"Le diable probablement" de Robert Bresson

No le encuentro mucha lógica a la manía del director francés en no utilizar actores profesionales en la mayor parte de sus películas, según sus propias palabras las sensaciones y sentimientos afloran sin el impedimento en sí de la propia interpretación del personaje. Pero por el contrario lo que me ocurre en algunas ocasiones es que estos no conocidos actores, al menos en mi caso, en numerosas ocasiones no me transmiten excesivas sensaciones.

Lo más destacado de su cine, es que los actores como comentaba antes da la sensación de que pasean por delante del encuadre, como si estuvieran ausentes, impávidos, es más a veces dicha sensación se contagia a la misma cámara, ya que parece quedarse anclada en un plano fijo (a veces totalmente intrascendente) y por delante de él es por donde de un momento a otro va a llegar la acción.

A todo esto se le denomina genialidad, ya que Bresson, supuestamente es un genio, no lo dudo señores, y siendo francés y defendido en su patria y por sus propios compatriotas aun menos, pero hay veces que los que pisamos el suelo, y vivimos por debajo de las nubes y las altas cotas, o no sabemos apreciarlo, y llanamente no nos lo parece tanto.

Por supuesto que hay cosas que albar en el cine del francés, pero quizás no se encuentre en este película en un punto tan álgido, ya que la acción se desarrolla como una sucesión de acciones que se me ha ocurrido denominarlo como la concatenación de escenas inconexas, nos limitamos a ver diapositivas de situaciones entre personas y ciertas vivencias, personas inexpresivas y que prácticamente no gesticulan, que tampoco desarrollan diálogos ni acertados ni profundos.

El film intenta mostrarnos la sensibilización de la juventud, ante los problemas inherentes a dicha edad, la sensibilización ecológica, la dicotomía entre las tradiciones y el progreso, el tema del sexo, las drogas, algo ya visto en otras ocasiones como es el amor, un amor extraño, en numerosas ocasiones inexplicable que no alcanzamos a entender, incluso a veces tampoco los protagonistas que lo viven, todos estos temas en confrontación con la religión y un futuro apocalíptico y caótico.

Nuestro protagonista Charles, no logra aguantar este “No Future” al que está destinada su vida, y le persigue la idea constante del suicidio, odia tanto la vida como la muerte, esto le vuelve impasible, e incluso sin fuerzas para acometer el cortar de raíz su propia vida.

Pienso que en temas de tanto calado o trascendencia, Bresson se queda corto a la hora de profundizar, sin llegar a sensibilizar a los que nos ponemos enfrente…

TRONCHA