[Inicio][Noticias] [Cine][Concursos] [Libros] [Relatos literarios]
[Listado de directores][Listado de escritores][Colecciones Novela Negra][Festivales de cine]

viernes, 25 de mayo de 2007

"Cinderella" de James Kirkwood

Curiosa obra de cine de principios de siglo, de los primeros años del cine, basada en el celebre cuento de Charles Perrault, con una jovencísima Mary Pickford en el papel protagonista de la Cenicienta, por supuesto que no es necesario contar de que va la película y de que estamos hablando de una historia para niños, pero se me antoja bastante ramplona en su conjunto, explico a continuación porque.

En primer lugar el papel del príncipe (Owen Moore) es simple a más no poder, como diría un amigo mío el actor está completamente acartonado, su interpretación es patética sinceramente, por supuesto salvando las distancias entre la forma de actuar de aquella época en el cine mudo y la actual, pero desgraciadamente el que en aquellos momentos era en la vida real, marido de la Pickford, se cubrió de gloria con el papel.

Básicamente la película está dirigida a mostrar una serie de efectos visuales que por supuesto para aquella época eran avances muy novedosos, y esto acaba por descuidar la historia en si, de entre toda esta amalgama de secuencias de efectos destaco sobre todas la del reloj, durante el sueño de Cenicienta, en la que aparecen dos enanos a modo de jaquemart, la distorsión de la esfera del reloj recuerda a una de las escenas de la posterior Metrópolis (1927) de Fritz Lang.

En la obra se aprecia un humor muy básico, demasiado infantil en mi opinión, el hada madrina la pobre tiene una expresividad mínima, es como un libro hay que leer en su rostro, no nos dice nada, las caracterizaciones de los personajes no son ni de lejos de lo mas exquisito, en fin, por encima de todo esto destaca una natural y cercana Mary Pickford, que es lo que hace de cierto interés este trabajo.

Solo una cuestión más, si todo lo que “poseía” Cenicienta dejaría de existir justo con las campanadas de medianoche, porque aquel zapato de cristal quedó intacto y no se evaporó, como lo hicieron la carroza, los pajes y el vestido… Nunca se lo habían preguntado…

TRONCHA

2 comentarios:

des.frankenstein dijo...

Buena reseña…

Aunque duele ver como fustigas el cine mudo. Es tan entrañable.

BUDOKAN dijo...

Amo estos melodramas del cine mudo, que en algún punto sustentaron el modelo de las películas que disfrutamos en la actualidad. Saludos!