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lunes, 27 de octubre de 2008

"La balada de Narayama" de Keisuke Kinoshita

Si les hablo del shamisen, muchos no sabrán siquiera a que me refiero, pero seguro que lo han visto, la típica escena en la que una geisha (a veces también un hombre) tañe una especie de guitarra de tres cuerdas con una paleta de madera (el bachi), mientras otra a su lado canta, pues bien, imagínense que durante la exhibición de esta película tuvieran a dicha pareja al lado acompañando las imágenes, sería algo similar a cuando se proyectaban las películas mudas con acompañamiento de música de piano, algo tan especial como lo era aquello.

Si se dieran las circunstancias que describo, estaríamos ante una obra clásica de teatro kabuki japonés, Kinoshita utiliza decorados como si de un escenario teatral se tratara, incluso en algunas escenas tenemos la sensación de que los telones bajan ante nuestros ojos, a todo esto también contribuye la labor de tramoyista que hace el director en cuanto a la iluminación de las escenas, consigue que pensemos continuamente que estamos ante una representación teatral.

Los japoneses se caracterizan por tener unas tradiciones bastante peculiares, la que resulta de base para este film, desconozco si tiene fundamento en la realidad, pero no me extrañaría en absoluto, hay épocas de su historia en que la precariedad de las clases más bajas era extraordinaria, la vida de las personas dependía de que la climatología fuera favorable o no para obtener una buena cosecha y poder vivir al menos un año más, ante estas circunstancias los mayores llegada cierta edad viajaban a la cumbre del monte Narayama y allí terminaban sus días, para que los jóvenes tuvieran más alimentos y así más posibilidades de vivir.

Lo que Kinoshita transmite a lo largo de toda la narración es el sufrimiento de un hijo, Tatsuhei (Teiji Takahashi), ante la inminente marcha de su madre Orin (Kinuyo Tanaka), una abnegada madre, que ha dado todo por sus hijos y nueras, en definitiva su familia, tiene que ser muy duro saber con exactitud el día que vas a morir y no solo eso, sino tener que elegirlo, e incluso querer partir tu dentadura para no poder comer y con ello conseguir que haya más alimentos para el resto de tus allegados.

La obra rebosa dramatismo por los cuatro costados, está hecha con una exquisitez sublime, incluso intentando contrastar la figura de Orin, la vieja voluntariosa que acoge su destino como le viene y de alguna manera, celebra que va a unirse con los dioses en lo más alto del Narayama, con la de Teruyan (Ken Mitsuda) que se resiste a morir, incluso su propio hijo le ha negado la comida y aun así se niega a su propio sino, lo que hace que mendigue y robe para subsistir por todo el pueblo.

Como curiosidad comentar que Japón es uno de los perdedores de la guerra y cuando esta termino sufrió censura, el cine no se salvó de ella por supuesto, algunos expertos indican que este largometraje supone una crítica de cómo las familias enviaban a sus componentes a la guerra, en definitiva a una muerte prácticamente segura.


TRONCHA

6 comentarios:

Day_G_G dijo...

Has hecho un comentario excepcional, sublime como debe serlo la película. la buscaré, me he quedado con ganas de verla

Hiperbreves S.A. dijo...

Le he echado un vistazo a tu blog y es una herramienta interesante para todo lector y espectador. Ahora sólo te pido 20 segundos de tu vida para que leas alguna de las historias de http://www.hiperbreve.blogspot.com Quiero lectores críticos que dejen sus comentarios y, si alguien cree que merezco un voto, pues adelante.

Hiperbreves S.A. en la categoría de ficción.

Diego Faraone dijo...

Había leído sobre esta peli hace muy poco. Yo vi la versión de Imamura y me pareció una película superior, pero nunca me imaginé que la original fuese tan buena, también.

La buscaré. Un abrazo!!

Guillermo dijo...

Muy interesante película, voy a ver si la puedo conseguir ya que me gustaría verla.
Muchas gracias por pasarte por mi blog y me alegro que te haya gustado.
Si quieres ponme en tu espacio como favoritos, yo también haré lo propio.
Enhorabuena tienes un blog muy atractivo, me pasaré también de vez en cuando.
Saludos

Anónimo dijo...

Cuando leo cosas como estas soy consciente de la cantidad de cine que aún me queda por ver.

yorgos dijo...

Yo tampoco conozco esta versión anterior a la de Imamura, que he visionado en más de una ocasión y como comenta faraway, me parece una película superior.
éste artículo me anima a conocer la obra de Kinoshita.
un saludo!!