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lunes, 12 de febrero de 2007

"Babel" de Alejandro González Iñarritu

Según escuche de pequeño, además aparece en la Biblia, concretamente en el Génesis, capítulo 11, los hombres pretendieron construir una torre mediante la cual pudieran llegar al cielo, la verdad es que el proyecto era de una pretensión arrolladora, pero el gran Yaveh contrarió a este pensamiento, y más partidario de que el hombre se extendiera por la tierra en horizontal y no tan en vertical, hizo que cada uno de los responsables del colosal edificio hablara una lengua distinta, trayendo la confusión total y consiguiendo así su propósito de expansión de las diferentes culturas y lenguas por el orbe terrestre. Pobre Yaveh, si levantara la cabeza y viera que el ser humano ha hecho los rascacielos que ha hecho.

El caso es que don Alejandro González Iñárritu, va y se marca una película en la que supongo que debe pensar que es algo parecido al tal Yaveh, nos muestra una producción en la cual, pretende demostrarnos lo corrompido que está el primer mundo o mundo occidental frente a otras civilizaciones que de alguna manera este moderno mundo margina, pero que la esencia de lo verdadero, y la raiz de los sentimientos parte de esas culturas menos agraciadas a nivel económico. Sobre todo me baso para decir esto en la escena del helicóptero cuando Brad Pitt(Richard) intenta agradecer con dinero la ayuda a su guía marroquí

El estudio de Iñarritu es global, viene a demostrarnos una vez más el efecto mariposa, un disparo el hecho de que un japonés sea cazador y no tenga una buena relación paterno filial con su hija sordomuda, puede provocar a través de un regalo a un guia marroquí el que una ciudadana america esté a punto de morir, y que de forma paralela sus hijos acaben perdidos en el desierto, tras regresar de una boda en el vecino pais de México.

No, de verdad no estoy loco, lo que he contado es completamente cierto, podrían ser distintas culturas y nacionalidades pero el director ha elegido estas, para narrarnos como decía antes una historia global, de infortunio, de desdicha en las personas , de sentimientos enfrentados y de tensiones en si, viniendo a decirnos que el mundo es como una gran torre de Babel en la que cualquier fricción, cualquier malentendido, puede llevarnos al desequilibrio total por la falta de entendimiento y con ello a la destrucción de la tierra.

Por todo esto la película se me hace prepotente, pretenciosa, incluso altanera, sabido es que el director del que hablamos es una de los predilectos de Hollywood, y eso quizás le lleve a ser tan mesiánico como se me hace en esta obra, pienso que no se ha sacudido el peso de 21 gramos, que me parece una gran película, pero que de alguna manera es donde le coje el gustillo a este tipo de película coral, que no digo que este mal del todo, pero que para nada es redonda.

Algunas cosas negativas podria decir del film, pero sobre todas ellas voy a destacar dos, el uso de la cámara me parece garrafal, el continuo movimiento, a su vez persiguiendo movimiento acaba en ocasiones por marearme, literal, como lo digo, y otro aspecto es el metraje, es excesivo, sobra, y de esto es culpable el señor Iñarritu que de alguna manera nos trata de tontos a los espectadores, no dejando que pensemos ni un solo instante, haciendo algunas escenas reiterantes y con exceso de nformación, sin dejar lugar a la duda o al pensamiento particular.

TRONCHA

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí lo del metraje me mató.
Cada vez que la historia empezaba a interesarme me plantaban una fotito del Atlas o un plano superguay de la ciudad japo y se me iba el interés.

Anónimo dijo...

sinceramente es que la historia japo estaba metida como con calzador, nunca me dio la sensación de que tuviera que ver con la película, sino con el afan del director por "universalizar" la película....