"Casshern" de Kazuaki Kiriya
Original y sorprendente producto del señor Kiriya, a través de la película logra sumergirnos en un futuro totalmente apocalíptico y gobernado como en otras ocasiones, en películas de este corte, por una clase superior al resto, o que de alguna manera así lo creen, gente sin escrúpulos, adictos al poder, que utilizan cualquier recurso para mantenerse en él, a costa incluso de la misma humanidad. Curiosa contradicción, el exterminar a la humanidad para de alguna manera gobernarla.
La estética de la película es una de sus mejores aportaciones, esa saborcillo a años 30, mezclado con artilugios de los principios de la aviación, este conjunto da una estética y una ambientación muy curiosa, envolviéndolo todo, aunque de sobra sepamos que todo está construido por ordenador, insito que el mundo creado se hace bastante creíble.
Por supuesto, en este mundo futuro la genética ha sufrido un desarrollo espectacular, y los avances de la misma, no pueden evitar volverse contra el propio ser humano a través de las neo-células, y su consecuencia los llamados neo-sapiens, revolucionarios clones fabricados de retazos que por supuesto desean su trozito de fama y poder en un radiactivo y contaminado mundo.
Toda esta serie de circunstancias hacen de Casshern un film reivindicativo, de denuncia por parte del director japonés, pero estas dos características se suponen tan obvias dentro del film, que la explicación del final se nos hace innecesaria, a la vez que con una carga lacrimógena que no aporta nada, sino que de alguna manera alarga el metraje, algo que también es criticable, aun teniendo en cuenta que el tempo de los cineastas orientales es más lento, en este caso se alarga en demasía por el exceso explicativo de la obra.
No obstante los personajes se ven sumergidos en numerosas ocasiones en una dimensión extraña, mitad sueño, mitad realidad, incluso son espectadores de sus propias muertes y desvelos, durante algunas de las escenas se puede apreciar cierta influencia de la película “The Wall” (Pink Floid) y por supuesto en lo que son los combates, y luchas la sensación plena es de estar dentro de un videojuego, alternando con imágenes en blanco y negro, en las que se expresa casi siempre la máxima dureza, contrastando con el amor que parece inundar, tanto a los de un bando como a los de otro.
En definitiva resulta un producto original, por la visión futurista que se le imprime al largometraje, y por supuesto el punto de vista del director japonés, siempre pienso que Japón por muy adelantado que esté en el tiempo siempre está encadenado por sus ancestrales tradiciones y costumbres, de hecho por mucha tecnología variopinta que aparece en la película, las armas de lucha elegidas son las tradicionales y por encima de todas, por supuesto la maravillosa katana.
TRONCHA
La estética de la película es una de sus mejores aportaciones, esa saborcillo a años 30, mezclado con artilugios de los principios de la aviación, este conjunto da una estética y una ambientación muy curiosa, envolviéndolo todo, aunque de sobra sepamos que todo está construido por ordenador, insito que el mundo creado se hace bastante creíble.
Por supuesto, en este mundo futuro la genética ha sufrido un desarrollo espectacular, y los avances de la misma, no pueden evitar volverse contra el propio ser humano a través de las neo-células, y su consecuencia los llamados neo-sapiens, revolucionarios clones fabricados de retazos que por supuesto desean su trozito de fama y poder en un radiactivo y contaminado mundo.
Toda esta serie de circunstancias hacen de Casshern un film reivindicativo, de denuncia por parte del director japonés, pero estas dos características se suponen tan obvias dentro del film, que la explicación del final se nos hace innecesaria, a la vez que con una carga lacrimógena que no aporta nada, sino que de alguna manera alarga el metraje, algo que también es criticable, aun teniendo en cuenta que el tempo de los cineastas orientales es más lento, en este caso se alarga en demasía por el exceso explicativo de la obra.
No obstante los personajes se ven sumergidos en numerosas ocasiones en una dimensión extraña, mitad sueño, mitad realidad, incluso son espectadores de sus propias muertes y desvelos, durante algunas de las escenas se puede apreciar cierta influencia de la película “The Wall” (Pink Floid) y por supuesto en lo que son los combates, y luchas la sensación plena es de estar dentro de un videojuego, alternando con imágenes en blanco y negro, en las que se expresa casi siempre la máxima dureza, contrastando con el amor que parece inundar, tanto a los de un bando como a los de otro.
En definitiva resulta un producto original, por la visión futurista que se le imprime al largometraje, y por supuesto el punto de vista del director japonés, siempre pienso que Japón por muy adelantado que esté en el tiempo siempre está encadenado por sus ancestrales tradiciones y costumbres, de hecho por mucha tecnología variopinta que aparece en la película, las armas de lucha elegidas son las tradicionales y por encima de todas, por supuesto la maravillosa katana.
TRONCHA
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