir desde el principio la realización nos vemos abocados a un final que todo el mundo se espera o al menos para un servidor fue muy obvio.

TRONCHA

viernes, 11 de diciembre de 2009

"Lock and stock" de Guy Ritchie

You can read this text translated into english at: Lock and stock

Muchas veces las películas se vuelven confusas, no hay quien las comprenda o al menos lo que vemos carece totalmente de sentido. Todo esto las hace poco atractivas y acaban obligándonos a preguntarnos porque no se hizo todo de una forma más sencilla y sobre todo más increíble. En otras ocasiones lo que las tira abajo es lo fantasioso de la historia el que no podamos ver sitio por donde cogerlas y creer un ápice de lo que nos están contando.

Pues precisamente por todos estos defectos que describo en el párrafo anterior, es por lo que me gustan las películas de Guy Ritchie. Lo que más me gusta de todo el conjunto es que la historia va a ser de lo más rocambolesco, imposible intentar razonar nada de lo que acontece, debes entregarte a la imaginación y pensar lo más descabellado porque la probabilidad de que esto ocurra es mayor que de que sea de forma razonable.

La película es el colmo de las coincidencias, más bien un homenaje al cine de situaciones alocadas, en algunos momentos parece que estamos ante el más puro "slapstick", ante una obra de Chaplin o Keaton, sus personajes son auténticos clowns de los que el espectador no para de mofarse, porque realmente es para lo que están. Insisto en que lo razonable no tiene cabida en sus películas, las drogas o la capacidad de discurrir de sus personajes son los que marcan las inverosímiles situaciones en las que acabará inmersa la historia.

El ritmo del trabajo es buenísimo, no hay freno, todo es una marcha hacia adelante, acompañado siempre de buena música, el complemento perfecto para una acción trepidante y a la vez torpe de casi todos los personajes. Amante siempre de acercarnos un muestrario de sujetos de lo más peculiar, donde cada uno cumple una función por mínima que esta sea y al que le avalan siempre sus particulares cualidades y todo ello por supuesto bajo algún peculiar nombre o mote que casi siempre ha surgido en el ámbito de su entorno.

El uso que se hace de la cámara es culpable de que este ritmo tampoco baje, no nos situamos precisamente ante lo más glamuroso de la sociedad británica, ni ante profesionales del crimen sino más bien chapuceros, pero la forma en la que lo vamos a disfrutar en primordial y ese es uno de los puntos a favor de esta producción, la cámara al igual que nuestros protagonistas hay ocasiones que se coloca en situaciones inverosímiles, algo que acabamos agradeciendo también.

Una vez más el cine de Ritchie entretiene, agrada y nos hace reír, quizás el problema es que siempre da la sensación que estamos ante la misma historia, de momento a mi no me importa, pero es mi caso particular. Otros se cansan de ver lo mismo, no están dispuestos a ponerse una y otra vez ante los homenajes que el peculiar director parece rendir al desorden y al despropósito locuaz. Desde aquí mi consejo es que vean este y otros trabajos y ustedes mismos decidan el momento en el que se cansan, o no, quien sabe.

TRONCHA

miércoles, 9 de diciembre de 2009

"Fitzcarraldo" de Werner Herzog

Cuando uno es joven siempre tiene la cabeza llena de sueños, según el tiempo va avanzando algunos se van consiguiendo y otros van saliendo por donde van entrado. Queremos ser distintos al resto en todos los aspectos y al final de la carrera vemos que somos exactamente iguales al resto, practicamente sin distinción. Fitzcarraldo (Klaus Kinski) es eso un soñador, que a diferencia del resto de los que le rodean no ceja en su empeño.

Quizás creer mucho en un sueño no supone conseguirlo, pero como es posible negarle nada a un hombre que le pone tanta fe y empeño a las cosas. Muchos en contra de lo que se pudiera pensar se vendrían abajo y no querrían seguir adelante, cuando las cosas no pintan demasiado bien, pero el señor Fitzcarraldo para nada es de ese tipo de personas. Saca la parte positiva de la negatividad de las cosas, en realidad es un optimista desmesurado.

Personaje por tanto particular donde los hay y como no podía ser menos el actor que lo interpreta. Kinski no parece saber de reservas ni mesuras, sus personajes se caracterizan por se una total entrega, vuelca su propia personalidad en el mismo. Escena tras escena nos damos cuenta de esta simbiosis perfecta entre personaje y actor, algo que por supuesto el espectador agradece, y aun elogiándole pienso lo difícil que debe ser de dirigir, sino que se lo comente al mismo Herzog.

Como se apuntaba anteriormente Herzog nos lleva hasta un Perú totalmente salvaje, un país practicamente engullido por una selva a la que los occidentales tan solo desean hincarle el diente. Es la tierra de las oportunidades, muchas materias primas sin explotar y esperando a que el más avispado haga negocio de ellas, sin preocuparse de a quien afectará todo esto. Sin tener en cuenta la población nativa que pierde sus casas, sus costumbres y en definitiva su identidad.

Fitzcarraldo pretende ser uno más de estos esquilmadores, pero los indios ven en él una especie de Dios, con el que deciden colaborar a la hora de transportar el barco. Nadie sabe el porque de su actitud, es el gran enigma de la historia, pero aun así se dejan llevar por al situación, después averiguaremos ese porque y quedaremos o no satisfechos. Pero lo principal es que da la sensación que nuestro protagonista pertenece a ese entorno en el que se mueve, de ahí que consiga congeniar con el colectivo que habita el más temible y profundo amazonas.

Sobra decir lo impresionante de la fotografía y de todo el entorno que se nos muestra, hay momentos en que da la sensación que estamos dentro de ese barco que navega por el río o por la montaña dependiendo de la situación. Es un film en el que las imágenes hablan por si sola, y cobran mayor protagonismo que los diálogos, el recorrido del navío por el río nos muestra una serie de episodios y de encuentros con unos y otros que acaban entreteniendo sobremanera al espectador (véase la escena de la estación abandonada).

El caso es que el largo deambular fluvial, parece representar un recorrido por la vida del personaje principal, la vida nos hace heridas que vamos curando, pero que nos dejan cicatriz, como le ocurre al propio barco al regreso a puerto. Un deambular de lo que ha sido su vida hasta ahora y de lo que probablemente seguirá siendo. Una vida no del todo sencilla, con obstáculos, pero lo más importante de todo con una fe inquebrantable para poder sortearlos y seguir adelante. De hecho si nos damos cuenta la película no termina cuando aparece la palabra fin, si lo analizamos detenidamente nos daremos cuenta que es un nuevo inicio de otro episodio de la peculiar vida de Fitcarraldo.

TRONCHA

lunes, 7 de diciembre de 2009

"Duelo al sol" de King Vidor

Durante toda la historia del cine se han hecho grandes producciones, esas películas en las que se invierte mucho dinero, traen de cabeza a los productores y a veces resultan ser un gran fracaso. O no. No hay que ser pájaro de mal agüero, el caso es que en la mayoría de las ocasiones resultan muy visuales pero poco efectivas si las vemos desde el punto de vista de la calidad.

En la época que vivimos todo está al alcance de cualquiera, y sobre todo si tienes una conexión a Internet, pero tanto antes como ahora hay una serie de películas de corte romántico que siempre triunfan. No me considero en dicho grupo, el tema del amor ha sido continuamente explotado en el cine, se sigue haciendo, pero es que incluso sigue funcionando. Como el cine es un mundo de ilusión, la gente prefiere ver películas en las que les encantaría que sus historias de amor fueran lo más parecidas a lo que exhibe la gran pantalla.

Que mejor que la típica historia en la que la pobrecilla de turno, pero rebelde, conquista el corazón del acomodado y rico de la región. Si a todo esto le aderezamos con otro personaje más en disputa de dicho sentimiento y por último le añadimos unas pizcas de progreso y costumbres, tenemos "Duelo al sol" (1946), ese típico trabajo que apasionó a todo el mundo y que deja buen sabor de boca pero sobre todo y es lo que más destaco de la película como es la escena final entre Perla (Jennifer Jones) y Lewt (Gregory Peck) me parece buenísima.

La utilización de los colores me parece un tanto exagerada a veces nos plantean unos encuadres en los que el rojo tiene un predominio abusivo, fastidiando la buena fotografía del film. Porque como apuntabamos en el principio cuando se quería rodar una escena con doscientos caballos se contrataban otros tantos extras con sus correspondientes monturas para que la escena quedara como debía, ahora hay otras soluciones. aun así hay ejemplos en la historia del séptimo arte en la que con menos se ha hecho mucho más y la cosa ha quedado perfecta sin notarse la carencia.

Reconozco que este tipo de historias no me resultan interesantes, no son lo mio. Este drama pasional que no podía concluir de una manera distinta a lo que lo hace. Tiene toda la carga de afectividad y amor imposible para que se medio luzcan dos de los interpretes de mayor peso como son Joseph Cotten y Gregory Peck. Pero el caso es que el peso lo lleva Jennifer Jones, que resulta sobreactuada, con excesivos movimientos y haciendo de diva en su papel de mestiza, es la que intenta acaparar la atención del espectador sin conseguirlo.

Como siempre recomiendo que se vea este tipo de cine, porque no, este tipo de trabajos sirve para hacer contraste entre lo que realmente nos interesa y otro tipo de cine, que nos interese más. Esto también demuestra que antes y ahora, siempre se han hecho trabajos que tan solo han interesado a unos pocos y por supuesto con los que se ha pretendido sacar más dinero de lo invertido, que mejor que hacer un despliegue total de recursos y esperar que todo funcione.



TRONCHA

viernes, 4 de diciembre de 2009

"El cuarto mandamiento" de Orson Wells

You can read this text translated into english at: The magnificient Ambersons

Cuando alguien se enfrenta a una película con este título (en español) no puede más que acordarse de las dos famosas tablas que recibió Moises durante su estancia en el monte. Para ser sincero que quieren que les diga, no pienso que tenga mucho que ver con el cuarto en cuestión, pero habrá opiniones de todo tipo y aquí estamos para eso, para poder escucharlas y rebatirlas o comentarlas. El caso es que su título original "The magnificent Ambersons" es mucho más adecuado incluso menos ostentoso.

Este es practicamente el segundo proyecto de cierto calibre de Orson Welles, realizada un año después de su gran obra "Ciudadano Kane" (1941). También le supondrá un fracaso de taquilla como la anteriormente mencionada y esto a su vez el que tenga problemas en el futuro para encontrar quien pague sus películas. No se crean que para ser el número uno a veces las cosas se las ponen fácil, hay ocasiones en las que hay que patear mucho e incluso recibir alguna bofetada que otra, quizás esto es lo que endurezca el carácter y lleve al éxito final.

El ser humano es cotillo por naturaleza y siempre le ha interesado la vida de los demás, pareciendo que no tienen bastante con la suya propia. En la actualidad ocurre lo mismo, quizás hayan cambiado los referentes e interesen otro tipo de ídolos que no los de hace sesenta años que pertenecían a la alta burguesía. Esto viene a decir que historias como está interesarían poco en la actualidad, pero que dicha falta de interés no merma en absoluto la calidad de la obra.

Toda la historia gira en torno a la historia de una familia de mucha consideración en su ciudad y a la cual todo el mundo respetaba pero que por supuesto también sirve de "entretenimiento" para tantos y tantos rumores y gente deseosa de ellos, el caso es que el director usa a estos avispados ojeadores callejeros como parte de la narración del film. Para contarnos principalmente la historia de una imposibilidad, parece intentar demostrar que aunque deseemos algo mucho e incluso tengamos los medios para conseguirlo cualquier escollo que se ponga en medio puede arruinarnos la vida misma.

El caso es que el director pare plantearnos esta disyuntiva durante todo el film, hacernos pensar quien está mejor situado ante los reveses de la vida. El que no para nunca y aun siendo consciente de que hay pocas oportunidades de conseguirlo se mantiene firme en su postura o quien se deja llevar, parece haberlo conseguido todo y realmente lo que tiene es tan etéreo que se le escapa entre las manos.

El entorno en el que sitúa toda la historia no deja de ser original, el automóvil es en parte el culpable de las desgracias de varios de nuestros personajes, tanto sea para bien como par mal. Dando la sensación que la naciente industria se presenta como algo inevitable para el progreso al igual que los daños colaterales que la misma producirá. Esto hace resurgir de nuevo la lucha de clases entre esa clase alta que lo ha tenido todo desde la cuna y los que han decidido llegar al status de estos, pero con un origen mucho más humilde.

Como consejo desde aquí les puedo decir que no incurran en el error de dejar de ver la película en el momento que aparece la palabra fin, esto es algo que muchos suelen hacer en las salas. Si cometen tal equivocación se perderan un fantástico recorrido final por todos los personajes que han intervenido en este trabajo y quien los ha dado vida.



TRONCHA

miércoles, 2 de diciembre de 2009

"Dublineses. Los muertos" de John Huston

You can read this text translated into english at: The dead

Hay determinado tipo de cine que para mí es muy complicado, cuando ves una obra que se supone que todo el mundo habla maravillas de ella, a veces ocurre que para mi transcurre sin pena ni gloria. No este diciendo que este trabajo sea uno de esos casos, pero si que he de ser sincero y la casi obra póstuma de Huston no me provoca ningún sobresalto interior, no quedo perplejo ante ella. Por supuesto que la entiendo, lo que me preocupa es que haya algo más que mi corta mente no sea capaz de dar de si y deje de apreciarlo, eso si que me dolería.

Huston utiliza la excusa del baile del día de la epifanía del señor para mostrarnos su particular elenco de personajes, a cual más singular. O a lo mejor no tan particulares como en un principio podrían parecernos, esta primera parte de la película da la sensación que el director quiere sentarnos a la mesa como un invitado más, como si estuviéramos nosotros mismo en la reunión. Un círculo de personas elegidas entre lo que representa la alta sociedad de principios de siglo en Dublin cuya presentación al comenzar el film se debate entre la ironía por supuesto sin dejar de lado cierta hipocresía.

Por supuesto ni que decir tiene que la obra está basada en su homónima novela escrita por James Joyce. la narración empieza muy sosegada y lenta, a medida que la misma avanza poco más sabemos que de lo que eramos conscientes al principio, pero eso si, los asistentes van ganando en confianza como nos ocurre a nosotros mismos. Incluso llega un punto en que el desarrollo de la cena y los vapores etílicos hacen mella en algunos de los asistentes, llegando a demostrar que parecen los más vivos de la reunión.

Falsa ilusión, no se vayan a pensar, el título viene a dar a entender quien es realmente el que está vivo, el que atiende a todas las costumbres y no se sale de los cánones establecidos, manteniendo las formas y composturas. O por el contrario los que después de un momento de incertidumbre durante el baile deciden abandonar la casa de forma discreta para defender la construcción de un nuevo país, sacudiéndose por supuesto el yugo de la Gran Bretaña, algo por supuesto muy típicamente irlandés.

El caso es que aun yendo fácil de la mano de la historia y pensando en que nada va a ocurrir, el término de la fiesta coincide con una revelación de nuestra protagonista Gretta (Anjelica Huston) que va a dejarnos helados, no consiguiendo llegar a un final feliz y trayendo una vez más a los muertos al presente. Todo este clima sórdido y ténebre que nos deja el largometraje quizás este influido por la propia situación en la que dirige el gran director durante este trabajo donde ya está postrado en sierra de ruedas y con respiración asistida.

Por otro lado el alarde técnico de la película es fabuloso, teniendo en cuenta que su máximo culpable ha llegado a la madurez cinematográfica. la utilización de la cámara, la fotografía en general y sobre todo la iluminación son elementos dignos de mención. Pero por supuesto sobre todas las cosas, incluso las propias interpretaciones quizás esté la fuerza de los diálogos, los que acaban cautivándonlo y haciendo que no perdamos hilo en ningún momento.

TRONCHA

lunes, 30 de noviembre de 2009

"Orfeo" de Jean Cocteau

You can read this text translated into english at: Orphée

Aunque lo que realmente le gustaba al particular director francés era escribir guiones, los ejemplos que nos dejó la verdad es que son dignos de mención los que yo conozco. su carrera como realizador no fue demasiado prolífica si la comparamos con la de guionista, pero la verdad es que es muy significativa, es una manera muy particular y personal de hacer cine, dotándolo de una plasticidad increíble, quizás el ser poeta hace que las cosas en la vida se vean de otra manera.

Muchos conocerán la leyenda de Orfeo, el que descendiera a los infiernos para rescatar a su amada Euridice y que con su música consiguiera aplacarlo todo incluso los habitantes del mismo infierno. No obstante Cocteau nos hace un breve resumen de tal narración griega para que estemos sobreaviso, algo que es habitual en su cine, parece bastante preocupado porque el espectador entienda lo que va a ver y por ello la razón de estas introducciones al comienzo del film.

Por supuesto estamos ante la historia del mito revisado, el director nos lo ha traído hasta la época actual (1949, fecha de la película), todos sus personajes están perfectamente adaptados a al nuevo siglo. sin perder por supuesto los vínculos con el inframundo, porque para que mentir, los personajes realmente interesantes son el propio Orfeo (Jean Marais), la Muerte (María Casares) y Heurtebise (François Périer). Sobre todo estos dos últimos que reflejan el lado oscuro del film, viniendo del submundo para llevarse a los muertos y convertirlos en sus propios siervos.

La forma en el que el mundo real y el mortal se funden es increíble, algo que podría parecer complicado y que muchos llenarían de grandes efectos, incluso podrían hacérnoslo incomprensible. En este caso todo se soluciona jugando con los espejos, las entradas a cada uno de los mundos y con unos efectos especiales que se basan principalmente en el uso de la marcha atrás y la cámara lenta. Las transiciones entre ambos mundos, cuando los personajes se trasladan de uno a otro son fantásticas, auténticas coreografías, reflejando en todo caso el excepcional gusto que Cocteau tenía por la danza.

Un fantástico Marais, una vez más y ya son unas cuantas, es el que hace que la historia gire en torno a él, una fantástica versión del Orfeo real, capaz de que el mundo entero estuviera a sus pies, capaz incluso de que la muerte se enamore de él. No hay que desdeñar la dirección artística, el entorno que se crea en el film es digno de admirar, nada desentona con lo que estamos viendo, me resulta soberbio ver como los "agentes del infierno" se desplazan en moto, rigurosamente uniformados.

La película en general es un deleite para los sentidos y en especial para la vista, pero de entre tantas y tantas escenas destacaría la del sumario al que son sometidos los personajes inframundanos, en concreto la Muerte y Heurtebise. Son culpables de haberse enamorado en su viaje al mundo real, de haber cometido los mismos pecados que a los que están castigando, la supuesta imagen de la corte de demonios dictando sentencia y poniendo a todos ellos en el lugar correspondiente es impresionante y nadie debería perdérsela.


TRONCHA

viernes, 27 de noviembre de 2009

"La bella y la bestia" de Jean Cocteau

You can read this text translated into english at: La belle et la bêtte

Fantástica fantasía visual, estas son las palabras que mejor definan la producción, incluso con la redundancia que las mismas conllevan. Cocteau consigue regalarnos una obra increíble no sin pedirnos algo a cambio, es como si de una compensación de servicios tratáramos. En los créditos de introducción del film, después de un discurso sobre la ingenuidad de los niños y de lo que es real o no en el propio mundo que ellos crean, el director francés acaba pidiéndonos un poco de esa ingenuidad que describe, dénsela, de verdad que no van a arrepentirse.

Podríamos empezar de variadas maneras a comentar las excelencias del film en general, cualquier apartado dentro del mismo parece que ha sido mimado para dar el mejor resultado. Recordar por otro lado que estamos en el año 1946, pero aun así la producción tiene algunos elementos que recuerdan al cine mudo. Los cortes entre escenas se producen en fundidos en negro, que se repiten en varias ocasiones a lo largo de la realización, al igual que la forma de moverse por los escenarios de los distintos actores también puede recordarnos a los comienzos del cine.

Es un ejemplo claro de plasticidad en cuanto a los movimientos de los personajes, hay ocasiones en las que da la sensación de que estamos ante un ballet. Tirando de todo lo que tiene a su alcance, lo que el director pretende por encima de todo es un espectáculo visual, algunas de las escenas que presenciamos parecen auténticos cuadros. Todo está orientado a conseguir el mayor efecto en la mirada del espectador y desde aquí les doy fe, que en todo momento lo consigue.

Otro aspecto a tratar sería el personaje en sí de la Bestia (Jean Marais) sobre todo el tema del maquillaje, es impresionante lo logrado que está, haciendo una vez más que la sensación de sobresalto, incluso miedo trascienda de la pantalla. Lo que más destaca del conjunto son los ojos del personaje, parece que se clavan en nosotros, a veces pidiendo que seamos compasivos como es Bella (Josette Day) y otras mostrando su máxima ferocidad y aspecto salvaje.

Los efectos especiales, son continuos en el film, son unos efectos de los más pensados y elaborados por las fechas en las que andamos. Se recurre una y otra vez a la marcha atrás en el montaje,incluso la cámara lenta, la iluminación muchas veces está encaminada a producir, cintas en el suelo que transportan a los personajes, simulando que levitan a través de las estancias del castillo. La dirección artística es sublime, al igual que la elección de vestuario, la decoración y los recursos utilizados en los interiores del castillo son increíblemente originales para dicha época, lo que supone una revolución para muchos.

La historia probablemente todos la conozcamos ya que bien por el cuento, o por Disney, haya llegado hasta nosotros. Pero de verdad que esto no debe suponerles un problema a la hora de verla porque seguro que acabarán agradecidos de haber gastado dicho tiempo admirando una joya del cine, un espectáculo visual como pocos y que muy probablemente ha influido en posteriores producciones y directores, que yo recuerde ahora mismo por ejemplo Tim Burton.

TRONCHA

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"La semilla del espacio" de Steve Sekely

You can read this text translated into english at: The day of the triffids

Como somos gente inquieta nos gusta conocer todos los puntos de vista posibles de una misma cosa, o al menos como cada cual afronta una situación común. De verdad pruébenlo, es bastante aconsejable ver varias versiones de una misma película o sería más correcto decir varías versiones de un mismo libro o guión. Precisamente es lo que ha ocurrido con este largometraje, el cual visioné después de ver la serie "The day of triffids" (1981) de seis capítulos que se emitió en la BBC.

El título original de este trabajo es idéntico al de la serie, pero ya saben lo que ocurre en este país, no voy a entrar más en discusiones de este tipo. Lo que si está claro es que la novela de John Wyndham dependiendo de quien la lleve a escena funciona de una manera o de otra; las prioridades son totalmente distintas en ambos casos.

Principalmente calidad de una y de otra aparte, el enfoque de la serie es bastante apocalíptico, el ser humano es muy consciente de lo que ha ocurrido y se plantea en todo momento como debe ser la salvación, el resurgimiento. La película por contra es consciente en todo momento que la humanidad vive una amenaza real, que pueda hacerla desaparecer por si misma. Pero en este caso nuestros personajes intentan luchar desde distintos frentes para erradicar el problema.

También hay que decir que el enfoque del problema es mucho más global, la Tierra entera está amenazada, las distintas nacionalidades se han unido para poder asegurar el futuro. Además de ver como ante tal amenaza la religión puede ser una salvación, la historia se vuelve más pragmática y tangible, cuando intentan conocer a su enemigo y por supuesto ver como pueden derrotarle.

Aunque ya sabemos que las comparaciones son odiosas, la resolución de la problemática y por tanto el esquema general de la narración recuerda mucho a "La guerra de los mundos" (1953) de Byron Haskin, salvando las diferencias al respecto. el enfoque dado al film es un enfoque totalmente americano y acorde con el cine que se hacía en aquellos años, era una producción que para nada desentonaba del resto de las producidas durante los años sesenta.

En todo este tipo de cine de ciencia ficción siempre resulta curioso conocer los métodos que se llevan a cabo para determinar la existencia del agresor. Hay que ser agudo a la hora de observar el material que se emplea para el estudio de las distintas especies, en definitiva, las soluciones que ha aplicado la dirección artística. Pero lo que más gracia me hace es cuando alguno de los que suponemos entendidos, el que denominaríamos experto, durante una de sus disertaciones de repente explica el porque de todo, un porque que en la mayoría de las ocasiones choca frontalmente con la ciencia real.



TRONCHA

lunes, 23 de noviembre de 2009

"Big fish" de Tim Burton

You can read this text translated into english at: Big fish


Una vez más se me plantea la misma duda. Esta película me la prestado una persona a la que aprecio bastante y me da pena no verla con los ojos que ella la ve, pero es que inevitablemente a todos nos pasa esto. Hay películas que nos gustan tanto que no nos gusta admitir que otros no ven lo mismo que nosotros cuando estamos ante ellas, ante todo debo ser honrado y no mentir, no me gusta engañar a nadie y desde un principio debo decir que a mi me cuenta muy poco este trabajo de Burton.

La frase que empleo para terminar el párrafo anterior es bastante irónica ya que la historia que nos cuenta el film es la vida de un cuenta cuentos. Una persona que ha vivido probablemente las mismas cosas que los demás pero que cuando ha querido transmitírselas a los de su entorno, lo ha hecho utilizando su particular tamiz. Ed (adulto, Albert Finney) es un cuentacuentos como el mismo se define en más de una ocasión durante la producción, algo que sinceramente no hacía falta que hubiera hecho porque el espectador se da cuenta de ello a la primera.

En la vida como seguro que ocurre en otras cosas, la gente decide como querer o no querer a los suyos; incluso lo que les perdona y lo que no, lo que se les consiente y lo que no. Si tomamos nuestra andadura en este valle de lágrimas como algo pragmático los hechos son como los vemos o los vivimos o pueden ser como los "pinta" aquí el director de mil maneras y formas que se nos antojen. Dejando de lado el raciocinio y dando rienda suelta a nuestra imaginación, esta forma de contar su propia vida es precisamente lo que Will (Billy Crudup) no perdona a su padre.

Burton ha aprovechado una historia como tantas ya hemos visto anteriormente de separación filial para montar uno de sus habituales escenarios. Quizás un escenario menos barroco de lo que nos tiene acostumbrados pero en definitiva igual de efectista como siempre. Este es el mayor problema que existe entre él y yo, que muchas veces deja de lado la historia para centrarse en como adornar lo que vemos, en emplearse a fondo en el envoltorio, para luego decepcionarnos con el caramelo que encontramos dentro.

Si, no se piense nadie que quien suscribe estas líneas no tiene sentimientos, por supuesto, incluso me he visto en una situación tan especial como la que se encuentra el hijo del protagonista. Pero a mi la historia no me deja poso, no me conmueve, lo único que consigue es que disfrute (como siempre me ocurre con este director) de una manera visual, me quedo con la interpretación del cínico personaje de Ed cuando es joven (Ewan McGregor). Aunque yo soy amante de lo salado y debo decirles que tanto rezumar almíbar me acabó empalagando.

TRONCHA

viernes, 20 de noviembre de 2009

"Taxi driver" de Martin Scorsese

You can read this text translated into english at: Taxi driver

Para los que dormimos como angelitos todas las noches cuando nos fundimos en un agradable abrazo con Morfeo no es fácil de entender lo que la gente pasa cuando es incapaz de dormir una serie de horas diarias, el caso es que eso no puede ser bueno. Se dice que el ser humano tiene la necesidad de soñar a diario para que la mente se vaya desalojando de ciertos fantasmas para que de esta manera dejen cabida a las preocupaciones diarias, es una especie de proceso cíclico vaciar-llenar para que no todo se quede dentro y acabe llegando lo peor.

Travis Bickle (Robert De Niro) es uno de esos tipos, su mente no se recicla en absoluto y lo que único que acaba acaparando dentro de ella, como si de una especie de síndrome de Diógenes mental se tratara, su cerebro llega a un punto que no puede almacenar más "mierda" y por algún lado tiene que salir. Lo más fácil es que sea a través de la violencia, sin tener en cuenta las posibles consecuencias o quizás si teniéndolas pero dándote lo mismo lo que te pueda venir encima, total todo es basura.

Esta podría ser una lectura de su mente, si les soy sincero es la parte más interesante del film, las conversaciones que nuestro protagonista desarrolla con su propio yo interior, en contraste nos damos cuenta que los diálogos entre otros personajes son de lo más banal. Por supuesto que este es un recurso que Scorsese utiliza para acentuar todavía más la percepción que Travis tiene de la realidad que le toca vivir.

Aun siendo una persona de apariencia relativamente normal su conflicto interno hace que para nada lo sea, vive dentro de un mundo que no soporta y contra el que decide revelarse, intenta que el resto le escuche y que piense como él. Pero cada vez que le oímos algún diálogo nos damos cuenta que está totalmente desubicado, y como ejemplo claro está la conversación que tiene con Sport (Harvey Keitel) cuando habla con él para llevarse a Iris (Jodie Foster) este le tacha de raro e incluso le confunde con un miembro del departamento de policía.

Como nadie hace nada por cambiar las cosas decide rebelarse contra su entorno, después de acompañar noche tras noche en el asiento de su taxi a nuestro particular chofer, parece que cada vez tenemos más claro cual va a ser su reacción. Todos los estamentos le han fallado, incluso el político o más bien sobre todo el político, los que prometen pero al final pasan de los que están más abajo, en definitiva de los que les votan, su particular "día de furia" ha llegado y ya no hay vuelta atrás.

El realizador aprovecha esta situación para dar un repaso a todo el que tiene delante y al ser humano en general, incluso me da la sensación que borda la escena en la cual nuestro protagonista, cual caballero armado intenta el rescate de su princesa de las garras del monstruo que supone la prostitución. La escena es la mejor del film, incluso rozando el cine gore, pero con una fuerza y una plasticidad increíble sin dejar de lado por supuesto la poca familiaridad que el "matador" Travis tiene con el mundo del hampa, cosa que se ve reflejada en la comentada secuencia.

TRONCHA

miércoles, 18 de noviembre de 2009

"7 vírgenes" de Alberto Rodríguez

You can read this text translated into english at: 7 vírgenes

En esta tierra que me vio nacer siempre hemos sido muy dados a sacar héroes de donde no los hay,cuanto más sales en televisión o el papel couché más habla de ti, más vales, cuando mi pensamiento ha sido que las personas valen por lo que realmente son y por sus capacidades, no por presencia, algo que suele ir acompañado de la ausencia de contenido. Si esto ocurre a nivel nacional, a nivel de barrio también sucede, no me digan que no se acuerdan de ese o esos tipejos de su barrio que no estudiaban, tenían lo que querían, vivían genial y encima se mofaban del resto por saber vivir mejor que todos nosotros.

El cine ha sido bastante dado a retratar esta figura de "rebelde social" por llamarlo de alguna manera, en concreto alrededor de los años ochenta es cuando parecen surgir varios ejemplos de producciones del tipo al que me estoy refiriendo, como aquí hay veces que no aprendemos. Pues nos da por insistir y pensar que si a alguien le ha ido bien haciendo algo nosotros repetirlo para que el éxito se venga a nuestro terreno, por tanto la historia del fin de semana con el Tano (Juan José Ballesta) no es nada original y por lo tanto interesante, es algo que ya hemos visto y que nos deja como si tal cosa.

Otro de los problemas que veo en este tipo de historias callejeras, es que los realizadores, en nuestro caso Alberto Rodríguez intentan dar al personaje mucha mayor profundidad que la que realmente tiene, porque motivo sitúan al protagonista ante ciertas disyuntivas morales e incluso disquisiciones de carácter filosófico. Realmente este tipo de individuos son mucho más simples de lo que nos quieren vender a los pringaos como nosotros, como se jactan de llamarnos al no ver la vida como la ven ellos, son victimas de su propia estupidez, porque teniendo ejemplos vividos en sus propias carnes, insisten en mantener un ritmo de vida frenético hasta que el cuerpo aguante.

Mi rechazo a este tipo de cine probablemente surja porque no consigo identificarme con los personajes y eso es algo que creo imprescindible en la labor de un realizador, que se aseguraría probablemente que nos interesáramos más por todo. No me resultan atractivas las historias de gente que no se ha esforzado y que es amigo de lo ajeno, que pretende ser más que nadie por el simple hecho de que no eres como él, en el fondo gente desgraciada que habita más lejos de la felicidad de lo que se pueden imaginar.

La obra no tiene prácticamente nada destacable, se vuelve a abusar del efecto cámara al hombro, algo que en esta década está muy de moda aunque en muchísimas ocasiones no tenga sentido alguno, por otro lado los interpretes, sobre todo los que gozan del protagonismo nunca me han parecido buenos. Se desperdicia en mi opinión a dos buenos secundarios como son Ana Wagener y Antonio Dechent dándoles sendos papeles insignificantes, el caso es que si pueden evítenla porque la vida vende muy caro el tiempo y no es que estemos para excesos.

TRONCHA

lunes, 16 de noviembre de 2009

"Un lugar donde quedarse" de Sam Mendes

You can read this text translated into english at: Away we go

En muchas ocasiones el cine no tiene que irse a los lugares más recónditos de la ficción para encontrar una buena historia. Con contarle bien y tener cierta gracia a la hora de hacerlo puede acabar funcionando y conseguir su cometido final, entretener al espectador. Este se puede sentir mucho más identificado con una historia cotidiana, una situación doméstica en la que se vea reflejado. En el cine de Mendes encontramos varios ejemplos de este tipo de cine por denominarlo de alguna manera social, en el que acabamos escrutando la vida de unos semejantes muy similares a nosotros mismos.

Mendes en este trabajo no pretende grandilocuencia alguna, de repente se cruza con un guión original que no tiene base literaria, se divierte leyéndolo y decide ponerle imágenes. Así como nada más y por supuesto nada menos, esto se refleja de una forma plena en la película, que no tiene grandes pretensiones, algunos pueden pensar que el resultado global es flojo. Pero quizás habría que tener en cuenta que probablemente el director no pretende más que dar su particular visión sobre una pareja que están a punto de ser padres y pretender reafirmar una serie de conceptos que parece que se les tambalean.

En ningún momento pienso que la historia pretenda ser moralizadora, no busca cambiar los clichés de nadie. Siendo muy sutil nos introduce en la vida de Burt (John Krasinski) y Verona “Rona” (Maya Rudolph), este ritmo pausado se mantiene durante la totalidad del film. Al final del mismo es cuando hay una especie de elevación en la intensidad del mismo pero que dura poco durante su estancia en Montreal, pero la dureza de la vida les devuelve a la realidad. Aun siendo un film “corto” para lo que ahora nos tienen acostumbrados, pueden sobrar algunos episodios de su viaje y haber desarrollado otros más interesantes.

La producción destila “indie” por todos lados, incluso según ha llegado a mis oídos se ha convertido en una producción “verde”, se han reciclado gran parte de los materiales y se ha ahorrado energía en distintos aspectos de la película. Estamos ante una bonita historia que a algunos puede llegar más que a otros, en un entorno divertido, de comedia, pero con cierta amargura, no todo es oro lo que reluce. El que más aporta al lado cómico del film es el personaje de Burt, un perfecto “payaso” que se toma la vida como le viene, va capeando el temporal según arrecia.

El secreto de la pareja es que al intentar reafirmarse en que no son unos fracasados, acaban dándose cuenta que son más normales de lo que ellos piensan, y que no andan tan perdidos como ellos pensaban. No obstante necesitan del viaje que vana a realizar para darse cuenta, del egoísmo, del poco afecto que la gente dedica al prójimo, del despego de algunas familias, incluso de las desgracias más desgarradoras, todo ello impregnado de un humo constante que a veces se torna de cierta negrura. Pero insisto ya por última vez, son temas que se tocan de refilón de una manera muy grácil, para acabar regalando un buen rato al espectador y no una preocupación, para eso esta última ya está la vida real.

TRONCHA

viernes, 13 de noviembre de 2009

"Viridiana" de Luis Buñuel

You can read this text translated into english at: Viridiana

Ponerse delante de un trabajo de Buñuel es adentrarse en el singular mundo del surrealismo, nadie como él ha sabido llevar a la pantalla esta tendencia artística, está claro que cualquier estómago no admite todo tipo de viandas y a algunos les puede parecer inexplicable. Como consejo pienso que lo mejor en estos aspectos es dejarse llevar, algo similar a lo que un servidor hace con el cine de Lynch, probablemente el que en la actualidad más cerca este de la tendencia descrita.

Cualquier sitio es bueno para adentrarse en el terreno de las ideas surrealistas, un entorno rural en el que hay un profundo protagonismo religioso le sirve al realizador para expresarse a sus anchas, por este motivo la película tiene una doble posibilidad. Su historia tomada de forma independiente puede gustar por si misma y por otro lado si se desea ahondar más en ella y en los comportamientos de los personajes es cuando encontraremos la otra, la que esta sumergida en el mundo surrealista.

Los sujetos de su película son personajes muy oscos, oscuros, incluso a veces parece que rozan el tenebrismo, el máximo exponente es la propia Viridiana (Silvia Pinal) a punto de ordenarse como monja de clausura, se supone que con una fe inquebrantable la cual empieza a resquebrajarse en el momento que entra en contacto con el mundo exterior. Nada más hay que ver el equipaje que lleva metido en su maleta, no hay elementos más simbólicos del sufrimiento que los que acompañan a la novicia.

La primera parte de las dos que tiene el film, viene por supuesto definida en gran medida por el personaje de don Jaime (Fernando Rey), es otro de los personajes lúgubres que marcan estos primeros metros de la producción, inmerso en su mundo. Casi sin contacto con el exterior, su vida solo se ve turbada por la visita de su sobrina Viridiana la que al final de forma más o menos directa se convierte en la protagonista de la tragedia personal de su propio tío.

El frescor, la luz, el aire aparece con el personaje del hijo que don Jaime siempre ha tenido en segundo plano, Jorge (Francisco Rabal), una persona alegre, que rehuye de las antiguas costumbres, que reniega de formalismos y que acaba resumiendo casi todos sus pensamientos en un frase, "no es necesario estar casado para estar con una mujer". A veces la censura de este bendito país se pasaba y otras veces no llegaba, el caso es que no se como este trabajo se libró tan bien de sus absurdas y caprichosas garras. Incluso los personajes de su alrededor evolucionan con la aparición de este un ejemplo claro es el de la sirvienta Ramona (Margarita Lozano)

Todo parece alegría, incluso la desgracia de los pobres que acaban ocupando una de las zonas de la mansión parece tornarse en esperanza, de todo el conjunto la verdad es que son los que más grado de surrealismo acaparan. Sino fijense en la escena en la que representan la última cena de Jesucristo, este elenco parece que le sirve de pretexto a Buñuel para desvelar su desconfianza en el ser humano, es como si no hubiera expectativas y la bondad fuera destruida por el egoísmo y la falta de respeto.

Aparte de todo lo comentado con anterioridad a mi se me hace que el film tiene una gran carga erótica, al principio representado por Viridiana, convirtiéndola en el oscuro objeto del deseo de su tío, algo que tampoco podrá acabar evitando el hijo según avanza el largometraje. Incluso ella misma acaba dándose cuenta que no solo es capaz de vivir de los rezos y aislada del mundo carnal, a este respecto destaco la fantástica escena final en la que más que una partida de cartas lo que parece componer Buñuel de forma solapada es un menasatrua (trio) en toda regla.

TRONCHA

miércoles, 11 de noviembre de 2009

"La gran ilusión" de Jean Renoir

You can read this text translated into english at: La grande illusion

Está totalmente clara mi inclinación por el cine bélico, sobre todo el de las grandes guerras, de verdad que me considero una persona pacífica que huye de la violencia y muchas veces me he preguntado a mi mismo, porque cada vez que tengo la oportunidad de ver una película de "guerra" me pongo con ella. El caso es que este ejemplo más bien se puede decir todo lo contrario ya que está en el lado del antibelicismo, pero aun así su formato de rasgos y características militares para mi la hacen atractiva.

La verdad es que definirla con ese calificativo se queda corto "La gran ilusión" es una obra maestra sin lugar a dudas y cuando una película alcanza dicha categoría es porque en varias de sus facetas se ha hecho un trabajo excepcional. Este caso no podría ser menos en ese aspecto, el tratamiento de la cámara por ejemplo es increíble, los planos parecen infinitos, está donde debe de estar y es el vehículo perfecto para transmitirnos lo que el realizador realmente pretende.

Las interpretaciones de los protagonistas son sublimes, el siempre fantástico y de particular físico Capitán von Rauffenstein (Erich von Stroheim), la del Capitán Boeldieu (Pierre Fresnay) y la del Teniente Marechal (Jean Gabin). Los tres forman un fantástico triángulo de interpretación, en una película sobre la primera guerra mundial en la que hasta el mismísimo final no se escucha un solo disparo y que supone uno de los mejores ejemplos antibélicos de la historia del cine.

La forma de reflejar este rechazo a la beligerancia está representada por los protagonistas, viene determinada por la diferencia entre las clases que aparecen en ella, esta dicotomía social le sirve a Renoir para reflejar la decadencia de la aristocracia. Claro ejemplo de ello son los diálogos que se producen entre los capitanes de ambos bandos, parecen no existir diferencias, pertenecen a una clase social ambos, que se define por su decadencia, da igual al país que pertenezcan, los que realmente acabaran siendo los protagonista en el nuevo orden social que quedará después del gran conflicto.

Una gran obra de cine que por supuesto nadie debería perderse, un ejemplo de como se pueden hacer las cosas en este mundo del séptimo arte, incluso puede servirnos de contraste entre la películas cuya temática versa sobre la la segunda guerra mundial. Donde ya se puede observar que las relaciones en los campos de prisioneros ya son distintas, se ha perdido ese respeto por el ser humano, sin ser ninguna de las dos buena, si me permiten la acepción, me atrevería a decir que la primera conflagración mundial daba la sensación de ser más humana que la otra.


TRONCHA

lunes, 9 de noviembre de 2009

"Syriana" de Stephen Gaghan

You can read this text translated into english at: Syriana

A veces no han tenido la sensación de que quedaban vacíos cuando salían de un determinado restaurante, como si el tiempo que habíamos dedicado a comer no nos hubiera aprovechado en absoluto todo lo que hemos ingerido, contándoles este símil sobra decir lo que sentí después de terminar de ver este trabajo. Algo que se las prometía pero que queda en nada de nada, si tuviera que definir la película de una forma pictórica, esta seria la de una gran planicie.

Siempre me ha gustado el cine denuncia, sobre todo si hace referencia al mundo en el que vivimos, porque si lo pensamos fríamente todo se hace mucho más tangible, pero cuando hablo de denuncia me refiero sobre todo a seriedad no que a uno le tomen por tonto, está claro que ponerse de uno y otro lado en una película es dotarla de gran subjetividad. Pero lo que no es aceptable es que pretendan hacer tambalear los cimientos del mercado petrolero, para que llegue la conclusión del film y todo el mundo se vaya de rositas.

Por esto nos e porque muchos realizadores se empeñan en denunciarnos situaciones totalmente "increíbles" que ocurren en nuestro propio mundo, para que ilusionamos al espectador con tirar abajo o revelar toda una teoría de la conspiración y al final quedarnos en nada. Por este motivo declaro que esta película a parte de plana narrativamente hablando es tramposa, porque durante todo el tiempo que estamos viéndola estamos esperando a que arranque a que de un acelerón en algún momento y no transite todo el rato al trantran como hace.

De las interpretaciones poco que decir, no le encuentro explicación ninguna a la estatuilla recibida por Clooney, que pasa que para algunos ya tocaba ¿no?, donde ven la interpretación de este señor los que eligieron darle el premio, esta claro que no es mi actor predilecto. Pero tiene cosas salvables, aunque también en honor a la verdad he de decir que cada vez menos porque ultimamente sus intervenciones en distintas producciones dicen muy poco a favor de él.

No destaco nada, no me creo nada de todo lo que he visto, y por si esto fuera poco la película da la sensación de que ha tenido un presupuesto bastante alto, el caso es que cada uno derrocha su dinero como le da la gana, pero lo que si les puedo asegurar que este trabajo va a ser uno más del montón. De esos que recuperan el dinero en taquilla, pero porque en nuestra actual sociedad prima más la imagen o sea los actores (George Clooney y Matt Damon) que una historia sólida e interesante.


TRONCHA

viernes, 6 de noviembre de 2009

"¡Madre mía!" de John Ford

You can read this text translated into english at: Mother Mchree

Lo primero que hay que observar es que la copia que llegó a mis manos para poder ser visionada no contemplaba los 75 minutos que la original parece ser que tuvo en el momento de su nacimiento, pero aun así y siendo un trabajo incompleto, se pueden analizar bastantes cosas, de las cuales intentaré dar cumplida cuenta a continuación.

Para empezar basta decir que entre este y el corto que analizamos a este trabajo anterior ("By indian post" (1929)) median unos cuantos años y esto hace que los trabajos de "Jack" Ford hayan ganado en solidez, la narración es mucho mejor que en ejemplos anteriores. Ya es más cineasta si me permiten la expresión, una vez más en su filmografía recurre a la temática irlandesa, no olvida sus orígenes y siempre que lo hace o al menos en los ejemplos que yo he visto acaba reflejando ese odio hacia los malditos que ocupan las tierras del trébol y no dejan que la idiosincrasia de su pueblo fluya con libertad.

Como indicaba anteriormente uno de esos actores fetiche es Victor McLaglen al que Ford recurre en algunos de sus trabajos y sobre todo me viene a la mente el de "El Delator" (1935) un gran trabajo del gigantón actor que también había intervenido con mucho acierto en otra obra maestra como era "El trío fantástico" (1925) una de las obras maestras de Tod Browning. Esto da la sensación que utilizar al mencionado actor era algo que durante aquellas décadas estaba de moda y por supuesto daba empaque a la producción.

La historia del film está basada en una novela de Rida Johnson Young, una trágica historia de esas tan dramáticas que al principio gustaba llevar a la gran pantalla. De esas en las que la desgracia de repente sobrevenía sobre los personajes y ellos con un afán de superación encomiable se la acababan sacudiendo para encontrar la felicidad al final de una tortuosa andadura a través de la vida.

América sigue siendo el país de las esperanzas de muchos y prueba de ello es que nuestra protagonista Ellen (Belle Bennett) pretende emigrar con su hijo allí tras quedarse viuda, en el camino hasta la ciudad para embarcar hacia la libertar y la esperanza se encuentran con un grupo de artistas circenses. Embaucadores pero gente de buena fe que sirven de unión entre lo que representa el mundo real en el que viven y el de ilusión al que pretenden escapar.

La historia pega un salto (alguna de las cintas que nos falta) y vemos al pequeño Brian (Philippe De Lacy) convertido ya en todo un hombre (Neil Hamilton) visitando la mansión de su prometida donde la madre está de sirvienta. Se sitúa al piano e interpreta una partitura que se titula Madre mía y que supuestamente está dedicada a esa madre que da por perdida, lo visto termina justo aquí. Aunque lo destacable es que Ford aprovecha la interpretación de la canción, para cambiar la sonorización del film, deja de lado el clásico piano y nos introduce la voz del interprete. Además el corte coincide con el final de una de las bobinas ya que un ionstante antes vemos aparecer en el margen superior derecho el famoso "cigarrette burns" del final del rollo.
TRONCHA