"A tiro limpio" de Francisco Pérez-Dolz
Que bueno encontrarse con ejemplos como este de nuestra filmografía, sinceramente son de lo más gratificante, reconozco que casi siempre he denostado al cine español en general y mucho más al actual al que me ha tocado vivir pero, tengo que decir en honor a la verdad que estaba equivocado, considerado que a mi como a muchos otros nos ocurre que no conocemos mucho del bagaje de nuestra extensa cinematografía, y eso que ya lo decía mi la pobre de mi madre “no digas que algo no te gusta si aun no lo has probado”.
Sin más demora debo decir que me ha entusiasmado el trabajo de Pérez-Dolz, se me hace de una profesionalidad impresionante y con una elaboración impecable, la utilización de la cámara me parece genial, y las localizaciones aparte de resultar de lo más original son de lo más efectivo para conseguir un clima adecuado para el desarrollo de la historia, la Barcelona que nos muestra la película no tiene nada que envidiar en muchos momentos al Paris o Manhattan que nos muestra Melville en algunos de sus trabajos y lo digo a riesgo de que alguien me diga que soy un exagerado o un loco.
El comienzo del film me parece muy bueno, como nos va planteando la personalidad de los sujetos agresores, de los ladrones en si, como de alguna manera intentan justificar su vida delictiva, atracando a varios personajes que vienen a representar distintos estamentos de la sociedad, a los cuales Martin (Luis Peña) desprecia aunque no nos queda muy claro porque, ya que Antoine (Joaquín Navales) su compañero nos arroja poca luz al asunto, quizás aquí es donde la película se debilita, en el intento de denuncia social que parece entreverse, aunque como siempre indico en estos casos acuérdense de los años en los que se rodó (1963) donde estaba inmerso nuestro país.
En el otro lado están Roman (José Suárez) y el “Picas” (Carlos Otero), que aunque se acaban integrando en la banda para dar el gran golpe, son de unos ideales y principios distintos a los dos anteriores de mayor integridad y provistos de escrúpulos, basados en una amistad verdadera forjada entre dos hombres, como se diría en aquella época, cabales.
Resultan muy curiosos algunos aspectos del mismo, entre ellos la importancia de conseguir metralletas para el gran robo, es como si dieran una sensación de poder y seguridad mayor a sus dueños, se convierten en algo imprescindible aunque resulten más difíciles de disimular y esconder, a colación de esto destacar que la escena del asalto a la sucursal bancaria me parece correctísima, parece incluso cronometrada y el efecto final es sobresaliente.
Otros aspectos destacables son como describe la sociedad de ese momento, la fractura que hay entre los que tienen y los que no, y un detalle que no se pueden perder y que formó parte de la vida de aquellos años, era que las pensiones siempre estaban repletas de señores con sus queridas, justo a la hora del fútbol que les servía de coartada ante sus esposas, este esbozo de denuncia de sociedad hipócrita me parece muy bueno. Al igual que el introducir ciertos diálogos en catalán, aunque amparados en personajes del mundo rural, algo que supongo le acarrearía al director algún problema con la censura.
Sin más demora debo decir que me ha entusiasmado el trabajo de Pérez-Dolz, se me hace de una profesionalidad impresionante y con una elaboración impecable, la utilización de la cámara me parece genial, y las localizaciones aparte de resultar de lo más original son de lo más efectivo para conseguir un clima adecuado para el desarrollo de la historia, la Barcelona que nos muestra la película no tiene nada que envidiar en muchos momentos al Paris o Manhattan que nos muestra Melville en algunos de sus trabajos y lo digo a riesgo de que alguien me diga que soy un exagerado o un loco.
El comienzo del film me parece muy bueno, como nos va planteando la personalidad de los sujetos agresores, de los ladrones en si, como de alguna manera intentan justificar su vida delictiva, atracando a varios personajes que vienen a representar distintos estamentos de la sociedad, a los cuales Martin (Luis Peña) desprecia aunque no nos queda muy claro porque, ya que Antoine (Joaquín Navales) su compañero nos arroja poca luz al asunto, quizás aquí es donde la película se debilita, en el intento de denuncia social que parece entreverse, aunque como siempre indico en estos casos acuérdense de los años en los que se rodó (1963) donde estaba inmerso nuestro país.
En el otro lado están Roman (José Suárez) y el “Picas” (Carlos Otero), que aunque se acaban integrando en la banda para dar el gran golpe, son de unos ideales y principios distintos a los dos anteriores de mayor integridad y provistos de escrúpulos, basados en una amistad verdadera forjada entre dos hombres, como se diría en aquella época, cabales.
Resultan muy curiosos algunos aspectos del mismo, entre ellos la importancia de conseguir metralletas para el gran robo, es como si dieran una sensación de poder y seguridad mayor a sus dueños, se convierten en algo imprescindible aunque resulten más difíciles de disimular y esconder, a colación de esto destacar que la escena del asalto a la sucursal bancaria me parece correctísima, parece incluso cronometrada y el efecto final es sobresaliente.
Otros aspectos destacables son como describe la sociedad de ese momento, la fractura que hay entre los que tienen y los que no, y un detalle que no se pueden perder y que formó parte de la vida de aquellos años, era que las pensiones siempre estaban repletas de señores con sus queridas, justo a la hora del fútbol que les servía de coartada ante sus esposas, este esbozo de denuncia de sociedad hipócrita me parece muy bueno. Al igual que el introducir ciertos diálogos en catalán, aunque amparados en personajes del mundo rural, algo que supongo le acarrearía al director algún problema con la censura.
TRONCHA
4 comentarios:
Que gran cine español policiaco aquel y no el de ahora por mucha técnica y muchos millones que halla por medio, películas de Julio Coll o Luis Lucia por ejemplo, deberian de pasarla por la televisión, porque no es justo que directores como estos o actores como José Suarez, Conrado San Martin, y José Nieto por poner solamente tres, esten en el olvido de la mayoria del público español. Yo pienso que Cine de barrio debería sacar a la luz peliculas de esa época, y no las paponás que siempre emite. Un gran trabajo amigo mio. Saludos. Pablo.
Como bien dices Pablo, Cine de Barrio podría ser un pedazo de programa increible... si algunos quisieran claro...
Saludos...
Qué curioso este film que reseñas del cual no tenía noticia. Me dieron ganas de buscarlo. Saludos!
Hola budokan, si quieres verla date una vuelta por cine español de digital plus, pues la están emitiendo este mes, espero te de tiempo. Saludos. Pablo.
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