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miércoles, 7 de noviembre de 2007

"Dos hombres de Manhattan" de Jean Pierre Melville

Poco a poco vamos visionando la totalidad de la filmografía del gran Melville, no podemos decir que sea de las más extensas comparada con otros pero si se me antoja mucho más intensa e influyente, viene a demostrar de nuevo que lo importante es la calidad y no la cantidad, aun resaltando estos aspectos siempre he pensado y estoy seguro que en alguna ocasión más lo he dicho que el cineasta francés no ha sido considerado como debiera.

Lo más interesante de la carrera de un director es ir avanzando de lo más antiguo de su trabajo a lo más moderno, esto nos permite ver cual ha sido su evolución, ya sea positiva o negativa, pero esto a veces no es tan sencillo, por tanto desde aquí realizo un aviso para navegantes, ojo que no les pase como a mi y piensen que se van a encontrar al Melville polar, esto es una película americana con rasgos muy distintos a posteriores trabajos e incluso anteriores como Bob le flambeur (1956).

Segurísimo estoy que al propio Jean Pierre no le agradó el resultado final de su obra, pondría la mano en el fuego diciendo que no fue de su total agrado y que no quedó todo lo redondo que hubiera deseado, no así su actuación porque aquí también hace de actor, en un papel protagonista en concreto el periodista de France-Presse llamado Moreau, que termina siendo un trabajo bastante aseado, sin ser por supuesto grandilocuente, rasgo común en todos los personajes de la película donde las actuaciones resaltan lo justo.

La historia al principio del film se desarrolla con no mucha rapidez y pecamos de un gran deceso de información, de alguna manera no llegamos a conclusiones en cuanto al periplo de visitas que realizan los dos hombres de Manhattan, el citado Moreau y el fotógrafo Delmas (Pierre Grasset), por decirlo de algún modo la película casi llega a transformarse en una road-movie dentro de la ciudad, haciendo escalas en los lugares más concurridos de la vida nocturna, para mostrarnos su particular “animalario”.

Cuentan las malas lenguas que esta película le sirvió para remontar el vuelo después del desastre de sus estudios e intentar continuar con su carrera, por esto me da la sensación de que el papel protagonista lo hace él mismo, como si esto le supusiera un ahorro económico y de tiempo ya que al ser tan metódico, probablemente su nivel de entendimiento con él mismo fuera superior que con el de algún extraño.

Sin ánimo de que nadie que escribe sobre libros se ofenda, que no pretendo para nada que eso pase, la sensación es de una película arrebatada, que le faltan matices, hecha con trazo grueso, incluso la duración de la misma (84 minutos), me da la razón, los personajes son un poco superficiales y les falta profundidad, aun así me parece un meritorio trabajo y un anuncio de lo que vendrá a posteriori, eso si hay que reconocer que el fantástico Melville que circula por las rues parisinas es mucho mejor que el que lo hace por las streets norteamericanas.

TRONCHA

3 comentarios:

Cotu dijo...

vaya! cada vez veo más sitios que hablan de pelis antiguas, no suelo ver cine tan antiguo porque me aburre un poco, pero hace poco estuve en New York y realmente cualquiera que haya estado entenderá que es irresistible si puedes el ir a rodar alli una pelicula,

BUDOKAN dijo...

Hola, muy interesante el film a que pones el ojo. Melville me parece uno de los mejores directores de la historia. Siempre con sus puestas en escena tan ascéticas. Saludos!

Anónimo dijo...

Muy bueno tu blog, me gustaria tenerte de enlace en el mio, aunque por supuesto está a años luz de este, me gustaria que lo echaras un vistazo, si no es molestia, solamente me dedico a comentar películas de todos los tiempos. Saludos. Aqui estoy por si acaso. pablocine.blogia.com