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miércoles, 18 de abril de 2007

"El prestamista" de Sidney Lumet

Oír el nombre de un director a veces es significado de muchas cosas, sabemos a lo que nos enfrentamos y por supuesto nos da una ligera idea de los visos que va a tener la obra frente a la cual nos vamos a situar, Sidney Lumet para mi siempre ha sido significado de dureza, de cineasta que nos muestra un cine tajante sin concesiones, lo que estas viendo pasó como lo ves y no tiene tapujos a la hora de contarlo, por supuesto esta película de la que a continuación disertaré unas palabras, es de las que caracterizan y dan cuerpo a este director.

La situación se ambienta en EEUU, en la década de los años cincuenta, cuento esto porque me parece primordial para describir el personaje principal de la obra, unos años después de la finalización del conflicto mundial que por supuesto llega a convertirse de alguna manera en un personaje más de la película, ya que llega a convivir con Sol Nazerman (Rod Steiger) en una especie de simbiosis fatal, en la que uno de los dos entes acabará devorando al otro.

El responsable de la tienda de empeño, Nazerman, es un hombre gris, irritantemente pasivo ante las circunstancias que le rodean, nada le importa, solo su pasado, su condición de judío y antiguo residente del horror de Auschwitz, pero al mismo tiempo eso le consume por dentro, y no le deja ver la realidad que dia a dia se planta delante de él, una realidad que es tan dura como la que el vivió y que de alguna manera le está convirtiendo en opresor de su convecinos, al igual que el sigue bajo la violenta tutela del chulo del barrio que controla todos los negocios legales para que le sirvan de lavadero del dinero negro que obtiene con los dividendos de oficios menos honorables.

Todo el largometraje gira en torno al personaje principal en el que Steiger está inconmensurable, sumergido en un clímax totalmente corrompido, con un desfile constante delante de su ventanilla a los que trata con total desprecio, pero que de alguna manera llega a desarrollar con ellos una especie de labor social escuchándoles; es una interpretación genial de un hombre derrotado, sin ganas de vivir pero que realmente es un cobarde consigo mismo

Cabe resaltar lo audaces que son los diálogos en toda la cinta y la importancia de los sonidos, los propios en si de la acción, que acaban transportando al personaje a continuos flash backs del pasado y por supuesto la música, un jazz que viene muy al caso, entre otros aspectos vemos que Lumet se desinhibe mostrándonos algunos desnudos en pantalla e incluso dando peso a personajes de color.

TRONCHA

3 comentarios:

des.frankenstein dijo...

Esta es una OBRA MAESTRA...

Desde luego el cine deberia ser asi.

BUDOKAN dijo...

Cuando vi esta película me había parecido una nueva forma de abordar el tema de los judíos y el nazismo. Coincido con lo que decís acerca de la estructura en base a flash backs que generan un enrarecimiento en la narración. Muy buena película!

Carmina dijo...

Me parece una obra maestra. Me sorprendió bastante y me fascinó la manera de presentar a los personges, su marginalidad etc. También me dio la impresión de no ser cine americano, me recordó en su forma de plamar la miseria al cine europeo y en la manera de tratar la culpa i el tema religiso al cine de Bergman.