"Hierro 3" de Kim ki Duk
Es curioso que pienses que vas a ver algo que de sobra sabes lo que te espera y que de alguna manera te acabe sorprendiendo, y que por muchas veces que lo hagas consiga sorprenderte de nuevo, esto es lo que me pasa con Kim ki Duk, cuando me pongo a ver una de sus películas que no he visto todavía pienso que será una historia de amor entre personas casi normales de la calle que les ocurre alguna circunstancia que cambiará sus vidas y que de alguna manera esto nos implica al espectador, como queriéndonos hacer ver que nosotros podríamos ser los protagonistas de la historia.
Siempre empieza engañándonos mostrándonos acciones y personajes de lo más cotidiano, para de repente dar un giro a la opinión que tenemos de ellos y hacerlos especiales, y todo ello envuelto en una música dulce y exquisita que nos embauca aun más, todo esto nos lleva a una historia de relaciones y de sentimientos, pero por supuesto que nada tiene que ver con los romances al uso, siempre tiene que tener algo especial, algo que se salga de lo común, lo que por supuesto también la hace bastante
atractivo.
Tae-suk (Hyun-kyoon Lee) lleva una curiosa vida, averigua las casas que se quedan vacías para poder habitar en ellas durante la ausencia de sus sueños es como si de alguna manera quisiera ser el interprete de las vidas de los demás, pero eso si con un profundo respeto por los hogares que ocupa, incluso realizando las labores domésticas que sus verdaderos inquilinos han dejado sin hacer. Podemos imaginar el periplo de casas y de características de cada una de ellas que vamos encontrando a lo largo del viaje de Tae, en una de ellas se encuentra con Sun-hwa (Seung-yeon Lee) una mujer maltratada que ante su odiosa vida decide escapar y acompañarle, esto cambiará radicalmente la vida de ambos.
Por supuesto volvemos a encontrar los típicos elementos del cine del realizador coreano, siempre moviéndose en esa delgada línea entre lo real y lo fantástico, lo creíble y lo increíble, pero en definitiva bello y agradable visualmente, en este aspecto cabe destacar las escenas de la cárcel y el que los protagonistas prácticamente no tengan que decir ni una sola palabra para lograr entenderse.
Se hacen a la idea de lo que puede doler el impacto de una pelota de golf en el cuerpo de una persona lanzada con un palo hierro 3…
Siempre empieza engañándonos mostrándonos acciones y personajes de lo más cotidiano, para de repente dar un giro a la opinión que tenemos de ellos y hacerlos especiales, y todo ello envuelto en una música dulce y exquisita que nos embauca aun más, todo esto nos lleva a una historia de relaciones y de sentimientos, pero por supuesto que nada tiene que ver con los romances al uso, siempre tiene que tener algo especial, algo que se salga de lo común, lo que por supuesto también la hace bastante
atractivo.
Tae-suk (Hyun-kyoon Lee) lleva una curiosa vida, averigua las casas que se quedan vacías para poder habitar en ellas durante la ausencia de sus sueños es como si de alguna manera quisiera ser el interprete de las vidas de los demás, pero eso si con un profundo respeto por los hogares que ocupa, incluso realizando las labores domésticas que sus verdaderos inquilinos han dejado sin hacer. Podemos imaginar el periplo de casas y de características de cada una de ellas que vamos encontrando a lo largo del viaje de Tae, en una de ellas se encuentra con Sun-hwa (Seung-yeon Lee) una mujer maltratada que ante su odiosa vida decide escapar y acompañarle, esto cambiará radicalmente la vida de ambos.
Por supuesto volvemos a encontrar los típicos elementos del cine del realizador coreano, siempre moviéndose en esa delgada línea entre lo real y lo fantástico, lo creíble y lo increíble, pero en definitiva bello y agradable visualmente, en este aspecto cabe destacar las escenas de la cárcel y el que los protagonistas prácticamente no tengan que decir ni una sola palabra para lograr entenderse.
Se hacen a la idea de lo que puede doler el impacto de una pelota de golf en el cuerpo de una persona lanzada con un palo hierro 3…
TRONCHA
3 comentarios:
Tú lo has dicho. Se puede repetir mil veces que en el cine de Ki-Duk hay características que se repiten, que todas tienen cosas en común; pero es que cada película suya es un mundo, una parte de la mente del director, tan libremente plasmada en el celuloide que siempre acaba sorprendiendo. Esta es de mis favoritas de Ki-Duk junto con “Time”, la última.
Salud.
Estoy de acuerdo con tu apreciación que Kim Ki Duk sabe manejarse muy bien en la delgada línea entre lo fantástico y aquello que no lo es. También destaco lo visual de este director que encuadra como un pintor.
Es un director que da la sensación de que cada vez que empieza vamos a ver lo mismo pero acaba sorprendiéndonos, al menos en mi caso. Por supuesto, unas veces con mas y otras con menos acierto...
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