"Los siete magníficos" de John Sturges

La diferencia con su referente es que mientras el primero se desarrolla en el Japón medieval, este deambula por las áridas tierras del salvaje Oeste, aunque más concretamente parece una zona próxima a la frontera con México, el planteamiento es prácticamente el mismo, un pueblo hostigado por una banda de fueras de la ley que no respetan a nadie, estos deciden comprar armas para defenderse y no vivir siempre oprimidos pero como no saben usarlas deciden contratar a pistoleros profesionales, para defenderles.
El azar hace que se junten un curioso muestrario de personajes a cual más singular, en total, no podía ser de otra manera en número de siete, hombres todos ellos que han hecho del revolver su modo de vida, que aunque en su día fueron importantes pero como en algunos de los casos su vida va en descenso, no son como los demás eso lo vamos a apreciar desde un principio y sobre todo porque a raíz de este trabajo hacen de la rebeldía su estandarte.
Lo menos importante es el precario salario que van a cobrar, lo importante es demostrarse a si mismos que todavía son capaces de algo, que puedan sentirse útiles, aun así esta intento de demostración de valía hacia si mismos va a beneficiar a otros, pero lo importante dentro del declive de sus existencias es demostrar que todo el pasado no fue en vano, necesitan demostrarse a costa de lo que sea necesario que su forma de subsistencia tiene sentido.

El largometraje merece mucho la pena, está rodado al estilo de los western de siempre, con una gran fotografía y buena técnica en el montaje, se convierte en un imprescindible para cualquiera, acompaña el elenco de estrellas de la época y sobre todo la originalidad de la historia, aunque como conté al principio sea copiada de la obra japonesa, western en estado puro del que cualquiera disfruta, ah, se me olvidaba, y esa música propia del film que queda para siempre y que cada vez que la oímos nos hace recordarla.
TRONCHA