"I'm a cyborg but that's ok" de Park Chan Wook
Cada vez hay que tener más claro que la originalidad actual del mundo del cine está más arraigada en Oriente que en Occidente, por estos lares y los de al otro lado del charco sobre todo, nos dedicamos a hacer remakes, incluso de remakes y llevar a la gran pantalla a los superhéroes y supervillanos de las páginas del comic que tanta gloria dieron a muchos durante su infancia y adolescencia, el enfoque de este film es lo más original de todo él.
El planteamiento es sencillo, el director coreano muestra a un grupo de enfermos psiquiátricos que están internados en una institución mental, pero a diferencia de otras ocasiones unas veces estaremos situados delante de ellos observando como se comportan y otras como si estuviéramos dentro de su propia mente, viéndolo todo como lo ven ellos, este segundo punto de vista es mucho más atractivo que el primero y da la sensación que es el que realmente requiere el esfuerzo del productor.
A lo que realmente asistimos es a una relación amorosa entre Young goon (Su-jeong Lim) e Il sun (“Rain”, Jeong Ji-Hoon), ella decepcionada del entorno real que la rodea decide crearse el suyo propio, decide creerse que es un cyborg y que a consecuencia de ello no tiene necesidad de comer, si lo hiciera estropearía sus mecanismos interiores, tan solo se alimenta del voltaje de las pilas que chupa continuamente con el fin de recargarse.
Il sun se da cuenta que las cosas no marchan como deberían y decide tomar cartas en el asunto a favor de la chica, estará de su lado en todo momento para solventar la situación, él es el “ladrón” del grupo, un ladrón tan especial y magnífico que no suele tomar prestadas cosas normales, es capaz de hurtar el saque de ping pong de un contrincante, el apetito de una compañera e incluso un jueves, tal como lo oyen si él lo desea la semana tendrá gin día menos.
La narración tiene un tono muy dulce, lleno de sensibilidad, sin ninguna brusquedad, incluso con varios momentos en que no tenemos más remedio que sonreír ante las excentricidades de los integrantes del sanatorio, porque a cada uno hay que echarle de comer a parte, el muestrario es bastante amplio y por supuesto variado, todo se desarrollo en un entorno muy aséptico que se me antoja que ha sido elegido así a conciencia para crear una especie de atmósfera robótica.
Al final acaba siendo un cuento es una historia contada de principio a fin, que esta a caballo entre cierto romanticismo de cuento de hadas y la violencia que a veces impregna los comics manga o los videojuegos, dirán que es un espectro muy amplio el que pretendo abarcar, pero en cuanto la vean se darán cuenta de lo que hablo, al igual de la importancia que toman determinados objetos que van a ser decisivos en cuando a la historia y al discurrir de esta, en general toda la película supone un alarde de imaginación.
El planteamiento es sencillo, el director coreano muestra a un grupo de enfermos psiquiátricos que están internados en una institución mental, pero a diferencia de otras ocasiones unas veces estaremos situados delante de ellos observando como se comportan y otras como si estuviéramos dentro de su propia mente, viéndolo todo como lo ven ellos, este segundo punto de vista es mucho más atractivo que el primero y da la sensación que es el que realmente requiere el esfuerzo del productor.
A lo que realmente asistimos es a una relación amorosa entre Young goon (Su-jeong Lim) e Il sun (“Rain”, Jeong Ji-Hoon), ella decepcionada del entorno real que la rodea decide crearse el suyo propio, decide creerse que es un cyborg y que a consecuencia de ello no tiene necesidad de comer, si lo hiciera estropearía sus mecanismos interiores, tan solo se alimenta del voltaje de las pilas que chupa continuamente con el fin de recargarse.
Il sun se da cuenta que las cosas no marchan como deberían y decide tomar cartas en el asunto a favor de la chica, estará de su lado en todo momento para solventar la situación, él es el “ladrón” del grupo, un ladrón tan especial y magnífico que no suele tomar prestadas cosas normales, es capaz de hurtar el saque de ping pong de un contrincante, el apetito de una compañera e incluso un jueves, tal como lo oyen si él lo desea la semana tendrá gin día menos.
La narración tiene un tono muy dulce, lleno de sensibilidad, sin ninguna brusquedad, incluso con varios momentos en que no tenemos más remedio que sonreír ante las excentricidades de los integrantes del sanatorio, porque a cada uno hay que echarle de comer a parte, el muestrario es bastante amplio y por supuesto variado, todo se desarrollo en un entorno muy aséptico que se me antoja que ha sido elegido así a conciencia para crear una especie de atmósfera robótica.
Al final acaba siendo un cuento es una historia contada de principio a fin, que esta a caballo entre cierto romanticismo de cuento de hadas y la violencia que a veces impregna los comics manga o los videojuegos, dirán que es un espectro muy amplio el que pretendo abarcar, pero en cuanto la vean se darán cuenta de lo que hablo, al igual de la importancia que toman determinados objetos que van a ser decisivos en cuando a la historia y al discurrir de esta, en general toda la película supone un alarde de imaginación.
TRONCHA
8 comentarios:
hola,
que tal,
interes en un intercambio de enlace con mi blog?
http://estrellasyfamosos.blogspot.com
saludos desde Santander
mario - blog de estrellas y famosos
Uno de los mejores directores de los últimos tiempos. Tengo que verla. Saludos!
A mi siempre me ha entrado mucho respeto por el cine asiático aunque no sea un expero en él, pero siempre me ha dado la impresión de que el tema de la violencia, el miedo... pero supongo que me tengo que poner a explorarlo mejor.
Tú lo has dicho: todo un alarde de imaginación!
Buena reseña, saludos!
Park Chan Wook es uno de los directores más interesantes del último tiempo (está demás decir que su trilogía de la venganza es excelente). De esta película solo he visto un par de sinopsis, pero según tu comentario, se trata de otro acierto del director.
Saludos.
Buenas, Troncha.
Como dices, es un alarde de imaginación, bastante más dulce de lo que suele ser este director. Aunque a mi hay rinconcitos de la película que me parecen tan oscuritos que se acercan al estilo comun en su autor: el drama de las experiencias de los pacientes, aun contado en "formato cuento", sigue siendo turbador.
hay que agradecer que algunos se arriesguen y hagan cosas como ésta. pero además de la intención es que le salió muy bien.
Pues me has convencido en revisar más cine asiatico, realmente hay obras de mucho interés, ante un cine occidental muy repetitivo en la mayoria de sus casos. Saludos.
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