"Berlín. Sinfonía de una gran ciudad" de Walter Ruttman
You can read this text translated into english at: Berlin. Die sinfonie der grosstadt

No hay que ser demasiado avispado para darse cuenta que la gran protagonista del film es la misma ciudad de Berlín, en concreto la colectividad que en ella habita, Ruttman nos presenta una ciudad moderna y totalmente industrializa. Pero desde un punto de vista realmente cotidiano, desde el de sus habitantes, no se para a mostrarnos monumentos, museos o lugares que pudieran interesar al turista, seremos testigos del día a día de los berlineses, acompañándoles a trabajar a la fábrica, oreando las sábanas de sus, comiendo con ellos, incluso llegado el final de la jornada tomando unas copas para celebrarlo.
La colectividad que se presenta en el trabajo es una masa frenética que no para un solo momento, como hormigas de un hormiguero en continua actividad. Todo este ritmo está perfectamente reflejado a través de las escenas de maquinaria industrial donde los automatismos parecen cobrar protagonismo sobre los operarios que los manipulan. Un tema recurrente que nos recuerda a la anterior "Metrópolis" (1927) de Lang y a la posterior "Tiempos Modernos" (1936) de Chaplin.
La realización tiene una vigencia aplastante, lo que la convierte por supuesto en una obra maestra, el hecho de que sea cine silente, añade más calidad a su rotunda estética. No tiene necesidad de lenguaje, siquiera serían necesarios los pocos intertítulos que segmentan cada uno de los actos de la misma, aunque refuerzan la idea de dotar de guión al conjunto de secuencias e imágenes relativamente vertiginosas de una hora de duración. Creando prácticamente la estructura de una partitura musical, ajustando los tempos del film para que al final del mismo nos de la sensación de haber asistido, si se me permite la expresión, a un concierto de lenguaje cinematográfico.

Puede que el director no pretendiera con este trabajo realizar una denuncia en el sentido estricto de la palabra pero lo que está claro es que acaba consiguiéndolo aunque sea de una forma indirecta como demuestra la escena descrita con anterioridad y algunas otras que hay por el film. Mi recomendación es que se dejen llevar por una obra maestra del género, en la que la podrán regodearse con la fotografía y el uso de la cámara, llegando a ver planos que les parecerán prácticamente imposibles, sin olvidar que estamos ante una obra de finales de los años veinte.