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miércoles, 26 de septiembre de 2007

"El exorcista diabólico" (Demoniac) de Jess Franco

El mundo de Jesus Franco no es sencillo ni mucho menos, es enigmático y a veces incomprensible, quizás en esto resida el atractivo que tiene hacia un amplio sector de cinéfilos, sus múltiples pseudónimos e incluso como en este caso los variados títulos de una misma película que dan la sensación de acabar perdido en su magnánimo universo cinematográfico.

El film no tiene desperdicio alguno, así como su director, que se jacta de hacer un cine barato, a fe que así tenia que ser, el papel del personaje principal Voguel lo hace el mismo, y las localizaciones y escenas transcurren prácticamente en un par de sitios a lo sumo tres si me exageran, la excusa es rodar una serie de secuencias de gran carga erótica buscando la disculpa de celebraciones de misas negras para ricos y gente de vida disoluta, es como si se nos quisiera mostrar que el mundo de los acaudalados está inmerso en este tipo de fiestas de carácter sexual.

En su momento este tipo de escenas tuvieron que tener su impacto, imagínense dos jovencitas completamente desnudas jugando al sadomasoquismo delante de un grupo de potentados, flirteando entre ambas, y por supuesto no incurran en el error de fijarse demasiado en los diálogos, porque acabaran mal, se lo aseguro; viéndolo ahora más bien se acaba sintiendo un poco de vergüenza ajena por la ñoñez de la escena en si. Esta es toda la base de la historia, empleando la coartada de la exortización de almas vamos recorriendo una serie de escenas de cama de cierta variedad en cuanto a su composición.

Me arriesgo a decir que el peor de todos los actores de la película es él mismo, y eso que recurre a si mismo en bastantes más ocasiones, destacaría la obsesión que tiene por intentar crear atmósfera a través de ciertas escenas en las que refleja la arquitectura exterior de donde supuestamente se desarrollará o está desarrollando la acción, esta solución es muy recurrente en sus películas, pero para nada similar a ejemplos tan buenos como los que nos muestra el maestro del giallo, Dario Argento .

A veces tengo la sensación que no se por donde coger el cine del señor Franco, aun debo ver alguna más de sus infinitas películas, el hecho de que ciertas personas próximas al cine prácticamente le veneren, me intriga y eso me hace indagar más en su persona, o más bien en su personaje que es lo que parece que se desprende de las entrevistas y nociones que últimamente he escuchado de él, la verdad se hace un abuelote entrañable, aunque bastante disperso en ocasiones que acaba convirtiéndose en una especie de niño consentido y palabrotero con bastante carisma.


TRONCHA

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Conozco muchos amigos cinéfilos que son devotos de Jess y no pueden explicarme el por qué, simplemente como bien dices se entregan a su cine. Saludos!