"The hole" de Tsai Ming Liang
You can read this text translated into english at: The hole
Adentrarse en el cine del director malayo es meterse en un mundo de realismo, un mundo de actualidad, del presente, del tiempo y la sociedad que le toca vivir, parece moverse como pez en el agua con historias que se desarrollan en la vida cotidiana. Pero que aunque parezca una redundancia están repletas de cotidaneidad, esto hace que cualquier estómago no esté preparado para digerir sus trabajos, si nos quedamos en lo superficial, puede llegar a aburrirnos con su supuesta monotonía.
Como apuntaba en el párrafo anterior las historias de Tsai Ming Liang, nos podrían ocurrir a cualquiera de nosotros, de hecho sería más correcto afirmar que en realidad nos ocurren a diario, no me digan que nunca han tenido problemas con una cañería y el vecino de abajo o de arriba, como ocurre en este film. Lo que hace que este hecho normal sea especial es el prisma con el que nos lo hace ver el director, un enfoque distinto, cargado de sentimentalismo, romanticismo y sobre todo ello fantasía.
La fantasía es la principal característica de los cuentos, por ello desde el primer momento siempre he tenido la sensación que lo que nos narra en sus films son cuentos modernos, de amor, de amistad, de relaciones, de comunicación entre personas, enclavados en piso, apartamentos medio vacíos con lo justo que parecen ser un reflejo de las almas que los habitan. Llenos de personas que acaban dándose cuenta que no pueden vivir tan aislados como a veces se empeñan y que tardan en darse cuenta que necesitan de sus semejantes.
El cine de Ming Liang no necesita de diálogos para ser entendido, la cámara es suficiente para transmitir todo lo que es necesario, precisamente las pocas palabras que esbozan sus personajes tan solo sirven para romper esa especie de silencio sonoro, que no cinematográfico, que se produce escena tras escena y que el espectador piense que sus personajes y su historia sigue ahí. Su función es mas bien de aviso de que siguen ahí que te mantengas pendiente de lo siguiente que va a ocurrir.
Destaco también cierta carga de humor que siempre destilan algunas de las escenas y para apoyar mi teoría anterior de la ruptura de la historia, no se pierdan los "numeritos" musicales de la protagonista, no tienen desperdicio, quizás en un principio puedan sorprender pero después resultan graciosos, e incluso se agradecen.
Como indicaba antes no todo el mundo verá en las películas de este realizador lo que he indicado, estoy seguro de ello, personalmente cuando hago balance de ellas me doy cuenta que en realidad he visto a dos personas que viven en una ciudad y que tienen un problema doméstico. Pero al final del todo me acabo comentando a mi mismo en mi interior que lo he visto me ha gustado que tenía mucho más que lo que la superficie me mostraba.
Como apuntaba en el párrafo anterior las historias de Tsai Ming Liang, nos podrían ocurrir a cualquiera de nosotros, de hecho sería más correcto afirmar que en realidad nos ocurren a diario, no me digan que nunca han tenido problemas con una cañería y el vecino de abajo o de arriba, como ocurre en este film. Lo que hace que este hecho normal sea especial es el prisma con el que nos lo hace ver el director, un enfoque distinto, cargado de sentimentalismo, romanticismo y sobre todo ello fantasía.
La fantasía es la principal característica de los cuentos, por ello desde el primer momento siempre he tenido la sensación que lo que nos narra en sus films son cuentos modernos, de amor, de amistad, de relaciones, de comunicación entre personas, enclavados en piso, apartamentos medio vacíos con lo justo que parecen ser un reflejo de las almas que los habitan. Llenos de personas que acaban dándose cuenta que no pueden vivir tan aislados como a veces se empeñan y que tardan en darse cuenta que necesitan de sus semejantes.
El cine de Ming Liang no necesita de diálogos para ser entendido, la cámara es suficiente para transmitir todo lo que es necesario, precisamente las pocas palabras que esbozan sus personajes tan solo sirven para romper esa especie de silencio sonoro, que no cinematográfico, que se produce escena tras escena y que el espectador piense que sus personajes y su historia sigue ahí. Su función es mas bien de aviso de que siguen ahí que te mantengas pendiente de lo siguiente que va a ocurrir.
Destaco también cierta carga de humor que siempre destilan algunas de las escenas y para apoyar mi teoría anterior de la ruptura de la historia, no se pierdan los "numeritos" musicales de la protagonista, no tienen desperdicio, quizás en un principio puedan sorprender pero después resultan graciosos, e incluso se agradecen.
Como indicaba antes no todo el mundo verá en las películas de este realizador lo que he indicado, estoy seguro de ello, personalmente cuando hago balance de ellas me doy cuenta que en realidad he visto a dos personas que viven en una ciudad y que tienen un problema doméstico. Pero al final del todo me acabo comentando a mi mismo en mi interior que lo he visto me ha gustado que tenía mucho más que lo que la superficie me mostraba.
TRONCHA
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