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viernes, 17 de abril de 2009

"Trece días" de Roger Donaldson

Como muchas otras cosas en la vida hay temas y aspectos que para unos son muy importantes y para otros nos dicen más bien poco, esta es la sensación que tuve ante este pedazo de ladrillo, que nada menos dura ciento cuarenta y tres minutos, los americanos como siempre se sienten en la necesidad de contar su precaria historia y a la vez intentar justificar al mundo todas sus acciones para que velen no solo del bienestar de sus conciudadanos sino que lo hagan por extensión de los del mundo entero y de lo que no se dan cuenta a veces es que si ellos no provocaran dichas situaciones no tendrían posteriormente que remendarlas.

La historia se convierte en un auténtico peñazo reiterándonos una y otra vez en los mismos escenarios y las mismas situaciones, pretende contarnos la historia de los hermanos Kennedy, John (Bruce Greenwood) y Bobby (Steven Culp) a través del asesor político del presidente Kenny O'Donnell (Kevin Costner), solamente con mirar el nombre del actor que lo interpreta se podrán dar cuenta de la calidad de la interpretación y encima es el mejor de todos porque el resto la verdad es que son una mera comparsa.

Además la historia está contada de la forma menos creíble que se puede hacer, por un lado los Kennedy como personas sensatas y cabales que se enfrentan a un grupo de militares que incurren en el típico tópico de querer solucionar todos los problemas a través de la fuerza, pero es que esta situación la hemos vivido tantas y tantas veces en otras tantas películas que parece haber convertido en obligación para cualquier director que quiera mostrarla en cualquier trabajo.

Aquí todos se escapan vivos, me refiero a que nada importa, la política nacional está por encima de todo y de todos, las familias son abnegadas y saben del sacrificio de sus maridos para salvar al mundo, hay que ser hipócritas de provocar algo y luego intentar hacer comprender al resto que tan solo ellos pueden solucionarlo, este tipo de producciones me parecen muy poco interesantes, no nos cuentan ni aportan demasiado tan solo una versión personal, manipulada y filtrada de lo que se quiere enseñar, en definitiva el cine se utiliza como arma de propaganda y herramienta políticamente correcta.


TRONCHA

1 comentario:

Pablo dijo...

Te doy toda la razón.
Y eso de que a priori tenia la cosa muy buena pinta: un historia que pudo haber cambiado el mundo, unos estupendos actores...
Pero al final la cosa, se quedó en otra patriotera historia más "made in américa".
Una verdadera lástima, de verdad.
Excelente post amigo Troncha. Saludos!!!
http://pablocine.blogia.com