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lunes, 4 de mayo de 2009

"Feliz Navidad, Mr Lawrence" de Nagisha Oshima

Lo que de forma más taxativa puedo decir es que los trabajos que he visto de Oshima van muy relacionados con las relaciones entre personas, llevadas a su extremo, si me siguen ustedes se darán cuenta que estoy hablando de dos de los ejemplos por los que este director japonés es más conocido "El imperio de los sentidos"(1976) y "El imperio de la pasión "(1978), ambos de una literalidad en cuanto a su contenido sexual que no a todos agrada, pero que una vez sumergido en ellos nos damos cuenta que es un mero vehículo para acabar mostrándonos lo que pretende.

Feliz Navidad, Mr Lawrence, viene a tener ese denominador común con las dos referencias citadas en el párrafo anterior, pero con sus diferencias, no hay escena de sexo, pero lo que al final nos acaba mostrando el cineasta nipón es lo mismo, la relación a la que se ven practicamente avocados los integrantes de un campo de concentración japonés y sus captores, un mundo totalmente cerrado y aislado del exterior, donde nadie actúa dentro como lo haría fuera.

La película nos muestra dos ejemplos claros de relación, la que protagoniza el Sargento Hara, interpretado por un fantástico Takeshi Kitano y el protagonista del título Mr Lawrence (Tom Conti), esta es una relación de amistad pura y dura entre hombres sin traspasar ninguna frontera de irracionalidad, ambos separados por sus formas de pensar, incomprensibles la de uno para el otro, siempre preocupados del punto de vista que tiene el contrario sobre diversos conceptos como la honorabilidad, la honestidad, lo que es la valentía, una relación duradera y sobre todo de respeto, aunque en ocasiones se cruce entre ellos la violencia, una violencia que en ocasiones se antoja necesaria o al menos normal.

Por otro lado la segunda de las relaciones la protagoniza el jefe del campo Yonoi (Ryuichi Sakamoto) y Celliers (David Bowie), al contrario que la anterior esta no tiene que ver en absoluto con la amistad, más bien con el deseo, con el irrefrenable sentimiento del amor que aflora tanto en hombres como en mujeres, pero que en algunas situaciones el propio individuo se niega a reconocer y esto le lleva a su propia autodestrucción e incluso a la de su enfrente, Oshima intenta mostrarnos lo difícil que es amar y no ser correspondido, quizás no haya nada peor que todo eso, ya que todo lo demás cuando aparece ese profundo sentimiento queda relegado a un segundo plano.

El largometraje merece bastante la pena aunque tan solo sea por ver un punto de vista distinto o uno de los muchos que se le han dado a la guerra mundial y que estoy seguro que se le seguirán dando en un futuro, es un tema muy versátil, pequeñas historias dentro de un pedazo de historia que conmocionó al mundo entero, el prisma con el que nos lo muestra Oshima es suyo propio, le imprime su sello y aunque sea tan solo por eso ponerse frente a ella ya es suficiente escusa.

Hay dos aspectos que me impactaron dentro del film, la extrema delgadez de sus personajes, algo que por supuesto contribuye en dar una mayor veracidad y credibilidad a lo que estamos viendo, supongo que esta sería una de las exigencias del realizador y la otra me hubiera gustado saber como fue aceptada esta película que no deja muy allá a las fuerzas que combatieron bajo la bandera del sol naciente y sobre todo os comentarios que hubo hacía el propio Oshima de sus especiales compatriotas.





TRONCHA


Os recomiendo que leais también la reseña de este mágnifico blog, sobre la misma película:

"Las dos navidades de Mr Lawrence" (La mirada de Albert Emmanuel Vogler)

1 comentario:

Oskartxu dijo...

Maravillosa película y su banda sonora que cada vez que la oigo se me ponen los pelos de punta. Buscando información sobre el libro en que se basa encontré tu blog y me gusta. Saludos!