"La Doble vida de Verónica" de Krzistzoff Kieslowsky
Hay personas que aman el mundo del arte de una manera espectacular, e incluso esto les hace comprenderlo de una manera distinta al resto, pienso que Kieslowski, debe ser un director con una sensibilidad especial hacia estas materias, que sobre todo caracterizan y componen su cine, podremos estar a favor o en contra de todo esto, pero lo que no se puede negar es que le imprime su personalidad y cuando estamos frente a una de sus obras su sello personal es inconfundible.
Definir las películas del director polaco es a la vez sencillo y muy complicado, suponen un espectáculo total para la vista, están compuestas de elementos de todo tipo, elementos decorativos, elementos estéticos y artísticos, todos gozan de gran protagonismo mayor incluso que el de los propios diálogos de la película, una simple bola de goma transparente que invierte la imagen que vemos a través de ella, formando un característico paisaje, el cordón de una carpeta de partituras, una caja de puros vacía que aun conserva el embriagador olor de su anteriores ocupantes, e incluso el de una cinta de cassette grabada con los sonidos de una estación de tren que llevaran a Veronique al encuentro del amor.
Y la parte complicada la supone el continuo estudio y la constante búsqueda de los más recónditos recovecos de los sentimientos humanos, Kieslowsky, llega tan profundo en esta búsqueda que incluso a veces llega a perderse o más bien a perdernos ya que lo que realmente busque es influenciarnos, haciéndonos compañeros en su viaje, aunque en este caso particular conmigo no lo consigue demasiado.
Verónica (Irène Jacob) y Verónica son dos almas gemelas, que han nacido en países distintos Polonia y Francia, pero que de alguna manera les une su pación por la música, y una dolencia cardiaca que acaba llevando a la tumba a la verónica polaca, momento en el que la francesa comienza a sentir cosas que hasta ese momento ni siquiera se le habían pasado por la mente, hasta llegar a encontrar el verdadero amor, a través de una relación prácticamente epistolar.
Para toda esta historia la obra esta inmersa en una atmósfera increíble, rezuma poesía por todos lados, y llega a sus momentos más álgidos a través de la música, la ópera que Verónica (la de Cracovia) está interpretando y de repente se desmaya, muriendo en el escenario es una escena con una sensibilidad sublime, grandísima, que llega incluso al corazón. Por otro lado hay escenas que parecen cuadros, incluso acrecentadas por ciertos filtros de luz de color sepia, que aun le dan mayo tono artístico a la composición, en este aspecto tanto los interiores como los exteriores donde se desenvuelven los personajes están muy escogidos y se me antojan sumamente adecuados.
Definir las películas del director polaco es a la vez sencillo y muy complicado, suponen un espectáculo total para la vista, están compuestas de elementos de todo tipo, elementos decorativos, elementos estéticos y artísticos, todos gozan de gran protagonismo mayor incluso que el de los propios diálogos de la película, una simple bola de goma transparente que invierte la imagen que vemos a través de ella, formando un característico paisaje, el cordón de una carpeta de partituras, una caja de puros vacía que aun conserva el embriagador olor de su anteriores ocupantes, e incluso el de una cinta de cassette grabada con los sonidos de una estación de tren que llevaran a Veronique al encuentro del amor.
Y la parte complicada la supone el continuo estudio y la constante búsqueda de los más recónditos recovecos de los sentimientos humanos, Kieslowsky, llega tan profundo en esta búsqueda que incluso a veces llega a perderse o más bien a perdernos ya que lo que realmente busque es influenciarnos, haciéndonos compañeros en su viaje, aunque en este caso particular conmigo no lo consigue demasiado.
Verónica (Irène Jacob) y Verónica son dos almas gemelas, que han nacido en países distintos Polonia y Francia, pero que de alguna manera les une su pación por la música, y una dolencia cardiaca que acaba llevando a la tumba a la verónica polaca, momento en el que la francesa comienza a sentir cosas que hasta ese momento ni siquiera se le habían pasado por la mente, hasta llegar a encontrar el verdadero amor, a través de una relación prácticamente epistolar.
Para toda esta historia la obra esta inmersa en una atmósfera increíble, rezuma poesía por todos lados, y llega a sus momentos más álgidos a través de la música, la ópera que Verónica (la de Cracovia) está interpretando y de repente se desmaya, muriendo en el escenario es una escena con una sensibilidad sublime, grandísima, que llega incluso al corazón. Por otro lado hay escenas que parecen cuadros, incluso acrecentadas por ciertos filtros de luz de color sepia, que aun le dan mayo tono artístico a la composición, en este aspecto tanto los interiores como los exteriores donde se desenvuelven los personajes están muy escogidos y se me antojan sumamente adecuados.
Con todos estos componentes el realizador crea una especie de mundo de fantasía basado, en el propio mundo real, que nos llega, aunque en muchos casos este ha sido tachado como el mayor de los defectos de este director. La cinta obtuvo en 1991 la palma de oro en el Festival de Cannes a la mejor interpretación femenina.
TRONCHA
1 comentario:
La doble vida de Verónica es una de las peliculas que mas me han gustado en toda mi vida.
Hago cortos amateurs, si los quieres ver estan en:
http://7potosi.blogspot.com/
Publicar un comentario