"Rojo" de Krysztof Kieslowski
You can read this text translated into english at: Red
Con este trabajo el realizador polaco da por finalizada la trilogía, su culminación es soberbia como no podría ser de otra manera viniendo de donde viene, mucha gente se inclina a pensar que esta es la mejor de las tres. Sin embargo, yo me quedo con la segunda, supongo que como Kieslowski se empeña en meterse en las entrañas del espectador cada uno tenemos nuestro particular punto de vista de lo que estamos viendo y por supuesto cada cual le da el enfoque que a él le parece el correcto.
Lo que si creo es que esta es la más revirada de las tres, partiendo de una idea simple en la que dos personas se conocen a raíz de una nueva tragedia como no podía ser de otra manera, lo elocuente está en como va a evolucionar la relación entre ambas. Valentina (Irène Jacob) una modelo de pasarela y un juez (Jean-Louis Trintignant) retirado y marcado por el desengaño que tuvo por la infidelidad de su mujer, un tema que aparece de forma explicita e implícita en toda la trilogía.
Estamos ante un gran ejemplo de narración cinematográfica quizás sobra decirlo, ante una gran ocasión de ver un esmerado uso de la cámara y sobre todo de la iluminación, transitando la acción por escenarios más o menos grises en los que la monotonía del color se rompe con algún objeto de color rojo. Esto es algo habitual, los personajes de los films de Kieslowski se mueven a sus anchas por estos decorados ocres, que emanan cierta pesadumbre y también porque no decirlo infunden cierta depresión.
La obra fluye de más a menos, las cosas están muy grises por no decir negras y todo acaba evolucionando, como si se quisiera demostrar que hay personas que hacen mejor a otras personas, que lo que para unos es negro para otros supone la luz y que cualquiera es capaz de arrancar una sonrisa a otro por muy degradada que se encuentre su vida, todo esto es lo que parece transmitir la película, no con la fluidez de otras ocasiones, ya que parece que el director la impregna de mayor intimismo que a las anteriores.
Contribuye a esa cierta falta de comprensión el que se juega con la línea temporal, cuando estamos descubriendo el pasado de la vida el juez, este no se nos muestra en modo de flash back como quizás pudiera ser lo fácil o habitual. El caso es que lo vemos a través de la relación de otra pareja que tiene características practicamente idénticas a la del letrado, de ahí que el espectador tarde en comprender si se encuentra en el presente o en el pasado, aun así y para terminar decir que Kieslowski siempre merece la pena y que su particular cine es digno de tener en cuenta en todo momento.
TRONCHA
Lo que si creo es que esta es la más revirada de las tres, partiendo de una idea simple en la que dos personas se conocen a raíz de una nueva tragedia como no podía ser de otra manera, lo elocuente está en como va a evolucionar la relación entre ambas. Valentina (Irène Jacob) una modelo de pasarela y un juez (Jean-Louis Trintignant) retirado y marcado por el desengaño que tuvo por la infidelidad de su mujer, un tema que aparece de forma explicita e implícita en toda la trilogía.
Estamos ante un gran ejemplo de narración cinematográfica quizás sobra decirlo, ante una gran ocasión de ver un esmerado uso de la cámara y sobre todo de la iluminación, transitando la acción por escenarios más o menos grises en los que la monotonía del color se rompe con algún objeto de color rojo. Esto es algo habitual, los personajes de los films de Kieslowski se mueven a sus anchas por estos decorados ocres, que emanan cierta pesadumbre y también porque no decirlo infunden cierta depresión.
La obra fluye de más a menos, las cosas están muy grises por no decir negras y todo acaba evolucionando, como si se quisiera demostrar que hay personas que hacen mejor a otras personas, que lo que para unos es negro para otros supone la luz y que cualquiera es capaz de arrancar una sonrisa a otro por muy degradada que se encuentre su vida, todo esto es lo que parece transmitir la película, no con la fluidez de otras ocasiones, ya que parece que el director la impregna de mayor intimismo que a las anteriores.
Contribuye a esa cierta falta de comprensión el que se juega con la línea temporal, cuando estamos descubriendo el pasado de la vida el juez, este no se nos muestra en modo de flash back como quizás pudiera ser lo fácil o habitual. El caso es que lo vemos a través de la relación de otra pareja que tiene características practicamente idénticas a la del letrado, de ahí que el espectador tarde en comprender si se encuentra en el presente o en el pasado, aun así y para terminar decir que Kieslowski siempre merece la pena y que su particular cine es digno de tener en cuenta en todo momento.
TRONCHA
2 comentarios:
esta trilogía esta muy bien y merece verse en el orden establecido. Buen cine europeo que poco es apreciado.
hola:
acabo de llegar aqui gracias a las inquietudes que surgieron luego de ver esta gran trilogía.
muchas gracias por su blog, estaba buscando algo así. espero seguir sus consejos cinematográficos...
un saludo desde chile.
Publicar un comentario