"American gangster" de Ridley Scott
Siempre que voy al cine intento que sea a la cesión que menos gente vaya que suele ser la de las 16:00, ya que de este modo tienes muchas menos probabilidades de que te toque un mal educado/a y te fastidie el disfrutar de la película que estando a los precios que están bastante es, pero también me encanta salir del cine con la sensación de que he visto un gran espectáculo, que encima no he tenido que hacer callar a nadie y me hace olvidar el dinero que me costó la entrada, pues pleno para la película de Scott con la que he conseguido todo esto.
Una opinión que expreso a veces es que acabo creyéndome mucho más las historias de tiempos pretéritos que las de los actuales me gusta que tengan regusto a décadas pasadas, en este caso a la de los setenta, mostrándonos como se forja el mundo del hampa y como Tony Soprano (James Gandolfini) llega al puesto que llega dentro de la mafia de Nueva Jersey, bromas aparte, es curiosa la influencia de esta ciudad, que tan solo le separa un puente del gran Nueva York, pero que sale a la luz en cuanto hablamos del crimen organizado.
Scott intenta mostrarnos una realidad que ocurre en la historia de Estados Unidos y da la sensación de que lo hace de una forma veraz, creíble, no da la sensación de que nos este manipulando para ofrecernos una versión maquillada de los hechos, aparte de esto el director le imprime un ritmo espectacular a la película en la que vamos de un menos a más que acaba atrapando al espectador, sin darse prácticamente cuenta que han transcurrido 150 minutos nada menos cuando nos levantamos de nuestras butacas.
Hay muchos temas que tratar, ya que esta película da un repaso, en el aspecto más amplio de la palabra, a la sociedad de la guerra fría, a la absurda política de Nixon, a esos ingenuos jóvenes que fueron a luchar contra el invisible enemigo vietnamita y que los que consiguieron volver lo hicieron mucho pero de lo que se fueron constituyendo la principal base para el desarrollo del gran mercado de la droga que se estableció en dicha época y que probablemente desde entonces haya ido en aumento.
Nada de esto escapa al ojo del realizador y todo acaba delante de la cámara como pocos lo habían hecho hasta ahora, sin complejos a la hora de mostrar lo malo de esa sociedad y los personajes que elije para hacerlo son el gangster Frank Lucas (Denzel Washington) y el policía Richie Roberts (Russell Crowe), por las ocupaciones que cada uno de ellos tienen podría parecer que están muy distantes que la vida de uno está frente al otro, pero de alguna manera vamos a acabar dándonos cuenta que al menos en sus personalidades y forma de ser no andan tan lejos uno del otro.
El film me parece que bebe de muchos otros anteriores correspondientes al género negro, la honradez y honestidad con la que se tratan cazador y cazado en digno de elogio, el respeto entre ambos porque uno al otro se consideran seres íntegros dentro de su mundo, aunque esto les cueste la incomprensión de los suyos, esto es lo que les duele a ambos, se sienten más arropados con el enemigo que entre los suyos, aunque ambos aprovechan lo que tienen a mano para sacar rendimiento de ello. Entre algunas películas que me vienen a la mente estarían “Todos los hombres del presidente” (1976) de Pakula, “Sérpico” (1973) de Lumet y “Flic Story” (1975) de Jacques Deray, incluso el inicio tan rotundo puede evocar a “Milan, calibre 9” (1972) de Fernando di Leo.
En definitiva la denuncia que consigue el director norteamericano con este film es brutal, no deja títere con cabeza, los menos agraciados son el ejército y la corrupta policía, en todo caso logra atraparnos con un el ritmo de la narración largo pero constante que no sufre de caídas, que nos tiene atrapados como espectadores de lujo ante el auge y las caídas de las vidas de ambos protagonistas, llevándonos a un final un pelín almibarado pero que a las alturas que estamos y viendo lo que hemos visto, nos da lo mismo.
TRONCHA
Una opinión que expreso a veces es que acabo creyéndome mucho más las historias de tiempos pretéritos que las de los actuales me gusta que tengan regusto a décadas pasadas, en este caso a la de los setenta, mostrándonos como se forja el mundo del hampa y como Tony Soprano (James Gandolfini) llega al puesto que llega dentro de la mafia de Nueva Jersey, bromas aparte, es curiosa la influencia de esta ciudad, que tan solo le separa un puente del gran Nueva York, pero que sale a la luz en cuanto hablamos del crimen organizado.
Scott intenta mostrarnos una realidad que ocurre en la historia de Estados Unidos y da la sensación de que lo hace de una forma veraz, creíble, no da la sensación de que nos este manipulando para ofrecernos una versión maquillada de los hechos, aparte de esto el director le imprime un ritmo espectacular a la película en la que vamos de un menos a más que acaba atrapando al espectador, sin darse prácticamente cuenta que han transcurrido 150 minutos nada menos cuando nos levantamos de nuestras butacas.
Hay muchos temas que tratar, ya que esta película da un repaso, en el aspecto más amplio de la palabra, a la sociedad de la guerra fría, a la absurda política de Nixon, a esos ingenuos jóvenes que fueron a luchar contra el invisible enemigo vietnamita y que los que consiguieron volver lo hicieron mucho pero de lo que se fueron constituyendo la principal base para el desarrollo del gran mercado de la droga que se estableció en dicha época y que probablemente desde entonces haya ido en aumento.
Nada de esto escapa al ojo del realizador y todo acaba delante de la cámara como pocos lo habían hecho hasta ahora, sin complejos a la hora de mostrar lo malo de esa sociedad y los personajes que elije para hacerlo son el gangster Frank Lucas (Denzel Washington) y el policía Richie Roberts (Russell Crowe), por las ocupaciones que cada uno de ellos tienen podría parecer que están muy distantes que la vida de uno está frente al otro, pero de alguna manera vamos a acabar dándonos cuenta que al menos en sus personalidades y forma de ser no andan tan lejos uno del otro.
El film me parece que bebe de muchos otros anteriores correspondientes al género negro, la honradez y honestidad con la que se tratan cazador y cazado en digno de elogio, el respeto entre ambos porque uno al otro se consideran seres íntegros dentro de su mundo, aunque esto les cueste la incomprensión de los suyos, esto es lo que les duele a ambos, se sienten más arropados con el enemigo que entre los suyos, aunque ambos aprovechan lo que tienen a mano para sacar rendimiento de ello. Entre algunas películas que me vienen a la mente estarían “Todos los hombres del presidente” (1976) de Pakula, “Sérpico” (1973) de Lumet y “Flic Story” (1975) de Jacques Deray, incluso el inicio tan rotundo puede evocar a “Milan, calibre 9” (1972) de Fernando di Leo.
En definitiva la denuncia que consigue el director norteamericano con este film es brutal, no deja títere con cabeza, los menos agraciados son el ejército y la corrupta policía, en todo caso logra atraparnos con un el ritmo de la narración largo pero constante que no sufre de caídas, que nos tiene atrapados como espectadores de lujo ante el auge y las caídas de las vidas de ambos protagonistas, llevándonos a un final un pelín almibarado pero que a las alturas que estamos y viendo lo que hemos visto, nos da lo mismo.
TRONCHA
2 comentarios:
Esta peli me gustó mucho, la considero una de mis favoritas. Denzel Washington hace un gran trabajo.
Fenomenal pelicula con unos actores estupendos en sus respectivos papeles sobre todo Denzel Washington.Da gusto ver otra vez buen cine y esta es buena ocasion , si señores.
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