"Autopsia de un criminal" de Ricardo Blasco
You can read this text translated into english at: Autopsia de un criminal
Una de mis manías como ya se habrán dado cuenta algunos de los que por aquí pasan es arremeter contra los títulos y la verdad es que en este caso voy a hacerlo una vez más, en este caso poca escusa hay para haberle puesto uno menos clarificador y por supuesto apropiado. El que lo eligió se quedó agusto, en mi opinión al analizarlo pienso que la palabra autopsia debía darle cierto morbo y criminal más aun, lo que pasa es que en las películas de esta época, criminales pocos y autopsias menos aun.
Es verdad los "malos" que nos muestran las películas españolas de esta época, casi siempre son personajes más bien caraduras y vividores, incapaces de dar la sensación de miedo, de se un elemento terrible, que traiga de cabeza a las fuerzas de seguridad, todo hay que decirlo. Son sujetos de comedida inteligencia, que libran la situación como pueden más bien guiados por el instinto que por su propio intelecto, Carlos (Francisco Rabal), es algo así, un vividor y jugador empedernido que aun mostrando ciertos signos de dignidad no está muy deseoso de abandonar la vida que siempre ha tenido.
Uno de los rasgos que si que podríamos decir que caracteriza a la mayoría es que son unos fenómenos con las féminas, todas ellas beben los vientos por sus apolíneos machos y son capaces de sacrificar el oro y el moro, dar al traste con sus vidas y desviarse del buen sendero. Por supuesto siendo marcadas de por vida por la sociedad dictada por lo masculino que les ha tocado vivir, donde ellas mismas eran mucho más machistas que los los propios hombres.
El caso es que este trabajo de Ricardo Blasco tiene ciertos aspectos que le podrían hacer distinto de la mayoría, sin ir más lejos toda la acción se desarrolla dentro de un piso, algo al menos original, y tiene ciertos aspectos que recuerdan al posterior género del "giallo" italiano. La mano enguantada que no nos desvela al asesino, el que de repente objetos cotidianos se pongan a funcionar sin motivo aparente, la deshinibición de la policía a la hora de resolver el caso, los que van a desvelar los hechos son los propios protagonistas.
La cuestión es que aun teniendo algún aspecto destacable, nos damos cuenta que esta realización tiene más bien poco de cine negro, más bien sería de policíaco pero sin policías, aunque su desarrollo sea nocturno e incluso se intente meter el mundo de las salas de fiesta o cabarets en una de las escenas. Por cierto con música estridente donde la haya, igual que en el resto del film, poco afortunados estuvieron cuando eligieron la misma,.
Por tanto durante el desarrollo de la historia nos enteramos de muy pocas cosas y lo poco que aprendemos la verdad es que no nos interesa mucho, las situaciones que se van dando son prácticamente iguales, muy similares todas ellas, para que al final, todos salgan impunes y la situación se resuelva en un giro final que podría ser más o menos esperado pero que impacta y para ser justos no deja en muy buen lugar a las aclamadas fuerzas del orden que bailan al son que les tocan.
Es verdad los "malos" que nos muestran las películas españolas de esta época, casi siempre son personajes más bien caraduras y vividores, incapaces de dar la sensación de miedo, de se un elemento terrible, que traiga de cabeza a las fuerzas de seguridad, todo hay que decirlo. Son sujetos de comedida inteligencia, que libran la situación como pueden más bien guiados por el instinto que por su propio intelecto, Carlos (Francisco Rabal), es algo así, un vividor y jugador empedernido que aun mostrando ciertos signos de dignidad no está muy deseoso de abandonar la vida que siempre ha tenido.
Uno de los rasgos que si que podríamos decir que caracteriza a la mayoría es que son unos fenómenos con las féminas, todas ellas beben los vientos por sus apolíneos machos y son capaces de sacrificar el oro y el moro, dar al traste con sus vidas y desviarse del buen sendero. Por supuesto siendo marcadas de por vida por la sociedad dictada por lo masculino que les ha tocado vivir, donde ellas mismas eran mucho más machistas que los los propios hombres.
El caso es que este trabajo de Ricardo Blasco tiene ciertos aspectos que le podrían hacer distinto de la mayoría, sin ir más lejos toda la acción se desarrolla dentro de un piso, algo al menos original, y tiene ciertos aspectos que recuerdan al posterior género del "giallo" italiano. La mano enguantada que no nos desvela al asesino, el que de repente objetos cotidianos se pongan a funcionar sin motivo aparente, la deshinibición de la policía a la hora de resolver el caso, los que van a desvelar los hechos son los propios protagonistas.
La cuestión es que aun teniendo algún aspecto destacable, nos damos cuenta que esta realización tiene más bien poco de cine negro, más bien sería de policíaco pero sin policías, aunque su desarrollo sea nocturno e incluso se intente meter el mundo de las salas de fiesta o cabarets en una de las escenas. Por cierto con música estridente donde la haya, igual que en el resto del film, poco afortunados estuvieron cuando eligieron la misma,.
Por tanto durante el desarrollo de la historia nos enteramos de muy pocas cosas y lo poco que aprendemos la verdad es que no nos interesa mucho, las situaciones que se van dando son prácticamente iguales, muy similares todas ellas, para que al final, todos salgan impunes y la situación se resuelva en un giro final que podría ser más o menos esperado pero que impacta y para ser justos no deja en muy buen lugar a las aclamadas fuerzas del orden que bailan al son que les tocan.
TRONCHA
2 comentarios:
Me gusta tu blog. Gracias.
Antes he publicado un comentario sobre "El desierto de los Tártaros".
Me alegro que te guste nuestro blog, un comentario muy acertado efectivamente.
Muchas gracias.
Saludos...
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