"Blue velvet" de David Lynch
En la vida hay un refrán que dice que esto no es como empieza sino como acaba, los comienzos de este director a través de ”Cabeza borradora ” (1977) parecían que iban a definir su carrera, nos despistó con los dos trabajos siguientes, “El hombre elefante ” (1980) y “Dune” (1984), pero al final cuando nos ponemos delante de “Blue Velvet ” (1986) nos damos cuenta que su forma de hacer cine tomará los derroteros que el quiere, le va a imprimir su propio sello.
La forma de comenzar el film es muy sutil parece como si nos quisiera mostrar lo perfecto que puede ser el mundo, en un mediano pueblo del norte de Estados Unidos, Lumberton, esa población similar a la que luego podremos ver en otro de sus éxitos la serie televisiva "Twin Peaks" (1990-91), pueblos madereros por excelencia, rodeados de montañas y enigmáticos bosques, este entorno lo debió conocer muy bien el director ya que el nació en Misoula, Montana, y el paisaje resulta muy parecido al de estas dos producciones mencionadas.
Pues bien la originalidad de Lynch es tal que todo este armazón de perfección de la vida cotidiana se rompe cuando Jeffrey (Kyle MacLachlan) encuentra una oreja, una oreja humana un apéndice de carne que lleva implícita detrás toda una increíble historia en la que nuestro protagonista intenta ir averiguando cosas, hasta que acaba metido en ella como un personaje más por no decir el de mayor relevancia, por otra parte también insiste en esa dualidad obsesiva que tiene con las mujeres de sus films, siempre hay una rubia Sandy (Laura Dern) y una morena Dorothy (Isabella Rossellini), ambos personajes totalmente distintos y contradictorios pero relacionados por un nexo común.
La historia no es la típica al uso, todo es tan enrevesado que nos muestra que estamos de nuevo ante la personalidad real de Lynch, y eso que hay que advertir que esta historia no es de las que se podrían definir como complicadas, ay que todo guarda cierta linealidad y correspondencia, encontramos pocas escenas y encuadres inexplicables, los que así son, ya se preocupa el realizador de mostrárnoslos como pertenecientes al mundo de los sueños, para que se puedan entender.
Por supuesto que el “animalario” de personajes es de los típicos del director, nadie es normal, es una denuncia constante de su cine, cualquiera de nosotros tiene otro yo interior capaz de cualquier cosa, como ese Frank (Dennis Hopper) un psicópata que está loco por el terciopelo azul, que esnifa oxigeno para cometer sus crímenes y que ama la música sintiéndola desde dentro hacia fuera o esa Dorothy que vive esclava porque Frank a secuestrado a su hijo y marido obligándola a cualquier cosa que él desee.
La estructura del film es la estructura de una pesadilla, es como si alguien justo antes de acostarse hiciera balance de la vida suya y de los de alrededor, pero cuando cierra los ojos se ve inmerso en un mundo totalmente distinto que en ocasiones roza el surrealismo, donde las personas normales vienen a ser los extraños, el caso es que el final de este sueño es feliz y permite que nos despertemos de nuevo en ese “perfect world” donde comienzan a llegar los jilgueros…
3 comentarios:
gran pelicula e interesantísimo blog, vendré más por aquí
Para mí es lo mejor de Lynch junto a 'Carretera Perdida' y una de las más comprensibles dentro del universo del director.
Su última 'Inland Empire', no es que sea extraña, es que siendo justos... es mala.
Salu2
Peliculón allá donde los haya
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