"Los falsificadores" de Stefan Ruzowitzky
Casi siempre una de las cosas que más pienso a la hora de escribir es este párrafo inicial y sin embargo esta vez tenía dos opciones, al final me he decantado por la de dar estiba a la academia, si esta película es la que se merece el Oscar a la mejor, de nacionalidad extranjera, como deberían ser las otras y no se me asusten, no digo que sea mala, pero tampoco es buena, más bien es del montón, no destaca por nada fuera de lo normal y tampoco es que la historia que nos cuenta llegué a apasionarnos, esto probablemente es culpa de la dirección, porque el guión en un principio parece interesante.
Vuelvo a insistir que la película no la puedo considerar como mala, pero es que tampoco se la pueda dar mucho más que un aprobado y eso que la estoy perdonando fallos que desde mi punto de vista me parecen imperdonables, en algunas cosas soy muy maniático, lo reconozco, pero es que no entiendo como toda la película está rodada “cámara al hombro” si ni siquiera tenemos una sola escena de acción, donde quizás tenga cierta excusa esta horrible técnica, con lo cual prepárense a salir un poco mareados de la sala por los temblores del cámara aunque sea durante un simple diálogo.
La historia versa sobre un grupo de judíos que son seleccionados de todos los campos de concentración con el fin de producir moneda falsa a gran escala, para “reventar” las economías aliadas, primero producirán la libra esterlina y posteriormente el dólar, pero aquí llega el dilema, que es lo principal en esta situación, salvar la vida y obedecer a los alemanes, o intentar sabotear la producción de billetes a gran escala para no ser participes de la victoria nazi.
Cada uno tiene su propia lucha interna y toma partido por una u otra cosa, la verdad es que se encuentran en un callejón sin salida, donde parece que el final será siempre el mismo, una y otra vez observamos este planteamiento, hasta que un hecho, que entre comillas podríamos llamar fortuito desde el punto de vista de los desinformados componentes judíos del grupo de falsificadores, no quiero contar mucho más porque si encima les desvelo parte de la trama me acusarán de que cuando vayan aun menos van a tener que ver.
Siempre me ha atraído el cine bélico y por extensión el de campos de concentración pero es que la idea que nos muestra el realizador está un poco vista ya, no es algo demasiado nuevo, el ser humano al fin y al cabo es un animal y procura la supervivencia a toda costa, no importándole a veces las formas, es fácil observar y criticar, pero siempre digo que si fuéramos los protagonistas veríamos como nos comportábamos nosotros.
Como última apreciación, comentar que los cineastas alemanes o la filmografía moderna alemana parece que de unos años a esta parte se están ocupando de la parte “complicada” de su pasado de los momentos en los que no quedaron muy bien ante los ojos del resto del mundo, se me viene a la mente ejemplos como “El hundimiento” (2004) de Oliver Hirschbiegel , la fantástica “La vida de los otros” (2006) de Florian Henckel von Donnersmarck, simplemente es una apreciación, es como si necesitaran decirnos que son conscientes de lo que pasó y que ellos también quieren expresarse en este sentido, luego las opiniones cada uno que cuente la suya.
TRONCHA
4 comentarios:
Creo que ya lo dije en algún blog... La película pasa el aprobao justito gracias a la nariz del prota.
jajajaja.
Muy bueno.
Saludos...
jeje, es la nariz lo que le hace un gigolas? porque hay momentos en los que parece Di Caprio en "Titanic"... Sí, a mi tampoco me convenció y podía haber sido la bomba. Pero le falta sentido de humor por todas partes. saludos!
Mira vos, yo pensé que ibamos a estar en presencia de la gran película, pero parece que no es así.
Con respecto a lo del recurso de "Cámara al hombro", creo que si una película no contiene demasiada acción, no debe de utilizarse demasiado, pero creo que es muy propio del cine europeo.
Saludos!
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