"Los hechiceros de la guerra" de Ralph Bakshi
De las veces que me he sentado frente a los dibujos de Ralph Bakshi, en definitiva a visionar alguno de sus films, siempre me ha dado la sensación de que es el típico dibujante-director que pertenece a un movimiento determinado y que esto de alguna manera le ciñe a una serie de elementos que se vuelven muy característico en sus producciones, quizás lo que se sale un poco de su habitual forma de hacer sea la adaptación que hizo de la obra de Tolkien El señor de los anillos (1978) en la que utilizó la técnica de la rotoscopia.
Sus obras rezuman de esa cultura pop medio hippie que invadia los años 70, todas estas cosas marcan un estilo inconfundible, que nos demostrará que cada vez que veamos uno de sus trabajo lleguemos a iudentificarlo rapidamente, sus personajes no son estilizados, ni hechos con trazo perfecto, sino todo lo contrario por supuesto sin abandonar la firmeza de la línea son encorbados, mas bién esteticamente feos y aun así gozan de su atractivo, su chica más característica está dibujada muy ligera de ropas, son mujeres con curvas y anchas de cuerpos y senos sugerentes y turgentes, caso de la protagonista de Tygra: Hielo y fuego (1983) o de la obra que ahora mismo nos atañe.
Lo que no se puede negar de principio a fin es que en esta ocasión estamos ante un cuento de denuncia, basándose en una historia fantásctica, iniciada por un narrador, nos introduce en el típico mundo de la dualidad entre el bien y el mal, ambos representados en dos personajes, hijos de la misma madre, Avatar y Blackwolf, esa eterna lucha que acaba impregnando todos los aspectos de la vida y por supuesto la vida misma.
Al lado del bien están todos los placeres terrenales, la buena vida, la buena comida, la bebida, la juerga incluso el amor y como no el sexo, aunque de una manera bastante implicita representado por el personaje del hada Elinore, dibujada como anteriormente describía, el mal está del lado del ansia de poder aunque sea a través de la fuerza, su ideal es el nazismo y la exterminación de sus no iguales, por supuesto que aquí no desvelaré por quien se inclina la balanza en tal lucha.
La película en un principio parece tener un planteamiento bastante correcto y original, pero a medida que va discurriendo el metraje tengo la sensación de que va perdiendo fuerza, ya que a través de imágenes de archivo del III Reichse muestra de una manera demasiado explicita el concepto de denuncia que lleva la obra de principio a fin, aun así no deja de ser una obra curiosa que no les llevará demasiado tiempo visionar y que resulta agradable de ver, ya que de alguna manera también nos saca de las típicas cintas comerciales de animación, que en muchos casos no por haber invertido mucho en su publicidad el resultado es mejor que el de esta.
Sus obras rezuman de esa cultura pop medio hippie que invadia los años 70, todas estas cosas marcan un estilo inconfundible, que nos demostrará que cada vez que veamos uno de sus trabajo lleguemos a iudentificarlo rapidamente, sus personajes no son estilizados, ni hechos con trazo perfecto, sino todo lo contrario por supuesto sin abandonar la firmeza de la línea son encorbados, mas bién esteticamente feos y aun así gozan de su atractivo, su chica más característica está dibujada muy ligera de ropas, son mujeres con curvas y anchas de cuerpos y senos sugerentes y turgentes, caso de la protagonista de Tygra: Hielo y fuego (1983) o de la obra que ahora mismo nos atañe.
Lo que no se puede negar de principio a fin es que en esta ocasión estamos ante un cuento de denuncia, basándose en una historia fantásctica, iniciada por un narrador, nos introduce en el típico mundo de la dualidad entre el bien y el mal, ambos representados en dos personajes, hijos de la misma madre, Avatar y Blackwolf, esa eterna lucha que acaba impregnando todos los aspectos de la vida y por supuesto la vida misma.
Al lado del bien están todos los placeres terrenales, la buena vida, la buena comida, la bebida, la juerga incluso el amor y como no el sexo, aunque de una manera bastante implicita representado por el personaje del hada Elinore, dibujada como anteriormente describía, el mal está del lado del ansia de poder aunque sea a través de la fuerza, su ideal es el nazismo y la exterminación de sus no iguales, por supuesto que aquí no desvelaré por quien se inclina la balanza en tal lucha.
La película en un principio parece tener un planteamiento bastante correcto y original, pero a medida que va discurriendo el metraje tengo la sensación de que va perdiendo fuerza, ya que a través de imágenes de archivo del III Reichse muestra de una manera demasiado explicita el concepto de denuncia que lleva la obra de principio a fin, aun así no deja de ser una obra curiosa que no les llevará demasiado tiempo visionar y que resulta agradable de ver, ya que de alguna manera también nos saca de las típicas cintas comerciales de animación, que en muchos casos no por haber invertido mucho en su publicidad el resultado es mejor que el de esta.
TRONCHA
2 comentarios:
Este film que comentas de Bakshi me hizo recordar inmediatamente al muy buen trabajo que había realizado anteriormente con "El Señor de los Anillos". Saludos!
Esta pelicula es de culto, su animación fuera de lo tristemente acostumbrado, es ya de por sí, un impacto fuerte para cualquiera. Luego tenemos esa dicotomía entre dos mundos, dos personajes y dos estilos de vida. La lucha final entre Avatar y Blackwolf es antológica y llena de ironía fresca. Genial, estoy en la rebusca por descargar y disfrutarla de nuevo.
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