"Death race" de Paul W.S. Anderson
Una de las cosas que más me atrae a la hora de lanzarme a ver una película es que la historia verse sobre un probable futuro apocalíptico, algo que viendo las épocas en las que vivimos no parece tan descabellado, la que nos trae aquí es de esas; al principio del film a través de una serie de cartelas recibimos el mensaje de que la economía en la tierra está hundida, prácticamente no hay esperanza para el ser humano, incluso las instituciones penitenciarias están en manos privadas, bueno pues esto es lo más que van a ver de este mundo próximo, porque todo este planteamiento no alcanza ningún desarrollo dentro del film.
El guión es de lo más simple, la gente ya está aburrida de todo, lo que más les divierte es ver las retransmisiones de carreras en las que el que gana es el único que puede quedar vivo, los participantes tanto pilotos como copilotos son presidiarios que intentan obtener su libertad al ganar cinco carreras, todo el mundo ve las competiciones a través de internet y por supuestos lo único que interesa es el espectáculo y la audiencia, cuanta más mejor, algo que va muy en relación con el interés del propio film, que la recaudación que obtenga sea inversamente proporcional a la calidad que destila.
Como pueden apreciar el guión no es de lo más atractivo, pero es lo que hay, no tenemos más, ni siquiera las escenas de carrera son para destacarlas, de hecho llega un punto en que estamos hartos de tanta velocidad y chirriar de neumáticos, hartos de que siempre se utilicen los mismos trucos y artimañas por parte de los competidores y que pierdan la poca originalidad que tenían, una y otra vez vemos los mismos golpes y explosiones, desde ángulos distintos de la cámara, pero siempre lo mismo, uno se pregunta cuando acabará el bucle.
Incurre en muchos de los tópicos de las películas carcelarias, el intento de apabullamiento del novato, la enemistad con uno de los clanes que controla el recinto penitenciario, peleas continuas entre hombres duros, que hemos visto en mil y una ocasiones, pero con mucha mejor ejecución que estas, y sin salir de los tópicos porque no decir que tiene todos los de las películas de coches, carreras y violencia gratuita, ojo, no comparar con “Mad Max” (1979) ya que está a años luz de ella.
No me gusta siquiera la estética que se utiliza en los automóviles, tan solo se han dedicado a customizar de forma chapucera, vehículos que están en el mercado, por supuesto de gama alta, a los que se las han añadido cuatro planchas de acero y unas pocas ametralladoras de gran calibre que lo único que producen es mucho ruido y casquillos pero pocas nueces, incluso a veces parece que en lugar de estar ante una película parece que nos encontramos dentro de un videojuego malo.
El personaje del protagonista Jensen Ames/ Frankenstein (Jason Statham) no resulta creíble, nadie piensa que un hombre normal y corriente de la calle llega hasta al punto donde le sitúan a él, su perfil no da para infundir algún sentimiento de dramatismo al espectador, ni siquiera funciona el intento de mitificarle detrás de una máscara de acero, el caso es que todo este trabajo se convierte en un producto ávido de público adolescente, con pocas exigencias cinematográficas y que a través de la taquilla harán recuperar el dinero invertido, prueba de ello es el mensaje que aparece al final del largometraje, justo antes de los títulos de crédito, que es el que acabo provocándome la mayor carcajada desde el comienzo de la proyección.
El guión es de lo más simple, la gente ya está aburrida de todo, lo que más les divierte es ver las retransmisiones de carreras en las que el que gana es el único que puede quedar vivo, los participantes tanto pilotos como copilotos son presidiarios que intentan obtener su libertad al ganar cinco carreras, todo el mundo ve las competiciones a través de internet y por supuestos lo único que interesa es el espectáculo y la audiencia, cuanta más mejor, algo que va muy en relación con el interés del propio film, que la recaudación que obtenga sea inversamente proporcional a la calidad que destila.
Como pueden apreciar el guión no es de lo más atractivo, pero es lo que hay, no tenemos más, ni siquiera las escenas de carrera son para destacarlas, de hecho llega un punto en que estamos hartos de tanta velocidad y chirriar de neumáticos, hartos de que siempre se utilicen los mismos trucos y artimañas por parte de los competidores y que pierdan la poca originalidad que tenían, una y otra vez vemos los mismos golpes y explosiones, desde ángulos distintos de la cámara, pero siempre lo mismo, uno se pregunta cuando acabará el bucle.
Incurre en muchos de los tópicos de las películas carcelarias, el intento de apabullamiento del novato, la enemistad con uno de los clanes que controla el recinto penitenciario, peleas continuas entre hombres duros, que hemos visto en mil y una ocasiones, pero con mucha mejor ejecución que estas, y sin salir de los tópicos porque no decir que tiene todos los de las películas de coches, carreras y violencia gratuita, ojo, no comparar con “Mad Max” (1979) ya que está a años luz de ella.
No me gusta siquiera la estética que se utiliza en los automóviles, tan solo se han dedicado a customizar de forma chapucera, vehículos que están en el mercado, por supuesto de gama alta, a los que se las han añadido cuatro planchas de acero y unas pocas ametralladoras de gran calibre que lo único que producen es mucho ruido y casquillos pero pocas nueces, incluso a veces parece que en lugar de estar ante una película parece que nos encontramos dentro de un videojuego malo.
El personaje del protagonista Jensen Ames/ Frankenstein (Jason Statham) no resulta creíble, nadie piensa que un hombre normal y corriente de la calle llega hasta al punto donde le sitúan a él, su perfil no da para infundir algún sentimiento de dramatismo al espectador, ni siquiera funciona el intento de mitificarle detrás de una máscara de acero, el caso es que todo este trabajo se convierte en un producto ávido de público adolescente, con pocas exigencias cinematográficas y que a través de la taquilla harán recuperar el dinero invertido, prueba de ello es el mensaje que aparece al final del largometraje, justo antes de los títulos de crédito, que es el que acabo provocándome la mayor carcajada desde el comienzo de la proyección.
TRONCHA
4 comentarios:
No me tenía buena pinta y esta reseña confirma todos mis temores.
Saludos,
Que mal la calificas, lo post apocaliptico me atrae pero creo que esta la veo desde el torrente, esa entrada me la ahorro. Saludos¡¡
Veo que no te ha gustado nada. Creo que si se la mira por el lado del entretenimiento liviano, puede llegar a resultar interesante. Lo que sí, no me gusta para nada Jason Statham. Me parece un pésimo actor, pero evidentemente están encasillados con él.
Saludos!
De Paul W.S.Anderson despues que destrozó la saga de Residebt Evil y lo de Alien Vs Depredador no me espero nada bueno
Carebnte de la más mínima original: siempre Copia y pega de un montón de películas
Te puedes pasar adivinando en dónde observaste eso antes si malgastas tu dinero viendo sus bodrios
Es como esa película con Arnold (The Running Man) pero aquí con más coches
Es lo mismo de lo mismo por enésima vez
Porque en el cine como en otras cosas lo único que frena es el Fracaso
Pero ni así aprenden
Alisten sus cuchillos críticos: ya viene más remakes absolutamente innecesarios
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