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lunes, 19 de marzo de 2007

"Doctor X" de Michael Curtiz y "El retorno del Dr. X" de Vincent Sherman

Como en todas las cosas el cine pasa por épocas, la primera y mayormente definida fue quizás la del cine mudo, en esos casos la expresividad de los gestos, en cuanto hablamos de las interpretaciones de los personajes por parte de los actores, era movimientos mucho más exagerados, y quizás un poco forzados, este film se situa, prácticamente a principios de la época que marcó el nuevo avance en el mundo del celuloide, la introducción del sonido en las películas, por ello, por estar tan cerca de ese umbral, todavía arrastra herencias interpretativas del anterior período.

La obra tiene todos los componentes de los albores del cine sonoro, música para ambientar, ya no era necesario tener al pianista en la sala de proyecciones, pero los temas musicales siempre han ido de la mano del septimo arte, además es curioso como los directores se las ingeniaban para dar una serie de efectos a sus escenas, con un corto periplo de herramientas para ello. Utilización la iluminación de una forma magistral, para crear tensión en el espectador, incluso, en este caso concreto resultan muy curiosos los juegos de luces de claroscuros, proyectando una serie de escenas con al go parecido a las sombras chinescas.

La historia incluso, me parece divertida, se han cometido unos asesinatos inducidos por el poderosos influjo de la luna y los sospechosos principales son una comunidad de científicos, que viven prácticamente aislados del mundo exterior, su jefe el doctor Xavier (Lionel Atwill), urde un nuevo método para descubrir quien realmente es el asesino, entre sus colaboradores, aquí es donde podemos apreciar los mejores escenarios los mas kitsch, con unas técnicas y teorias sobre los experimentos que ahora mismo nos producen gracia al oirlas, pero que seguro que en su época cuando más de uno la vió, le produjeron cierta zozobra interna.

En medio de todo esta comunidad de científicos, se cuela un característico personaje, Lee Taylor (Lee Tracy), reportero del diario “World”, él cual está a punto de ser despedido de su trabajo, y necesita de una historia a poder ser lo más sensacionalista posible para poder mantener su empleo, algo que desconocia es que existía la profesión de periodista-policia, con placa y todo, pues bien este personajillo patoso, charlatán, locuaz, pícaro, es el que pone la clave de humor en el film, echando mano de algunas de las técnicas propias del slapstick.

Curioso largometraje, que llega a divertir, con unos planteamientos claros, sin dificultad alguna, cuya estructura está perfectamente marcada y que de alguna manera entretiene, sinceramente agradable de ver y sin dar la sensación para nada de haber perdido el tiempo con ella.

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Secuela de la anterior versión del mismo doctor (Doctor X, 1932) pero de resultado un poco menos claro, y de rápida resolución, la duración de la misma es muy corta, con lo que los hechos acaban precipitándose sobremanera y por consiguiente nos deja un poco con el interés perdido, según mi opinión si el film se hubiera desarrollado un poco más hubiera tenido mayor aceptación y hubiera sido de mayor calidad ya que el potencial de este film parece superior.

Curiosamente una de las diferencias es que la más antigua es en color y esta especie de secuela es en blanco y negro, el caso es que las historias no coinciden para nada, ni siquiera podemos suponer que los individuos protagonistas de ambos sean el mismo personaje, que curiosamente en esta segunda parte, ese papel de doctor X malévolo recae sobre Humphrey Bogart, todavía no encasillado en el papel de tipo duro que no abandonaría prácticamente hasta su muerte.

En este caso el planteamiento es el mismo, la busqueda de la creación de vida a través de la sangre, una sangre sintética que devuelve la vida a los muertos, pero cuya complicación real, resulta el mantenerles con ella, por lo que acaban convirtiéndose en una especie de vampiros que secan a las victimas de su propio grupo sanguíneo.

También tenemos a un periodista (Wayne Morris) que está detrás de toda la trama, acompañado de otro amigo suyo médico (Dennis Morgan) que aporta experiencia sobre los hechos, le da la vertiente más científica, volvemos a los mismos problema anteriores de pérdida de empleo y falta de credibilidad por parte de sus jefes.

Técnicamente este largometraje es mucho más sencillo, aunque también utiliza las sombras chinescas como método para acrecentar el suspense y misterio sobre la acción, pero esteticamente en su conjunto es bastante inferior.
TRONCHA

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Me parece muy bueno este blog, tengo la misma pasión por el cine y la expreso en
un blog sobre películas olvidadas del cine clásico y neo clásico.
http://otrosclasicos.blogspot.com/
Me gustaría intercambiar los
links de nuestros blogs. Si les interesa la propuesta, avisen.. Muchas
gracias y un saludo.