"Private eyes" de Michael Hui
En cuanto que me puse enfrente de la película me di cuenta que estaba ante una de las que había visto en mi infancia, ya lo comenté en alguna ocasión anterior que era ese cine de verano en periodo de vacaciones cuando nos encontrábamos los amigos de todos los períodos estivales y que no nos habíamos visto ni tenido contacto durante el resto del año, no existían los móviles, ni falta que hacía, todo se guardaba en la memoria y durante un mes se contaban las historias de unos y otros, sin aburrirnos nunca.
Incluso los que vivíamos en la capital podíamos ir de vez en cuando al cine, pero no había nada como ir al de la blanca sabana mecida al viento regentado por gitanos que iban de localidad en localidad, exhibiendo sobre todo películas de acción, la duda que me asaltó ayer cuando me di cuenta que el título no tiene traducción al español (o al menos la desconozco) ¿Con que título la irían pregonando por el megáfono al recorrer las calles del pueblo?
Que contar sobre esta producción, sinceramente poco la verdad, es una comedia de las que podríamos denominar de pareja, algo así como Bud Abott y Lou Costello o Stan Laurel y Oliver Hardy, en las que la trama realmente es lo de menos lo que importa sobre todas las cosas es conseguir ser gracioso en cada uno de los continuos gags que se suceden a lo largo del largometraje, lo que ocurre es que cuando éramos más jóvenes ese tipo de humor “patán”, de torpezas, resbalones y descalabros nos podía llenar más que ahora que lo vemos ciertamente infantil.
Como indicaba con anterioridad el film es una consecución de gags uno detrás de otro, las escenas de conexión que está entre uno y otro tiene cierto ritmo y sentido, pero tampoco es que sea algo relevante, realmente carece de importancia porque lo que importa es arrancar la sonrisa del espectador, a través de los golpes, caídas, etc y por supuesto el Kung Fu, omnipresente en casi todo el cine de aquella época de los 70.
Como curiosidad final y sirviendo de mera comparación, el Hong Kong que nos muestra esta realización es el que todavía está ocupado por los británicos, aun queda un trecho hasta llegar al que nos muestra Johnny To, en su cine de triadas, esas precisamente que surgieron de forma clandestina y para intentar burlar el dominio de los colonizadores hijos de la Gran Bretaña.
Incluso los que vivíamos en la capital podíamos ir de vez en cuando al cine, pero no había nada como ir al de la blanca sabana mecida al viento regentado por gitanos que iban de localidad en localidad, exhibiendo sobre todo películas de acción, la duda que me asaltó ayer cuando me di cuenta que el título no tiene traducción al español (o al menos la desconozco) ¿Con que título la irían pregonando por el megáfono al recorrer las calles del pueblo?
Que contar sobre esta producción, sinceramente poco la verdad, es una comedia de las que podríamos denominar de pareja, algo así como Bud Abott y Lou Costello o Stan Laurel y Oliver Hardy, en las que la trama realmente es lo de menos lo que importa sobre todas las cosas es conseguir ser gracioso en cada uno de los continuos gags que se suceden a lo largo del largometraje, lo que ocurre es que cuando éramos más jóvenes ese tipo de humor “patán”, de torpezas, resbalones y descalabros nos podía llenar más que ahora que lo vemos ciertamente infantil.
Como indicaba con anterioridad el film es una consecución de gags uno detrás de otro, las escenas de conexión que está entre uno y otro tiene cierto ritmo y sentido, pero tampoco es que sea algo relevante, realmente carece de importancia porque lo que importa es arrancar la sonrisa del espectador, a través de los golpes, caídas, etc y por supuesto el Kung Fu, omnipresente en casi todo el cine de aquella época de los 70.
Como curiosidad final y sirviendo de mera comparación, el Hong Kong que nos muestra esta realización es el que todavía está ocupado por los británicos, aun queda un trecho hasta llegar al que nos muestra Johnny To, en su cine de triadas, esas precisamente que surgieron de forma clandestina y para intentar burlar el dominio de los colonizadores hijos de la Gran Bretaña.
TRONCHA
2 comentarios:
En general ,el género de las comedias no es uno de los que más veo - en particular las orientales - pero al igual que tú, debo reconocer que en mi juventud, me pasé unos buenos ratos en el cine con más de alguna graciosa comedia asiática de artes marciales.
Con el tiempo nuestra disposición cambia, es cierto, y lo que ayer era entretenido , hoy nos resulta algo tonto e ingenuo, pero , que diablos!...al menos los buenos recuerdos prevalecen.
Saludos,
Troncha, te felicito por las películas que rescatas y por el nivel (grande) de los posteos. Saludos!
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