"El enviado (Godsend)" de Nick Hamm

No se puede decir que el señor Hamm contribuya de una manera muy especial a la historia del cine con esta película, sino más bien todo lo contrario, el caso es que no me aportó demasiado en el momento de visualizarla, ni siquiera la interpretación de Robert de Niro tiene cierta altura, siempre tendemos a esteriotipar de las películas, esta es de adolescentes, aquella de “chinitos” para referirnos, de forma muy desacertada, al cine oriental, pues a mi esta desde el minuto uno, se me asemejó a una de Antena 3 por las tardes a la hora de comer.

Esa clase de películas con las que nos torturan estas cadenas de televisión, y que nos invitan a la siesta, por supuesto forjadas en desgracias humanas y en hecho más bien verosímiles y basados en la realidad, con este bagaje la verdad es que poco positivo se puede decir a favor de ella.

Ni siquiera la línea argumental es la correcta, porque el director nos está metiendo en una trampa tras otra, para intentar generar un inexistente suspense que no consigue movernos ni un ápice del sillón, los sustos son en todo momento previsibles, ya que como comentaba con anterioridad no llega en ningún momento a rozar un clímax de tensión.

Por todo esto, la historia también resulta ser previsible, y para trabarnos el director nos sumerge en un mundo de sueños y visiones protagonizadas por el protagonista Adam (Cameron Bright) en las que el pobre niño, presa de la malvada genética del tio Richard (Robert de Niro) vive inmerso en la dualidad de personalidades, a través de dicho enredo el propio Hamm intenta mantenernos en vilo, por supuesto sin conseguirlo.

En fin hay veces que hay que ver cosas malas para saber apreciar lo grande que es este bello arte…

TRONCHA