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miércoles, 19 de diciembre de 2007

"Banda aparte" de Jean Luc Godard

Hay ocasiones en las que no sabría decir muy concretamente porque pero acabo por no engancharme en las películas cuando la interpretación de los actores no me convence, este probablemente es el caso que me ha ocurrido con esta obra del gran cineasta francés, he tenido la sensación de que en múltiples ocasiones estaban sobreactuando y en otras parecían personajes de cierto cariz bressoniano impasibles ante la cámara.

Quizás la idea sea buena y la pretensión del director no sea del todo descabellada el intentar que lo que prevalezca ante todas las cosas sea la historia, el film en si, y no sus propios protagonistas, en honor a la verdad debo decir que está conseguido ya que desde el primer momento la obsesión por apoderarse el dinero de Madame Victoria (Louisa Colpeyn) se convierte en una constante.

El robo se convierte en la obcecación de Franz (Sami Frey) y de Arthur (Claude Brasseur) ya que la inocente y romántica Odile (Anna Karina) que vive recogida en la casa de Victoria les ha revelado que un amigo de esta guarda allí millones que realmente está defraudando al estado, aunque el grupo lo componen tres personas y parece que el fin es común en ambos, cada uno tiene sus sueños con respecto a los otros dos, tejidos como en una especie de telaraña que no va a quebrarse si ninguno abandona al resto.

Los tres han creado su propio mundo prácticamente invulnerable pero al mismo tiempo frágil, los problemas vienen cuando el mundo exterior, que es el mundo real interfiere y les llega a desestabilizar, ellos son jóvenes, aunque debo confesar que en general estas películas de jóvenes interpretadas por adultos me crispan un poco, casi todo todavía es un juego para ellos, conducir, tomar una copa, bailar y volver a conducir, todo ello tiene su parte entretenida sobre todo cuando eres un adolescente.

Aun intentando encasillar el film dentro del cine polar, la verdad es que no estoy muy de acuerdo, sería algo así como una especie de polar desenfadado, o ni siquiera eso, no se vayan a pensar que lo tengo yo tan claro, que pertenece a la llamada nouvelle vague no hay duda, aun así la forma en la que está rodada no deja de ser bastante peculiar, ya que aunque la acción discurre en París el sonido ambiente me parece excesivo en todas las escenas, llegando a cortarlo de cuajo y dejar sin sonido el largometraje cada vez que el narrador, papel que interpreta el propio Godard, hace uno de sus llamados paréntesis, que me resultan del todo innecesarios porque poco aportan a la historia, incluso en alguno de estos llega a reconocerlo él mismo.

Se nos intenta transmitir un ideal de juventud alocado, que no se preocupa por prácticamente nada, que visitan el Louvre en nueve minutos y cuarenta y tres segundos batiendo así el record Guinness, eso si de entre todas destaco la escena de la coreografía del baile de los tres protagonistas y lo que más me dejo impactado el narrador cuando comenta ya finalizada la película que las próximas partes de las aventuras de los jóvenes se rodaran con un presupuesto mucho mayor en Cinemascope y Technicolor

TRONCHA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta no la he visto, pero la veré, vaya si la veré (no faltaria más). Asi que, aprovecho para desearte amigo Troncha, unas Felices Fiestas, y que lo compartas con todos los tuyos. Un abrazo. http://www.pablocine.blogia.com