"Sueños" de Ingmar Bergman
Aprovechando cuando el tiempo lo permite de nuevo me adentro en la filmografía de Bergman a través del ciclo del Círculo de Bellas Artes de Madrid, esta vez una película para mi inédita, pero que una vez más ha respondido a las expectativas depositadas en ella, por enésima vez vuelvo a comentar lo complejo de los trabajos del cineasta sueco, pero ya menos, cuanto más contacto alcanza uno con él más llega a entenderle, está claro que el roce hace el cariño.
Siempre delante de escenas excelsas, de cuidada armonía con una cámara inamovible, que tan sólo persigue detalles y algunos gestos, llevándolos a un primer plano para resaltar la importancia que llegan a tener los mismos para el desarrollo de la acción el ejemplo más claro de lo que estoy comentando se ve en la primera escena del film, durante la sesión de fotos a la que es sometida Doris (Harriet Andersson) que es observada por la otra protagonista Sussane (Eva Dahlbeck) entre otros, no es necesario que nadie hable, a través del sonido los gestos y los movimientos comprendemos inmediatamente la situación.
La historia nos cuenta las vicisitudes de dos mujeres, Doris y Sussane, cada una de ellas en su estilo y con una forma de ser y actuar totalmente distintas, enfrentadas se podría decir, pero que en el fondo parecen pretender lo mismo, aunque parezca que ambas por caminos dispares al final acaban llegando al mismo destino, teniendo el espectador la sensación de que por mucho que haya pasado durante el metraje hemos vuelto al punto inicial. Todo ello en una especie de juego de contrastes en el que cada una de ellas se nos muestra muy distinta a la otra.
Como siempre lo importante de los films de Bergman es contemplar de forma visual como se pueden plasmar los sentimientos, esto es lo significativo, la historia en si da un poco igual de donde parte o hacia donde va, ya iremos averiguándola si realmente nos interesa y sino quedará relegada a un segundo plano para definitivamente acabar olvidándola, la belleza de sus imágenes, el puro lenguaje cinematográfico que utiliza a la hora de filmar le ayuda a transmitir todo este periplo de emociones.
Sería injusto no comentar que Bergman se me antoja muy provocador no solo le importa mostrar cosas ante la cámara y transmitir sensaciones, también le gusta provocarlas en el espectador, para ello recurre a muchísimos elementos destacando el uso que hace de la mujer y sobre todo de su cuerpo, de la sensualidad que este transmite, caso claro es la escena de la joyería cuando Doris se prueba el collar, por supuesto esto no es exclusivo de este film.
TRONCHA
Siempre delante de escenas excelsas, de cuidada armonía con una cámara inamovible, que tan sólo persigue detalles y algunos gestos, llevándolos a un primer plano para resaltar la importancia que llegan a tener los mismos para el desarrollo de la acción el ejemplo más claro de lo que estoy comentando se ve en la primera escena del film, durante la sesión de fotos a la que es sometida Doris (Harriet Andersson) que es observada por la otra protagonista Sussane (Eva Dahlbeck) entre otros, no es necesario que nadie hable, a través del sonido los gestos y los movimientos comprendemos inmediatamente la situación.
La historia nos cuenta las vicisitudes de dos mujeres, Doris y Sussane, cada una de ellas en su estilo y con una forma de ser y actuar totalmente distintas, enfrentadas se podría decir, pero que en el fondo parecen pretender lo mismo, aunque parezca que ambas por caminos dispares al final acaban llegando al mismo destino, teniendo el espectador la sensación de que por mucho que haya pasado durante el metraje hemos vuelto al punto inicial. Todo ello en una especie de juego de contrastes en el que cada una de ellas se nos muestra muy distinta a la otra.
Como siempre lo importante de los films de Bergman es contemplar de forma visual como se pueden plasmar los sentimientos, esto es lo significativo, la historia en si da un poco igual de donde parte o hacia donde va, ya iremos averiguándola si realmente nos interesa y sino quedará relegada a un segundo plano para definitivamente acabar olvidándola, la belleza de sus imágenes, el puro lenguaje cinematográfico que utiliza a la hora de filmar le ayuda a transmitir todo este periplo de emociones.
Sería injusto no comentar que Bergman se me antoja muy provocador no solo le importa mostrar cosas ante la cámara y transmitir sensaciones, también le gusta provocarlas en el espectador, para ello recurre a muchísimos elementos destacando el uso que hace de la mujer y sobre todo de su cuerpo, de la sensualidad que este transmite, caso claro es la escena de la joyería cuando Doris se prueba el collar, por supuesto esto no es exclusivo de este film.
TRONCHA
2 comentarios:
Hola, pues vi "Sueños" y no me gustó tanto como pensaba que iba a gustarme. Aunque me resultó emocionante la explosión de sentimientos y pensamientos.
Saludos,
Juanma
A mí me pareció simplemente genial. El tema que trata y cómo lo retrata.
Saludos.
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