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lunes, 3 de marzo de 2008

"Exiled" de Johnny To

Volvemos a la fórmula anterior que ya utilizó en la película “The mission” (1986), estamos ante los mismos actores aunque en algunas cosas si que podríamos pensar que una es continuación de la otra y en otros aspectos como sería el nuevo reparto de personajes para nada podríamos llegar a pensarlo, y eso que ambas producciones se distancian la friolera de veinte años en el tiempo, lo que insisto en que si repite es el famoso grupo de cinco sujetos, capaces de cualquier cosa por ser profesionales a toda costa aunque en esta oportunidad un poco menos.

Parece que nuestro grupo de cinco ahora se vuelve a juntar después de haber hecho sus pinitos de forma individual, la diferencia es que parece que el tiempo les ha humanizado un poco, me refiero a sus sentimientos, porque cuando la ocasión lo requiere funcionan como auténticas máquinas letales, con una precisión envidiable, aun así ahora todo se ve distinto, acaban dándose cuenta que ellos son los que mejor cuidan de si mismos. Antes todo estaba al alcance de su mano, coches de lujo, grandes casas, etc. ahora hay ocasiones en las que la huida la tendrán que hacer en una especie de furgoneta que deben empujar entre todos para que arranque.

Seguimos con los mismos valores que en la película anterior, de la que esta toma una total referencia, estamos ante unos caballeros, cuya cualidad principal es la honestidad, algo que ya no se prodiga en la sociedad en la que viven, pero precisamente eso es lo que les hace distintos del resto, siguen coreografiando sus “actuaciones” y como ejemplo de esto tomen la escena en la que se enfrentan a la banda del jefe Fay (Simon Yam) en la clínica clandestina, cuando van a curar a Wo (Nick Cheung, el único que no repite de la anterior entrega).

De nuvo estamos ante espectaculares escenas de disparos y movimientos que en mi opinión no superan a la escena final en la que se supone que se debe alcanzar el punto más álgido, pues esta descrita anteriormente me parece muy superior, de todas las que he visto en mi vida no llego a decir que es la mejor pero me quedo cerca. Esto y por supuesto otras muchos ejemplos más como este confieren mayor belleza estética a esta “segunda parte”, curioso resaltar la belleza de una película de violencia pero ahí esta ustedes mismos pueden comprobarlo.

Hay ocasiones en que a la historia se le intenta imprimir cierto dramatismo, pero esto es más bien una excusa para llegar a la consecución final donde al director le gusta exhibirse durante las escenas de acción, no llega a transmitirnos pena ni lastima por nadie aunque por el contrario si que estamos deseando que a la mínima tengan que sacar su automática para volver a verles en su salsa, por cierto la última escena me trae ciertos recuerdos de “Grupo salvaje” (1969) de Sam Peckinpah, casi nada la escena.

TRONCHA

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tanto esta como The Mission hay que verlas poruqe son basicamente revisiones de la misma historia, con sus cambios, sus variaciones y su interpretación, peor ambas estupendas y en mi opinión imprescindibles.