"Memories of murder" de Boon Jong-Ho
Los inicios con este director no habían sido muy prometedores la verdad, la primera película que vi de él fui la sobrevalorada The Host (Gwoemul, 2006) una película de lo más normalita, por mucho que algunos se empeñen en encumbrarla y describir más de lo que realmente tiene, en este caso, el planteamiento es totalmente distinto, como por las pistas que nos puede dar el título de la misma.
Curiosamente, la historia se sitúa en Corea del Sur de los años 80, que vivió oprimida por la dictadura del general Chun Doo-hwan y según apunte de principio de film en los títulos de crédito, está basada en hechos reales, el enfoque general de la narración parece de lo más normal, pero no por ello deja de ser efectivo, es algo tan simple como contarnos que dos personas andan tras los pasos de una tercera, pero con caminos distintos en un principio que al final acaban confluyendo.
Las líneas de investigación parten por un lado del detective Park (Kang-ho Song) nacido en la misma pequeña ciudad donde ocurren los hechos, sus métodos están más influenciados por las películas que ha visto, sobre todo del mercado americano, esto le hace un personaje de lo más peculiar, observar sus métodos es de lo más cómico, siempre con su fiel ayudante al lado, que le sigue el juego y que acaba componiendo un dúo harto singular y gracioso.
El detective recatado, que atiende más a su cabeza que a sus vísceras es Seo (Sang-kyung Kim), viene de la capital, lo que nos puede dar una idea del rechazo inicial que sufre al llegar para intentar resolver el caso, reniega por supuesto de los circenses métodos que utilizan la pareja de paisanos, pero por supuesto no tiene más remedio que convivir con ellos.
Ambos lados son distintos pero al mismo tiempo acaban complementándose, se nutren uno de otro, el director tiene la inteligencia, y por supuesto de hacerlo de una forma muy inteligente, de fundir ambos caracteres, formando una simbiosis, un todo cuyo fin es sobre todo y ante todo el atrapar al culpable, esto llega a llevarlos a ambos a la extenuación, al límite, incluso planteándose de alguna manera abandonar la profesión porque sino acabará con sus vidas.
La obra resulta muy interesante, la intensidad de la misma va in crescendo, cada vez a más, logrando atraparnos y estar en vilo en todo momento, todo ello salpicado por las geniales dosis de comicidad que va desperdigando el detective Park, cada vez que se le ocurre una teoría sobre quien es el asesino, en definitiva empezamos riendo, algo que seguiremos haciendo a ratos durante el resto del film, pero al final cuando terminamos, nos damos cuenta de que nos ha quedado poso, que la cosa no es para tomarla en broma y que hemos visionado una buena película seria, trabajada y hecha de una forma sencilla; para que complicarse a veces ¿no?
Curiosamente, la historia se sitúa en Corea del Sur de los años 80, que vivió oprimida por la dictadura del general Chun Doo-hwan y según apunte de principio de film en los títulos de crédito, está basada en hechos reales, el enfoque general de la narración parece de lo más normal, pero no por ello deja de ser efectivo, es algo tan simple como contarnos que dos personas andan tras los pasos de una tercera, pero con caminos distintos en un principio que al final acaban confluyendo.
Las líneas de investigación parten por un lado del detective Park (Kang-ho Song) nacido en la misma pequeña ciudad donde ocurren los hechos, sus métodos están más influenciados por las películas que ha visto, sobre todo del mercado americano, esto le hace un personaje de lo más peculiar, observar sus métodos es de lo más cómico, siempre con su fiel ayudante al lado, que le sigue el juego y que acaba componiendo un dúo harto singular y gracioso.
El detective recatado, que atiende más a su cabeza que a sus vísceras es Seo (Sang-kyung Kim), viene de la capital, lo que nos puede dar una idea del rechazo inicial que sufre al llegar para intentar resolver el caso, reniega por supuesto de los circenses métodos que utilizan la pareja de paisanos, pero por supuesto no tiene más remedio que convivir con ellos.
Ambos lados son distintos pero al mismo tiempo acaban complementándose, se nutren uno de otro, el director tiene la inteligencia, y por supuesto de hacerlo de una forma muy inteligente, de fundir ambos caracteres, formando una simbiosis, un todo cuyo fin es sobre todo y ante todo el atrapar al culpable, esto llega a llevarlos a ambos a la extenuación, al límite, incluso planteándose de alguna manera abandonar la profesión porque sino acabará con sus vidas.
La obra resulta muy interesante, la intensidad de la misma va in crescendo, cada vez a más, logrando atraparnos y estar en vilo en todo momento, todo ello salpicado por las geniales dosis de comicidad que va desperdigando el detective Park, cada vez que se le ocurre una teoría sobre quien es el asesino, en definitiva empezamos riendo, algo que seguiremos haciendo a ratos durante el resto del film, pero al final cuando terminamos, nos damos cuenta de que nos ha quedado poso, que la cosa no es para tomarla en broma y que hemos visionado una buena película seria, trabajada y hecha de una forma sencilla; para que complicarse a veces ¿no?
TRONCHA
4 comentarios:
No conocía esta que parece ser una joyita oculta dentro del policial oriental que casi siempre es de mi agrado. Gracias por la recomendación. Saludos!
Lo último que comentas sobre esta película parece ser marca de la casa, porque es lo mismo que se podría decir de las dos películas que he visto de este director: “The Host” y “Barking Dogs Never Bite”. Van ya muchos que recomiendan esta que tu comentas, habrá que verla por fin.
¿Corea del Norte? Bueno, yo no estoy muy puesto en Geografía coreana, pero estaba convencido de que la acción se sitúa durante la dictadura militar en Corea del Sur.
Para mi la película es una de esas genialidades con las que uno se encuentra de vez en cuando.
Tienes toda la razón Irian además la foto del inicio lo demuestra, gracias.
Corregido el gazapo. ;-)
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