"La infancia de Iván" de Andrei Tarkovsky
El cine en general siempre ha tenido un filón con el tema bélico, ha desarrollado grandes obras tomando distintas historias ya sean de un bando o de otro, siendo la nacionalidad el director la que es, el bando desde el que se nos da el particular punto de vista es el ruso, por supuesto, además es de las películas que Andrei Tarkovsky realizó entre comillas con plena libertad, aun así no quedó exenta de crítica y de correcciones por parte del gobierno de la URSS durante la guerra fria. Aun así la obra obtuvo en 1962 el León de oro de la Biennale (Mostra de cine de Venecia)
Estas críticas sobre todo arreciaron a raiz de la muestra de una serie de escenas donde aparecían elementos religiosos, consideración que me parece exagerada ya que los protagonistas debido a los rigores de la guerra, establecen su cuartel general en el interior de una iglesia, debastada por un bombardeo, no obstante esta especie de cesnsura iba a influenciar sus siguientes obras.
Ivan (Nikolai Burlyayev) es un niño como los demás, pero no del todo, solo en sus sueños es un niño feliz, todos ellos se refieren a su dulce infancia junto a su madre, la felicidad invadía su existencia, hasta que su madre muere tras un disparo de un soldado alemán, en ese momento Iván de alguna manera despierta y no le gusta lo que encuentra, una vida guiada por la venganza, solo esa idea en su cabeza, ninguna otra, cueste lo que cueste.
Las tropas rusas le acojen como si fuera un hijo, y en particular Khaline (Valentin Zubkov) pero es un alma rebelde, no va a cejar hasta conseguir su propósito, le han arrebatado lo que más quería y no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados, la situación le ha hecho madurar sobre manera, ya no es ese niño dulce que se creia una mariposa y que surcaba el cielo de flor en flor, una guerra que no comprende ni entiende le ha arrebatado su infancia, nada tiene sentido sin la perpetua idea de la venganza en su mente.
Tarkovsky nos hace un recorrido por los horrores de la guerra, la devastación y la huella que deja en las personas, vistos desde un lado bastante inédito en el cine como es del ejercito ruso, de entre todas las escenas me parece que la que está por encima de todas ellas es en la que Iván se encuentra con el viejo cuando intenta escapar porque le van a enviar a una academia militar, vemos a un hombre en la recta final de su vida, totalmente hundido, como su propia vivienda de la que solo queda en pie la puerta, y a la que se aferra como su única posesión.
Estas críticas sobre todo arreciaron a raiz de la muestra de una serie de escenas donde aparecían elementos religiosos, consideración que me parece exagerada ya que los protagonistas debido a los rigores de la guerra, establecen su cuartel general en el interior de una iglesia, debastada por un bombardeo, no obstante esta especie de cesnsura iba a influenciar sus siguientes obras.
Ivan (Nikolai Burlyayev) es un niño como los demás, pero no del todo, solo en sus sueños es un niño feliz, todos ellos se refieren a su dulce infancia junto a su madre, la felicidad invadía su existencia, hasta que su madre muere tras un disparo de un soldado alemán, en ese momento Iván de alguna manera despierta y no le gusta lo que encuentra, una vida guiada por la venganza, solo esa idea en su cabeza, ninguna otra, cueste lo que cueste.
Las tropas rusas le acojen como si fuera un hijo, y en particular Khaline (Valentin Zubkov) pero es un alma rebelde, no va a cejar hasta conseguir su propósito, le han arrebatado lo que más quería y no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados, la situación le ha hecho madurar sobre manera, ya no es ese niño dulce que se creia una mariposa y que surcaba el cielo de flor en flor, una guerra que no comprende ni entiende le ha arrebatado su infancia, nada tiene sentido sin la perpetua idea de la venganza en su mente.
Tarkovsky nos hace un recorrido por los horrores de la guerra, la devastación y la huella que deja en las personas, vistos desde un lado bastante inédito en el cine como es del ejercito ruso, de entre todas las escenas me parece que la que está por encima de todas ellas es en la que Iván se encuentra con el viejo cuando intenta escapar porque le van a enviar a una academia militar, vemos a un hombre en la recta final de su vida, totalmente hundido, como su propia vivienda de la que solo queda en pie la puerta, y a la que se aferra como su única posesión.
La película está llena de simbolismo, y me resulta muy coreográfica, incluso muy poética, pero como siempre me queda un sabor agrio, cuando veo algo de este director, me parece que refleja su tristeza personal, su tortura interior, pienso que el cine de Trakovsky, es como él mismo, un cine lleno de dolor y de tormento. Aunque un cine con sello muy propio y realmente digno de apreciar y disfrutar con los cinco sentidos.
Esta película no deja de recordarme a otras producciones en las que también los protagonistas son los niños y la guerra, ahora mismo a la mente se me vienen Alemania, año cero (Germania anno zero) de Roberto Rossellini y El imperio del sol (Empire of the Sun ), de Steven Spielberg, cada una muy distinta a la otra.
TRONCHA
No hay comentarios:
Publicar un comentario