"La bella y la bestia" de Jean Cocteau
You can read this text translated into english at: La belle et la bêtte
Fantástica fantasía visual, estas son las palabras que mejor definan la producción, incluso con la redundancia que las mismas conllevan. Cocteau consigue regalarnos una obra increíble no sin pedirnos algo a cambio, es como si de una compensación de servicios tratáramos. En los créditos de introducción del film, después de un discurso sobre la ingenuidad de los niños y de lo que es real o no en el propio mundo que ellos crean, el director francés acaba pidiéndonos un poco de esa ingenuidad que describe, dénsela, de verdad que no van a arrepentirse.
Podríamos empezar de variadas maneras a comentar las excelencias del film en general, cualquier apartado dentro del mismo parece que ha sido mimado para dar el mejor resultado. Recordar por otro lado que estamos en el año 1946, pero aun así la producción tiene algunos elementos que recuerdan al cine mudo. Los cortes entre escenas se producen en fundidos en negro, que se repiten en varias ocasiones a lo largo de la realización, al igual que la forma de moverse por los escenarios de los distintos actores también puede recordarnos a los comienzos del cine.
Es un ejemplo claro de plasticidad en cuanto a los movimientos de los personajes, hay ocasiones en las que da la sensación de que estamos ante un ballet. Tirando de todo lo que tiene a su alcance, lo que el director pretende por encima de todo es un espectáculo visual, algunas de las escenas que presenciamos parecen auténticos cuadros. Todo está orientado a conseguir el mayor efecto en la mirada del espectador y desde aquí les doy fe, que en todo momento lo consigue.
Otro aspecto a tratar sería el personaje en sí de la Bestia (Jean Marais) sobre todo el tema del maquillaje, es impresionante lo logrado que está, haciendo una vez más que la sensación de sobresalto, incluso miedo trascienda de la pantalla. Lo que más destaca del conjunto son los ojos del personaje, parece que se clavan en nosotros, a veces pidiendo que seamos compasivos como es Bella (Josette Day) y otras mostrando su máxima ferocidad y aspecto salvaje.
Los efectos especiales, son continuos en el film, son unos efectos de los más pensados y elaborados por las fechas en las que andamos. Se recurre una y otra vez a la marcha atrás en el montaje,incluso la cámara lenta, la iluminación muchas veces está encaminada a producir, cintas en el suelo que transportan a los personajes, simulando que levitan a través de las estancias del castillo. La dirección artística es sublime, al igual que la elección de vestuario, la decoración y los recursos utilizados en los interiores del castillo son increíblemente originales para dicha época, lo que supone una revolución para muchos.
La historia probablemente todos la conozcamos ya que bien por el cuento, o por Disney, haya llegado hasta nosotros. Pero de verdad que esto no debe suponerles un problema a la hora de verla porque seguro que acabarán agradecidos de haber gastado dicho tiempo admirando una joya del cine, un espectáculo visual como pocos y que muy probablemente ha influido en posteriores producciones y directores, que yo recuerde ahora mismo por ejemplo Tim Burton.
TRONCHA
Podríamos empezar de variadas maneras a comentar las excelencias del film en general, cualquier apartado dentro del mismo parece que ha sido mimado para dar el mejor resultado. Recordar por otro lado que estamos en el año 1946, pero aun así la producción tiene algunos elementos que recuerdan al cine mudo. Los cortes entre escenas se producen en fundidos en negro, que se repiten en varias ocasiones a lo largo de la realización, al igual que la forma de moverse por los escenarios de los distintos actores también puede recordarnos a los comienzos del cine.
Es un ejemplo claro de plasticidad en cuanto a los movimientos de los personajes, hay ocasiones en las que da la sensación de que estamos ante un ballet. Tirando de todo lo que tiene a su alcance, lo que el director pretende por encima de todo es un espectáculo visual, algunas de las escenas que presenciamos parecen auténticos cuadros. Todo está orientado a conseguir el mayor efecto en la mirada del espectador y desde aquí les doy fe, que en todo momento lo consigue.
Otro aspecto a tratar sería el personaje en sí de la Bestia (Jean Marais) sobre todo el tema del maquillaje, es impresionante lo logrado que está, haciendo una vez más que la sensación de sobresalto, incluso miedo trascienda de la pantalla. Lo que más destaca del conjunto son los ojos del personaje, parece que se clavan en nosotros, a veces pidiendo que seamos compasivos como es Bella (Josette Day) y otras mostrando su máxima ferocidad y aspecto salvaje.
Los efectos especiales, son continuos en el film, son unos efectos de los más pensados y elaborados por las fechas en las que andamos. Se recurre una y otra vez a la marcha atrás en el montaje,incluso la cámara lenta, la iluminación muchas veces está encaminada a producir, cintas en el suelo que transportan a los personajes, simulando que levitan a través de las estancias del castillo. La dirección artística es sublime, al igual que la elección de vestuario, la decoración y los recursos utilizados en los interiores del castillo son increíblemente originales para dicha época, lo que supone una revolución para muchos.
La historia probablemente todos la conozcamos ya que bien por el cuento, o por Disney, haya llegado hasta nosotros. Pero de verdad que esto no debe suponerles un problema a la hora de verla porque seguro que acabarán agradecidos de haber gastado dicho tiempo admirando una joya del cine, un espectáculo visual como pocos y que muy probablemente ha influido en posteriores producciones y directores, que yo recuerde ahora mismo por ejemplo Tim Burton.
TRONCHA
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