"La vocación suspendida" de Raoul Ruiz
Una vez vi una de las películas (“Ce jour-là”, 2003) de este particular director chileno y me pareció una genial locura, algo distinto a lo que hasta ahora había observado y esta claro que de alguna manera me atrajo, motivo que me inclinó a seguir viendo más trabajos de él, no puedo decir lo mismo de este caso ya que al final de la película estaba prácticamente como al principio y eso que habían transcurrido unos noventa minutos, planteándome que había visto y sobre todo que sentido tenia todo aquello.
Desde el comienzo del film se puede observar que el trabajo de cámara va a ser algo digno de mención, estamos ante un buen ejemplo visual, las continuas panorámicas tanto interiores como exteriores están muy conseguidas, llegando a fabricar composiciones delante del objetivo similares a estampas de vocación y fe, aunque también hay ejemplos dinámicos en los que los elementos o personajes del conjunto pictórico están en continuo movimiento combinándolos con audaces travellings y planos medios que prácticamente nos transportan a una galería de arte, salvando las diferencias algo similar a los que encontramos en "Nostalgia" (1983) de Andrev Tarkovsky. Todo ello en un juego entre imágenes en blanco y negro y color que el realizador va alternando a su antojo.
El director se propone con este trabajo redescubrir la obra de Pierre Klossowski, y si ya de por si los escritos del francés son complejos de digerir, lo que de él se plasma en la película se nos hace harto incomprensible, ya que nos vemos inmersos en unos continuos diálogos del todo soporíferos sobre disquisiciones de la fe de las personas, donde no llegamos a comprender muchos de los conceptos que en ella se exponen, todo ello hace de esta película un trabajo claramente de autor y siempre he pensado que cuando algo se califica con dicha aseveración es porque tan solo él conoce el verdadero sentido de lo que hace, otra cosa es que logre transmitirlo.
Se narran las andanzas de Jerome (Didier Flamand), a través de las distintas órdenes eclesiásticas que le acogen, llenas de particularidades conde las haya, también los diálogos se enfrascan en torno a la realización de un fresco y la composición que debe tener en una de las mencionadas congregaciones, para acabar por ser cómplice y testigo del libertinaje de uno de sus compañeros de vocación, y llegando a impregnar el conjunto como un ente fantasmal que todo lo controla está el Partido Negro.
En definitiva lo único que aclara algo es el final que por supuesto no se va a desvelar y con el que estoy completamente de acuerdo sobre todo en la frase final que el libertino pintor Malagrida (Daniel Gélin) refiere a Jerome, si quieren pueden probar a visionarla y por favor si sacan algo más en claro que yo, tengan el gusto de pasarse por aquí y comentármelo, les quedaré muy agradecido.
TRONCHA
2 comentarios:
Excelente reseña. No he visto ésta película, pero por lo que comentas lo mejor ha sido su estilo de filmación.
Tomo nota de "Ce jour-la", a ver si me gusta tanto como a tí.
Saludos, Jorge.
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