"El crack" de José Luis Garci
Garci me parece un buen cineasta, una persona que entiende, muchísimo de cine, y que sabe de lo que habla cuando realmente lo hace, pero todo esto que comento dista mucho de decir que sea un gran director, siempre ha estado en busca del “dragón”, me explico, tanto ama el cine, que su sueño más perseguido es el de hacer una gran película americana, y quizás este obsesivo empeño, le ha llevado a hacer cosas normales, pero sin grandes alabanzas.
Precisamente en la película de Alfredo Landa (Germán Arteta), en donde más lo ha conseguido, mostrándonos al actor en un personaje de empaque y cierta envergadura y no tan vanal, como los realizados en otras muchas de sus inmencionables películas, el director ha conseguido una película de cine negro, pero de cine negro a la española, ha logrado un resultado muy convincente y creible, con tintes hispanos.
El largometraje nos supone un recorrido por los rincones más “underground” de Madrid en determinada época, donde se realizaban los negocios, ese ambiente “noir”, de estética similar al Chicago de los años 50, pero representado en el ya desaparecido Frontón Madrid, lugar de veladas boxísticas, que no podían faltar a sabiendas de las inclinaciones deportivas del productor del film (boxeo y fútbol), este nos propone una excursión por el Madrid de la Gran Vía, por los bajos fondos, con sus partidas, por supuesto de mus, no de póker, que eso aquí no se estila, como diría un castizo de la época. Aprovechándose de su amor por el séptimo arte e introduciéndonos los distintos cines que en la ciudad había, si mi recuento no falla, aparecen salas como el Ideal, el Rex, el Aragón, El Rialto, el Palacio de la Prensa, el Imperial, el Callao y el Capitol.
En definitiva nos encontramos ante un entorno de corte muy castizo y de personajes que lo son más aun, pero con cierta luminosidad de Brooklyn y Nueva York, destacando, de entre todos un universo de secundarios con interpretaciones, muy aseadas y de gran interés, siendo los ejemplos más claros el de Manuel Rellán (Cardenas el ratero) y Francisco Vidal (el barbero del frontón), por supuesto por encima de todos ellos y como pilar básico está la interpretación del propio Landa.
Precisamente en la película de Alfredo Landa (Germán Arteta), en donde más lo ha conseguido, mostrándonos al actor en un personaje de empaque y cierta envergadura y no tan vanal, como los realizados en otras muchas de sus inmencionables películas, el director ha conseguido una película de cine negro, pero de cine negro a la española, ha logrado un resultado muy convincente y creible, con tintes hispanos.
El largometraje nos supone un recorrido por los rincones más “underground” de Madrid en determinada época, donde se realizaban los negocios, ese ambiente “noir”, de estética similar al Chicago de los años 50, pero representado en el ya desaparecido Frontón Madrid, lugar de veladas boxísticas, que no podían faltar a sabiendas de las inclinaciones deportivas del productor del film (boxeo y fútbol), este nos propone una excursión por el Madrid de la Gran Vía, por los bajos fondos, con sus partidas, por supuesto de mus, no de póker, que eso aquí no se estila, como diría un castizo de la época. Aprovechándose de su amor por el séptimo arte e introduciéndonos los distintos cines que en la ciudad había, si mi recuento no falla, aparecen salas como el Ideal, el Rex, el Aragón, El Rialto, el Palacio de la Prensa, el Imperial, el Callao y el Capitol.
En definitiva nos encontramos ante un entorno de corte muy castizo y de personajes que lo son más aun, pero con cierta luminosidad de Brooklyn y Nueva York, destacando, de entre todos un universo de secundarios con interpretaciones, muy aseadas y de gran interés, siendo los ejemplos más claros el de Manuel Rellán (Cardenas el ratero) y Francisco Vidal (el barbero del frontón), por supuesto por encima de todos ellos y como pilar básico está la interpretación del propio Landa.
German Arteta es un detective privado, que tan solo tiene una ilusión en la vida y esa es Maria, hija de una antigua enfermera, y que hace que afloren en él los mejores sentimientos, llegándole a mostrar como humano, frente a la imagen seria y de carácter impenetrable que hemos visto al principio del film, destruida dicha ilusión, el detective comienza un camino sin retorno, que por casualidades de la vida, le lleva a visitar nueva Cork, esa ciudad de la que tanto sabe por todas las historias que le ha contado el barbero, entremezcladas con las narraciones de los combates del Madison Square Garden, en general la cinta está llena de cantidad de estos hábiles diálogos, se nota que se ha trabajado en ellos de forma especial.
Que pena que actores de la talla de Landa no nos hayan regalado más trabajos de este corte…
Que pena que actores de la talla de Landa no nos hayan regalado más trabajos de este corte…
TRONCHA
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